El Partido Popular diseñó para su candidato una campaña electoral centrada en la España rural donde aparecía un Mariano Rajoy más cercano que nunca. El candidato del PP quiso enseñar el hombre que se esconde tras el candidato y evitó las grandes urbes y los mítines multitudinarios de antaño. Los tiempos han cambiado y las circunstancias también. El objetivo del partido conservador es retener el voto de los mayores de 65 años, que se traducen en que el 80% de esos ocho millones de votantes irán el 20-D a votar.

El comité de campaña del presidente, liderado por Jorge Moragas, se preparó un esquema que respondía a acercar al candidato también a través de los medios de comunicación. Y se eligió a conciencia el formato. A continuación, EL ESPAÑOL le detalla los momentos cruciales de los quince días de la campaña electoral de Mariano Rajoy.

1. El 'bertinazo'

La campaña electoral del PP comenzó dos días del calendario oficial con el 'bertinazo', como se denomina en el propio partido la aparición de Mariano Rajoy en la casa de Bertín Osborne. El presidente del Gobierno visitó 'En la tuya o en la mía' para charlar sobre su infancia, inicios en política, una lotería que le tocó a todos sus compañeros menos a él, cómo conoció a su mujer, su relación con Aznar, Aguirre y Zapatero. Hasta el presentador le dijo: "eres el primer político que no me habla mal de nadie de la oposición" y reconoció días después que iba a votar a Ciudadanos pero finalmente apoyaría Rajoy, un candidato que calificó de "brillante".

Para los asesores del popular, la aparición del Rajoy más simpático en un espacio que fue visto por más de 8,7 millones de personas en algún momento fue uno de los grandes hitos de toda la campaña.

2. Atentado en la embajada española de Kabul

El viernes 11 de diciembre, casi una semana después de comenzar la campaña, el presidente del Gobierno se apresuró a decir que lo que parecía una mala noticia al final no era así. "No hay víctimas españolas, no era un ataque contra nosotros". Cuando Rajoy pronunció esas palabras en Orihuela, a las 18.30 horas, el asalto aún no había terminado.

Solo una hora después, antes de comenzar el mitin en Murcia, tuvo que desmentir sus propias palabras y reconocer que el policía herido en realidad estaba muerto. El sábado, el Ministerio de Presidencia enviaba un comunicado admitiendo que el ataque había sido contra los intereses españoles cuando ya se había confirmado un segundo policía español muerto en el ataque.

Pese a la nefasta estrategia gestión de comunicación que se hizo del ataque, el PP no notó en sus 'trackings' un bajón en sus encuestas electorales. El error parece que pasó desapercibido entre tanto paseo y saludo.

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3. Pinchazo en Las Rozas

El mitin más multitudinario se celebró el domingo 13 de diciembre. El Partido Popular de Madrid organizaba el acto: 4.000 butacas en la plaza de toros de Las Rozas que Mariano Rajoy no consiguió llenar. El acto más importante de toda la campaña quedó deslucido con las butacas que no se ocupaban. El nerviosismo se contagió en la cúpula del partido hasta tal punto que Juan Carlos Vera, miembro de la campaña electoral de Rajoy, abroncó a Esperanza Aguirre, la líder del PP regional, por no movilizar más autobuses y conseguir colgar el cartel de 'lleno hasta la bandera'. A la misma hora, Albert Rivera y Pablo Iglesias congregaban a 8.000 y 10.000 simpatizantes, más del doble que los populares. Fue uno de los días más duros de la campaña.

4. Cara a cara con Pedro Sánchez

El epicentro de la campaña vino marcada por el debate entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, Pedro Sánchez. Mariano Rajoy buscaba una confrontación en positivo, pero el socialista sorprendió con un debate bronco que remató cuando definió al líder del PP como una persona "indecente". "Hasta aquí hemos llegado", dijo un Mariano Rajoy totalmente descolocado que no pudo ni colar un solo mensaje.

5. Puñetazo en Pontevedra

Mariano Rajoy reservó la recta final de la campaña para su tierra, Galicia, el sitio donde más cómodo se siente. El miércoles por la tarde decidió dar dos paseos por Vigo y Pontevedra antes de dar un mitin en A Coruña a última hora del día. La buena sintonía se truncó a las 18.50 horas de la tarde, justo cuando la comitiva presidencial llegaba a la plaza de la Peregrina. Un chaval de 17 años propinó un puñetazo en la cara a Mariano Rajoy que conmocionó a toda España. 

Los dirigentes de todos los partidos condenaron unánimemente el ataque y Rajoy reaccionó de la mejor manera que se puede reaccionar en un caso así: no canceló su agenda, ofreció el mitin que tenía previsto aunque no pudiera leer los papeles y no denunció al agresor. Fue un caso aislado que no tenía relevancia, dijo el presidente. Tras el susto inicial, su equipo de asesores cree que el incidente puede beneficiar al candidato.  

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