Aitor Iureta Oteiza murió el 11 de agosto de 2014 a los 82 años en La Vall d’Uixó, un municipio de la provincia de Castellón. Eso es lo que pone su lápida, una de las más sencillas del cementerio, defectuosa, sin foto, con una cruz y un escueto epitafio: "Tu familia". Hasta hace pocos días nadie había ido a visitarle ni a ponerle flores porque Aitor Iureta Oteiza no existe. No hay nada tras el nicho número 46 del camposanto de este municipio. El engaño se ha descubierto dos años después y solo a raíz del cambio de gobierno. Ahora, una investigación municipal señala que fue el ex alcalde, Óscar Clavell, diputado nacional por el PP tras el 20-D y candidato el 26-J, quien ordenó este enterramiento ficticio. Trabajadores del camposanto y técnicos del ayuntamiento han asegurado que actuaron por orden del regidor. Hay al menos otro caso más de enterramiento falso. Las pesquisas hablan de una operación para dar un puesto predilecto a una matriarca gitana. Clavell espera a ser citado por el Ayuntamiento para dar su versión.

El caso de Aitor Iureta podría haber pasado desapercibido, pero no el nicho 106 de esa misma fila, la de La Pau (La Paz) C. Esta sepultura estaba tapiada sin más, sin lápida ni nombres. Y en La Vall existe una ordenanza por la cual los nichos se entregan por estricto orden de fallecimiento, de izquierda a derecha y de arriba abajo. Hay puestos preferentes (el del suelo y el segundo) y puestos que no quiere nadie por su altura (el tercero y el cuarto). No puede haber huecos. “Donde te toca, te toca”, recalca Antoni Llorente, primer teniente de alcalde y concejal de Esquerra Unida en este consistorio. Una alianza entre socialistas, Compromís y la federación valenciana de IU arrebató al PP de Óscar Clavell el gobierno local en las pasadas elecciones.

El nicho falso de Aitor Iureta. Kike Tarazona

Llorente explica que al preguntar por el 106 a los trabajadores municipales, uno le “sugirió” que mirara el libro que registra la venta de tumbas. Y ahí apareció el cuadrante 106 vacío pero también vieron algo raro en el 46. En esta casilla se ve una cruz y debajo pone ‘vacío’, pero se tachó con típex y ahora se lee Aitor Iureta Oteiza. Las sospechas de que había nichos vacíos y de que hasta se había simulado un entierro eran evidentes. Llorente dio una rueda de prensa a finales de abril para desvelar la irregularidad y anunciar la apertura de una investigación que se encuentra en su recta final y que apunta hacia el ex alcalde popular. A las dos horas le llamó Clavell. Los dos se vieron en una cafetería junto al ayuntamiento. “Entiendo que era una conversación privada y que las explicaciones que tiene que dar las tiene que dar en el expediente de averiguación”, dice Llorente.

Las indagaciones han terminado a la espera de citar al ex alcalde. Desde el consistorio dicen que este lunes mirarán fechas para citarle. Clavell, de momento, prefiere callar hasta que se cierre el expediente. “Todavía está abierto, hasta que no se cierre no queremos hacer más declaraciones”, afirma a este diario. Hasta la fecha han declarado dos concejalas del PP porque cuando ocurrieron los hechos era periodo vacacional y había alcalde accidental en La Vall d’Uixó. Ellas han asegurado que adjudicaron las tumbas desconociendo que no se correspondía con el orden fijado.

LOS TESTIMONIOS: “CUANTO MENOS SEPAS, MEJOR”

En el tiempo de estos enterramientos falsos trabajaban en el cementerio de La Vall tres personas. “No podemos hablar, lo tenemos prohibido, hemos tenido que ir a declarar a la policía por esto”, dicen desde la caseta del camposanto. En la investigación sí han dejado constancia de lo que ocurrió aquel mes de agosto en que se enterró a Aitor y en enero de 2015, fecha del otro enterramiento ficticio. Uno de ellos no trabajó esos días pero al ver los huecos preguntó en la concejalía de Sanidad y allí le indicaron que “cuanto menos supiera, mejor”.

