Traca final de la campaña electoral más incierta de la historia. Con unos pronósticos que cambian por horas, el Partido Popular da por asegurado que el partido que lidera Mariano Rajoy será la lista más votada el 20-D. Lo que no tienen tan claro es cuánta distancia sacarán a la segunda fuerza y si serán capaces de formar gobierno. De hecho, los asesores más cercanos al presidente del Gobierno temen que el resultado quede como sucedió en el Ayuntamiento de Madrid, donde Esperanza Aguirre encabezó la lista más votada pero el PSOE que lideraba Antonio Miguel Carmona apoyó la investidura de Manuela Carmena, la líder de Ahora Madrid, la segunda fuerza más votada.
La doctrina que ha impuesto el equipo de campaña de Mariano Rajoy durante la recta final de la campaña es el voto del miedo. “El votante tiene que entender que el voto útil es votar al Partido Popular. Lo contrario es que Psoemos, una coalición de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias”. En el PP tienen muy presente lo que ocurrió el 24-M en Madrid, donde Aguirre consiguió por la mínima tener más votos que Carmena y no llegó a ser alcaldesa por una coalición de izquierdas.
Desde el partido conservador dan por hecho que, si consiguen una distancia de al menos cinco puntos con el segundo partido más votado será más fácil conseguir el apoyo de un partido que, según sus cálculos, podría ser Ciudadanos.
Con los trackings que tienen encima de la mesa en Génova, PSOE y Podemos no tendrían la mayoría que se necesita para formar gobierno. Sin embargo, la insistencia de Albert Rivera de bloquear la investidura de Mariano Rajoy les obliga a recalcular las opciones para el día después. De momento, en el PP insisten en aplicar el métoco 'RSC': “retener al votante fiel, de toda la vida del PP; seducir a los que en las europeas y municipales y autonómicas prefirieron a Ciudadanos y conquistar al nuevo votante que nunca ha depositado la confianza en nosotros”.
Solo quedan 48 horas para la cita con las urnas y nadie se atreve a hacer un pronóstico real sobre qué escenario político se abrirá a partir del lunes. En el partido conservador ya tienen asumido que empieza una nueva era donde el bipartidismo ha muerto. En las provincias donde se reparten tres escaños y siempre caían dos para PP y 1 para PSOE o viceversa, ahora ya la tarta se divide en tres partidos: los dos de siempre y uno de los emergentes, que según la zona es Podemos o Ciudadanos.
La ley electoral española beneficia al bipartidismo. Por eso los estrategas de PP y PSOE respiran un poco más tranquilos. En el PP creen que Podemos puede superar en votos al PSOE pero su apuesta es que, por número de escaños, ganarán los socialistas. Sea como fuere, el 40% de españoles que todavía no ha decidido su voto son clave para el futuro gobierno y los políticos se desgañitan durante las últimas horas de la campaña electoral para reclamar su atención, aunque sea atacando a la yugular al contrincante.