29 de abril de 1993. Falta poco más de un mes para las elecciones. El polideportivo de Torrelodones está a rebosar. La gente entra a borbotones hasta desbordar las gradas y la pista. Tres mil personas se reúnen para ver el primer mitin de campaña de José María Aznar en la Comunidad de Madrid.
Tras once años en la oposición, es la primera vez que el Partido Popular puede llegar a La Moncloa, aunque no lo haría hasta 1996. Mario Mingo, alcalde de la localidad, es el encargado de presentar al líder del PP. Enfervorizado, grita: “Les presento al próximo presidente del Gobierno: ¡José María García!”.
El público, que ya había empezado a jalear con sólo escuchar la palabra “presidente”, no percibe el lapsus de Mingo, pero los periodistas –que escuchan el sonido directamente a través de los micrófonos– y el propio Aznar se quedan a cuadros. En ese momento, el candidato del PP pregunta entre risas al regidor de Torrelodones: “¿Pero qué has dicho?” A lo que Mingo responde con una sonrisa de circunstancias: “Es que es más conocido que tú, José”.
Aquella noche, José María García comenzó su programa en la COPE pinchando en directo la confusión de Mingo y asegurando que nunca sería presidente del Gobierno. “Recuerdo que me enteré por las agencias. Entonces, Cristina Gallo y Raúl González, que me ayudaban con la producción, rescataron el corte y lo pusimos al inicio aquella noche”, recuerda García.
Pero la relación entre el mítico presentador de radio y Torrelodones venía de mucho antes. “Yo ya conocía a José María García. Muchos años antes organizamos un torneo de fútbol un tanto especial. Era una modalidad que sólo se practicaba en Brasil. Jugábamos en una pista de fútbol sala con tres jugadores de campo. Los medios de comunicación se hicieron eco y el mejor equipo que había por aquel entonces, el de Interviú, llegó al pueblo a batirse contra el equipo local”, cuenta Mario Mingo.
García se acuerda perfectamente de aquel partido: “Aquella modalidad era muy divertida. Fue un partido muy entretenido”. Preguntado por sus virtudes y defectos en el terreno de juego, el periodista se muestra tajante y sincero: “Cuando jugaba al fútbol era el más vago del mundo. Manejaba muy bien la puntera, era míster punteritas, y me gustaba colocarme arriba. Era goleador”. Años más tarde, hizo un descubrimiento que "terminó con su vagancia": “Con 40 años me aficioné al footing, y hasta hoy. Ahora, hago diez kilómetros diarios a la velocidad que me permite la edad”, comenta con humor.
¡Si no llega a ser por los periodistas, esto no sale!
Unos años más tarde, el destino volvió a llevar a José María García a Torrelodones. Antes de ser alcalde, Mario Mingo fue presidente del club de campo del pueblo. En plena crisis, inventó un programa de entrevistas para salvarlo: “Llevábamos a cenar a una estrella y dábamos a la gente la oportunidad de asistir. Funcionó muy bien. Por ahí llegó a pasar incluso Calvo-Sotelo cuando era presidente del Gobierno. Entre los invitados estuvo José María García. Después de la cena recordamos aquel partido entre Interviú y el equipo local”.
La anécdota tuvo en su momento el impacto suficiente como para colarse en las noticias del día, lo que no fue fácil. Aquel 30 de abril de 1993, la prensa contaba la visita de los reyes a la Casa Blanca y la incorporación de Baltasar Garzón a las listas electorales del PSOE. Pero aún así, ahí estuvieron José María García y Mario Mingo, granándose su espacio en la crónica política. “Si no llega a ser por los periodistas, eso no sale. Entre tanto ruido, ni siquiera el público se dio cuenta”, recuerda con gracia el exalcalde de Torrelodones y hasta ahora diputado popular.
Que se presentara a Aznar con mi nombre fue, cuanto menos, sorprendente
José María García, por su parte, explica así el hueco que tuvo la anécdota en los distintos medios de comunicación: “En aquel momento tuvo mucha gracia. Yo solía utilizar el deporte como pretexto para azotar al poder político cuando no hacía las cosas bien. Entonces, que se presentara a Aznar con mi nombre fue, cuanto menos, sorprendente”.
Aunque las encuestas demuestran que la política española está abriendo sus puertas a figuras emergentes, José María García, al igual que hizo en su programa aquel 29 de abril de 1993, asegura que nunca se presentará a las elecciones: “Siempre he sido un enamorado de la información política, pero nada más”.