Entre el 'win-win' de Iglesias y el pacto 'imposible' de Rivera
Mariano Rajoy recibe a los líderes de Podemos y Ciudadanos en el Palacio de la Moncloa.
28 diciembre, 2015 01:24Noticias relacionadas
Cuando Pablo Iglesias y Albert Rivera entren este lunes al Palacio de la Moncloa ya no lo harán como depositarios de una mera expectativa de cambio, sino como representantes de 8,7 millones de votantes: el total de papeletas que sumaron Podemos y Ciudadanos en las elecciones generales.
Los 109 escaños, casi un tercio del Congreso, son el mordisco de las fuerzas emergentes al bipartidismo y el reflejo de las ansias de reforma de una buen parte de la población. Pero el reparto de equilibrios de esos diputados en el complejo sudoku salido de las urnas asigna roles diferentes a los nuevos partidos. Mientras Iglesias y sus marcas autonómicas, con 69 escaños, están ante una situación que los anglosajones definirían como win-win (ganar o ganar), Rivera y sus 40 ciudadanos defienden una compleja ecuación con PP y PSOE.
Plan de emergencia y referéndum
Iglesias, tercera fuerza política nacional, será el primero en franquear las puertas de la Moncloa. Rajoy y el líder de Podemos han trabado una buena relación personal, alimentada por intereses mutuos en la conquista de espacios ideológicos distintos. Desde que Iglesias fuera invitado a la Moncloa por primera vez tras la moción separatista del Parlamento catalán, el contacto ha sido fluido entre ambos.
Nada más conocerse el resultado del 20D, Iglesias borró la sonrisa que había paseado durante toda la campaña y eligió el gesto serio de quién se sabe decisivo para decidir la gobernabilidad del país. El no político de Iglesias a Rajoy se da por supuesto. Podemos ha condicionado cualquier pacto a una negociación previa con algunas líneas rojas: referéndum en Cataluña y plan de emergencia social son algunas de ellas.
Para Iglesias, el momento político es inmejorable. Los movimientos sísmicos en el espacio socialista alimentan las expectativas de Podemos ante un escenario de adelanto electoral. Al mismo tiempo, el partido tiene la fuerza suficiente para empujar al límite el diálogo si el líder del PSOE, Pedro Sánchez, convence a sus barones territoriales para intentar el pacto con Iglesias.
¿Gran coalición sin Rajoy?
Si Podemos guarda ases bajo la manga, Ciudadanos, sin embargo, juega la partida con las cartas marcadas. Los 40 escaños del 20D no son suficientes por sí solos para inclinar la balanza y el pinchazo naranja en la recta final de la campaña indica que unas nuevas elecciones no serían la solución más conveniente.
Rivera propondrá a Rajoy su fórmula de Gobierno a tres bandas para que, en sus propias palabras, "nadie aproveche la incertidumbre para romper este país". A la vez, quiere formar una mesa de negociación que establezca "una hoja de ruta para reformar España". El acuerdo excluye a Podemos por su aspiración de un referéndum en Cataluña. Si bien una vez comenzada la legislatura, Rivera no descarta acuerdos puntuales con la formación de Iglesias.
La aspiración de Ciudadanos choca con la negativa del PSOE, que de momento se niega a apoyar un Gobierno del PP, con o sin Rajoy. Rivera ha evitado apoyar explicítamente a Rajoy y podría aprovechar su visita a la Moncloa para aclarar su posición sobre la figura que debería liderar el futuro Ejecutivo.
La propuesta de Ciudadanos ha tenido eco entre algunos barones del PP. Alberto Núñez Feijóo fue el primer en posicionarse a favor de este entendimiento a tres bandas: "Sería bueno para el país y para los tres partidos. Extraordinario para los españoles". El vicesecretario de Organización popular, Fernando Martínez-Maíllo, dijo este fin de semana que "la música de Rivera suena bien".
El último en defender la gran coalición ha sido Mario Vargas Llosa. El Premio Nobel de Literatura respaldó la gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos en su tribuna del domingo en el diario El País.