La mano tendida de Unidos Podemos al PSOE genera en los socialistas mucha desconfianza. Tanta, como para que horas después de que Pablo Iglesias repitiera desde el hotel Ritz que sin ellos será imposible gobernar, Pedro Sánchez le haya respondido con una negativa rotunda. "El que me tiende la mano, me acusaba antes de ayer de tener las manos manchada de cal", ha dicho.
El mensaje Sánchez lo redondeaba resaltando el "rencor" que exhibe Iglesias hacia el PSOE, así como repasando el juego de líneas rojas tras el 20D que marcó para impedir el acuerdo y el bloqueo para que fuera investido presidente.
Sánchez lo ha querido dejar claro en un acto en Jerez de la Frontera (Cádiz), en el que ha estado acompañado por la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz. Era la ocasión porque estaba ante quien es precisamente una de las voces más destacadas del partido contrarias a alianza alguna con la formación de Iglesias.
Díaz siempre recuerda en todos sus mítines cómo la formación morada impidió durante 80 días su investidura como presidenta y que “hay una izquierda que siempre acaba haciéndole el juego a la derecha”. De esta forma, Sánchez respondía a quienes, como Díaz, desde dentro del partido le estaban pidiendo ese gesto de apartarse de cualquier ofrecimiento de Unidos Podemos.
Soluciones y no excusas
Ahora que las encuestas aprietan y los resultados hablan del “sorpasso” al PSOE, Sánchez ha querido demostrar que mientras que los socialistas sí han buscado soluciones, desde Podemos sólo ha habido excusas. Desde el derecho a la autodeterminación, pasando por los cuatro grupos parlamentarios o el reparto de vicepresidencia y ministerios las ha ido repasando hasta llegar a la propuesta de un presidente independiente. En este punto, ha hecho hincapié en que sus siglas tienen fuerza suficiente para que si hay cambio este no tenga “intermediarios”. “Quien quiera poner fin a Rajoy, tiene que decir sí al cambio sí al PSOE”, ha insistido.
La clave para los socialistas es movilizar a su electorado. Por eso, Sánchez ha insistido en activar al máximo al partido para que ningún simpatizante “se quede en casa”, porque sólo así el PSOE será la “primera fuerza política”. Y a quienes optan por la “nueva política”, les ha dirigido otro mensaje: el PSOE no va a estar en el debate de “reproches, siglas y sillones”, sino que van a hablar de “soluciones”.
En esta misma línea, Susana Díaz ha venido insistiendo en que la campaña se debe centrar “con intensidad” en los problemas de los ciudadanos y no caer en el juego de “frivolidades” de otros partidos “con la que está cayendo”. Atacaba así con ironía las dudas del PP por si elegía un reggaeton o un merengue electoral para amenizar sus actos de campaña o los corazones de los “osos amorosos” que acompañan el logo de Unidos Podemos. Esto lo ha entendido casi en términos de "falta de respeto" a los ciudadanos.
"Vamos a hacer la campaña que los ciudadanos merecen para, de una vez por todas, acabar con la legislatura insoportable de Mariano Rajoy y el PP", ha afirmado. También ha alertado sobre los riesgos de “emborracharse” con las de encuestas que pueden tener tanto Rajoy como Iglesias.