El enterrador habla de órdenes del ex alcalde. Él ha asegurado en estas pesquisas que se saltó el orden establecido por la ordenanza porque Clavell, como alcalde, le comunicó que así debía hacerlo y a la mayor brevedad. Así que se dejó libre el nicho 46 y el 47 y se concedió el 48, en el suelo. Allí reposa una matriarca gitana, Providencia Santiago, con una losa más parecida a un minimausoleo, que sobresale del resto y que aprovecha la zona de suelo para llenar la lápida de flores. Para el 46 se inventaron a Aitor, en el 47 descansa una mujer que falleció cinco días después que la matriarca.

Entrada del cementerio de La Vall d’Uixó, en Castellón. Kike Tarazona

Consta que los descendientes acudieron al ayuntamiento para la adjudicación del nicho, pero no les gustó el que les tocaba, el 46, el tercero en altura y al que no se puede acceder si no es con escalera. “Querían el 48 (el suelo)”, ha explicado una trabajadora municipal. Los técnicos se negaron a la operación, así que los familiares optaron por “ir a hablar con el alcalde”. Y finalmente obtuvieron el nicho número 48. Son varios los testigos que han participado en esta investigación que aseguran que se actuó por orden de Clavell.

EL ‘NACIMIENTO’ DE AITOR IURETA

Con las instrucciones de que había que dejar correr dos nichos, a un técnico municipal se le ocurre que debe elegir un nombre que no sea común, para que no coincida con nadie del municipio. Es así como da con Aitor Iureta Oteiza y se le asigna el 46. Otro técnico decide hacer un informe cuando se entera del caso y relata en un documento que desde la funeraria le indican que “por orden del alcalde” se realizó el enterramiento sin guardar el orden establecido. Otra técnico también deja constancia en el libro de venta de nichos: “Enterrada la mujer del patriarca en la cuarta (la primera desde el suelo), tocaba la segunda. TAPADO (Nombre falso) (No hay nadie dentro)”. El enterrador dijo creer que el nicho de Aitor fue pagado por los familiares de la matriarca.

Para cerrar el círculo, el equipo de gobierno pidió datos sobre la existencia del tal Aitor y el INE les confirma que no tiene datos de él. No existe. Algunos vecinos acudieron con guasa al cementerio a ponerle flores. Otros le abrieron un perfil de Facebook.

LA HIJA DE LA MATRIARCA: “YO NO SÉ NADA”

Es viernes y en La Vall d’Uixó hay mercado. En uno de los puestos está Piedad Cortés, una de las hijas de la matriarca. Vende ropa interior en un tenderete rodeado por sujetadores, fajas y bragas. “Más vale uno bueno que dos baratos y malos”, le aconseja a una vecina que acaba llevándose un sujetador por 25 euros. “Si no le queda bien lo puede devolver”, le dice. Asegura no saber nada de nichos falsos en el cementerio. “Providencia Santiago es mi madre”, afirma cuando se le pregunta por ella. “Es mi madre sí, somos nueve hermanos, pero yo no vi nada ni sé nada de eso, no estaba para esas cosas”, dice y sigue con el trabajo. Su puesto tiene clientela constante y fiel.

A esas horas visita el cementerio Manuel, el marido de la mujer que ocupó el nicho 47, el que está entre Aitor y la matriarca. “Supe que no había nadie por la prensa”, dice apuntando no estar molesto por el engaño: “A mí me viene bien donde me ha tocado”.

El Ayuntamiento de La Vall d’Uixó quiere abrir las sepulturas para confirmar el engaño y han hablado con la Fiscalía para ver qué pasos deben de dar, puesto que los nichos no se pueden abrir hasta que pasan entre tres y cinco años. Quieren abrir el del falso Aitor y también el 106, que está en blanco, y cuya ‘ocupación’ hizo que otra persona del mismo colectivo pasara de la tercera altura a la segunda. Llorente afirma que la investigación está prácticamente acabada y que solo les falta citar a Clavell.

“Queremos preguntarle si tuvo un trato de favor hacia un colectivo y a cambio de qué contraprestación. El expediente, que podría acabar en un juzgado, constata las formas caciquiles con las que se gobernó”, dice Llorente.

Óscar Clavell, diputado del PP. E.E.

Óscar Clavell es el número dos del PP por Castellón. Fue procesado en febrero por prevaricación y malversación por autorizar con su firma -cuando era alcalde accidental en sustitución de la ahora presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig- un pago de más de 700.000 euros a la contrata de basuras pese a tener informes técnicos contrarios. El auto de procesamiento se emitió cuando era diputado en el Congreso, así que el juzgado se ha dirigido al Supremo para preguntar sobre su aforamiento.

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