"Esto mola", dice Albert Rivera en referencia a las nueve horas transcurridas este domingo desde que a primera hora salimos de Madrid en AVE con destino a Valencia. Le parece una jornada muy corta al líder de C's, que ha aparecido en taxi en la estación rondando las nueve de la mañana y ha entrado por la puerta de su casa a eso de las siete de la tarde. Lo normal es que el día acabe con una cena de postín, como es el caso desde que hace ocho meses Rivera se convirtió en objeto de deseo para todo-el-mundo-que-es-alguien en este país.
No ha sido así hoy, un domingo especial, dulce y de estreno. Nuevo han sido el mitin pequeño y familiar junto a la playa de La Malvarrosa; el periscope que ha grabado él solo a pie de andén móvil en mano; el eslogan de campaña- “Tiempo de acuerdo, tiempo de cambio"; el vídeo con los héroes de España, desde la madre trabajadora hasta el camarero luchador y el parado, y la moleskine naranja que ha presentado al público sobre un escenario con el sol de frente, sin atril y con un viento que impedía el uso de tarjetones.
Rivera, que se define como "un caos", se la pidió hace dos semanas a María Castiella, su jefe de gabinete. Quería "ordenar las ideas". No será esta moleskine naranja como el cuaderno azul donde José María Aznar escribía con sigilo y en secreto el nombre de sus ministros . Dice Rivera que la usa como “cuaderno de bitácora” donde anotar las ideas de le cuentan los españoles: “Aquí lo que hay son reuniones con ciudadanos. Iré tomando nota durante toda la campaña”.
De regreso en el AVE, cuando su novia Beatriz sestea en el asiento contiguo, Rivera me deja husmear en la moleskine: “Cuando uno escribe a mano piensa mejor que cuando teclea en el móvil”.
1. Venezuela
“Veo gorras venezolanas”, ha dicho Rivera desde el escenario cuando ha detectado a las dos familias protagonistas del mitin: una de ellas, la de Paola María del Pilar Val Batista, de 8 años, que se ha abrazado a él llorando como una magdalena. Paola, una niña rubia de ojos azules, le ha dado una carta arrugada que él ha prometido enmarcar y poner en su despacho:"Albert Ribera [sic] Gracias por ir a Venezuela en nombre de todos los niños de Venezuela. No nos dejes en ningún momento".
“No llores. Todo se va arreglar”, le ha contestado Rivera, que ha aguantado el tipo como ha podido entre el mar de lágrimas de la madre de la niña, María Gabriela Batista, cuyo padre falleció en Venezuela, dice, “por falta de medicamentos que sanara sus llagas” y su amiga Paula Rodríguez, cuyo hijo Pablo García, de 7 años, se ha envuelto (literalmente) en la bandera de su país.
2. Cambio a mejor
Los españoles han de evitar el voto útil que les lleve a decantarse en estas “elecciones de repetición” el 26-J por el PP. Busca Rivera a los moderados del PP y del PSOE, españoles que desean un “cambio a mejor” convertido en hashtag de Ciudadanos. Votar a Ciudadanos no supondrá solo un cambio, sino uno de calidad: “No quiero pensar en la España del cabreo, sino en la de las oportunidades”.
3. No conformarse
Los jóvenes españoles, “los mejor preparados de la historia”, no deben resignarse a hacer las maletas y a marcharse de España para buscar un futuro mejor: “Que la mitad de los jóvenes de nuestro país no tenga trabajo es un auténtico fracaso”.
4. Corrupción
En la capital del Turia se ven las heridas físicas de la fiesta de la corrupción popular: el puerto de Valencia, elegido con intención porque fue escenario de macroeventos como la Fórmula Uno o la Copa de América; el edificio decrépito del Alinghi o el ripollés junto al cauce del río: “¿Alguien piensa que Ciudadanos va a gobernar España con personas que mantienen a Rita Barberá en la diputación permamente del Senado? España no se merece un Gobierno manchado por la corrupción”.
A Rivera no le cabe la menor duda de que el “querido Mariano” que Rita Barberá dedicó al presidente del Gobierno es una “amenaza en toda regla para no tirar de la manta”.
5. Egos y pactos antisillones
España no tiene Gobierno aún porque han primado los egos de los políticos sobre los intereses del país. A esa conclusión ha llegado Rivera tras cuatro meses de impasse. Ahora, está convencido de que solo un “pacto antisillones” entre los cuatro grandes partidos evitará que España vaya a unas terceras elecciones.
Así lo ha pedido en Valencia a Rajoy, Sánchez e Iglesias: que dejen a un lado sus intereses particulares. Para ilustrarlo, no solo vale el ejemplo de Adolfo Suárez. Aquí esta cita de Winston Churchill: “En la vida es mucho mejor ser útil que ser importante. Yo prefiero ser útil a los españoles que sentirme importante”.
6. Héroes anónimos
La clase media española. Los héroes anónimos descritos en el video. Los españoles que, como en la Transición, decidieron unirse para sacar adelante su país.
7. La maldición de España
No existe. España es uno de los mejores países del mundo. Así se lo recuerdan allá donde va, como recientemente, en Grecia, donde solo oyó alabanzas sobre el trabajo de las ONGs españolas en los campos de refugiados. También ecuatorianos que ha encontrado en sus actos, donde han destacado el trabajo de los bomberos españoles en el reciente terremoto: “Tenemos que recuperar la autoestima como país”.
8. Gobiernos que estén a la altura
La sociedad civil va por delante de la clase política. Son los políticos los que han fallado a los españoles. No han estado a la altura de la valía de los ciudadanos. Los políticos han de tener accountability ante los españoles.
9. Conciliación
La ha destacado Marta Martín en Valencia, y Rivera lo comparte al cien por cien: “No puede ser que en España tener un niño sea un problema”. Conciliar, como hemos visto hacer a Martín en un “momento Bescansa” junto a Rivera en el mitin: cuando su hijo Pablo, de 7 años, se ha acercado a besar al líder.
10. Los mayores que han salido de la crisis
No solo a los jóvenes españoles tiene Albert en su moleskine. Tienen lugar también los mayores, esos españoles que han logrado salir de la crisis a pesar de las penalizaciones fiscales a los que los ha sometido Rajoy: “A esos a los que ha perseguido mientras ha perseguido a los Bárcenas, a los Pujol y al ministro Arias Cañete y su mujer”.