Díaz pide a los suyos no caer en "aventuras ni oportunismos"
La presidenta andaluza reclama no caer en la "ansiedad" y reivindica pensar en la "estabilidad y la gobernabilidad" para recuperar terreno tras los resultados electorales.
22 diciembre, 2015 16:59Noticias relacionadas
Susana Díaz maneja bien los tiempos. Sabe que es el flanco débil de Pedro Sánchez y hasta ahora no ha querido hablar. 36 horas de silencio. Una reunión de urgencia del grupo parlamentario socialista en el Parlamento andaluz ha sido el escenario elegido para romperlo y lanzar un doble mensaje al partido. Primero: llamada a la “calma”, analizar con “frialdad” el 20D y evitar caer en la “ansiedad” y en la “autocomplacencia”. Segundo: "Ni aventuras ni oportunismo", dijo, y sí pensar a medio plazo en la "estabilidad y la gobernabilidad", recuperar la confianza de quienes les votaron, los que no y se fueron con los partidos emergentes, y los votantes jóvenes.
Estas dos premisas van precedidas de dos noes rotundos a la investidura de Mariano Rajoy y al líder de Podemos, Pablo Iglesias. No hay cambios, por tanto, en el primer posicionamiento tras el escrutinio y sí reforzarlo para cortar de raíz tentaciones: el lugar del PSOE es el de principal partido de la oposición.
El no a Mariano Rajoy y al PP por ser los responsables de recortes, de la desigualdad, del empobrecimiento y estar manchado por la corrupción. Es al PP al que le toca formar gobierno, pero el PSOE tiene que "cumplir su palabra". "Tenemos que votar no al PP y a Mariano Rajoy en la sesión de investidura", dijo, por si a alguien le quedara aún alguna duda.
Es ahora a los populares a quienes les toca "sufrir en sus carnes" lo que Díaz tuvo que aguantar para ser investida. Hasta 80 días fueron necesarios y los populares que ahora reclaman el apoyo socialista, no se lo brindaron en su momento. Podemos tampoco. Díaz no esconde cómo le molesta ver ahora al PP intentando seducir con cantos de sirena al PSOE e incluso que la busquen a ella como plan B frente a Pedro Sánchez.
No rotundo a Pablo Iglesias
En el caso de Iglesias, el tono empleado confirma que con Podemos no ve negociación posible. Díaz ha sido dura en el ataque a Iglesias, al que ha echado en cara su "prepotencia" al poner sobre la mesa sus condiciones, en especial, el referéndum en Cataluña. El mensaje en este caso es contundente: con la unidad de España no se juega.
Díaz tiene claro que Iglesias ha elegido un camino en el que va a tener que pagar un"peaje" por haber querido arañar unos escaños, aliándose con grupos que llevan la bandera del independentismo y renunciando a la defensa de la unidad del país, la convivencia y la igualdad. Tampoco caben alianzas con quien dijo no aspirar a gobernar, sino a ocupar el sitio del PSOE.
En su análisis también tiene cabida la advertencia ante lo que intuye pueda ser la burbuja de los partidos emergentes. Unos cambios "no consolidados", a su juicio, y de los que no sabe si llegan para quedarse. Le vino al pelo lo que ha pasado con UpyD. De tener grupo parlamentario a desaparecer. O con Ciudadanos que de ir encabezando encuestas como primera fuerza, pasar por segunda y tercera, y acabar en cuarta posición.
Ni ansiedad ni autocomplacencia
Ante ese panorama en el que los cambios no se han consolidado en ninguna dirección y el voto es "volátil", consideró que tienen la oportunidad de aprovechar que los ciudadanos están sometiendo a los partidos a un test de "prueba y error" para recuperar el terreno perdido.
"Somos el principal partido de la oposición, porque es donde nos han colocado los ciudadanos. Hay quienes nos han quitado su confianza, tenemos que recuperarla y sintonizar con la gente", arengó a los parlamentarios andaluces.
La puesta en escena de su discurso estuvo bien medida. Para dejar claro que en esto en el PSOE andaluz están todos a una, Díaz estuvo flanqueada por sus dos hombres de confianza, el portavoz del grupo parlamentario, Mario Jiménez, y su secretario de Organización, Juan Cornejo, teniendo como público a todo el grupo y todos sus consejeros en el Gobierno andaluz.
Al igual que hiciera en la noche del 20D, tras analizar el éxito del PSOE andaluz por hacerse con la cuarta victoria consecutiva, ni de pasada mencionó a Pedro Sánchez. Y menos aún de su repentino anuncio de presentarse esta primavera a su reelección como secretario general del PSOE, porque no era el momento ni el lugar adecuados. Tal vez, esa petición de no caer en la ansiedad y en la autocomplacencia lleve también implícita la lectura en clave interna ante la precipitación de Sánchez.