Todo preparado en Ifema para recibir a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, los cuatro rivales que luchan por la Presidencia del Gobierno el 26J y que debatirán, por primera vez en la historia, esta noche. El resultado final del enfrentamiento marcará, sin duda, el tono de todos los mítines que quedan hasta el 26J.
Mariano Rajoy prepara a conciencia lo que ya sabe que va a ser un 'tres contra uno' y guarda en la recámara “asuntos feos” de PSOE, Podemos y Ciudadanos, por si los demás centran todo el debate en la corrupción del PP. En Génova confían que Pedro Sánchez entre en un 'cuerpo a cuerpo' contra Pablo Iglesias y dé algo de aire a su rival conservador. En el esquema del líder socialista está marcado atacar al secretario general de Podemos, “pero sin pasarse”. Su objetivo en la contienda a cuatro es recuperar la moral aplastada por el CIS e intentar romper la pinza Rajoy-Iglesias.
Por su parte, el líder de Podemos se ha propuesto ningunear a los firmantes del pacto de El Abrazo, Sánchez y Albert Rivera, y quiere presentarse ante los espectadores como la única alternativa real para conseguir echar a Mariano Rajoy del Palacio de la Moncloa. El presidente de Ciudadanos se juega ser de verdad el líder de una formación decisiva para formar gobierno o, por el contrario, pasar a la irrelevancia política en un rincón del Parlamento. Por eso deberá huir del discurso buenista y las generalidades y dejar muy claro qué piensa hacer con sus votos y escaños a partir del 26-J. El ejemplo que puede seguir es el mensaje que transmitió Inés Arrimadas en el debate a cuatro con mujeres. La líder de C´s en Cataluña consiguió presentar al partido naranja como una fuerza política moderada y necesaria y propinó, con elegancia y contundente, ataques a todos los demás.
PP. EVITAR EL 'TRES CONTRA UNO'
Todos a por Rajoy. El líder del PP se está preparando a fondo el debate a cuadro porque está convencido de que será un 'tres contra uno' y tendrá que defenderse de la mejor manera posible. El presidente del Gobierno en funciones no quiere entrar en el juego sucio pero guardará argumentos en la recámara por si tiene que emplearlos en temas como la corrupción, donde el PSOE podría salir muy mal parado por el caso de los ERE en Andalucía.
En Moncloa creen que este lunes se va a repetir la dinámica que ya se vio en el debate de mujeres que protagonizó Andrea Levy junto con Margarita Robles (PSOE), Carolina Bescansa (Podemos) e Inés Arrimadas (C´s). En este enfrentamiento entre féminas, los conservadores sacaron la conclusión de que la única idea que les une a los tres rivales es “echar” a Mariano Rajoy del Gobierno, aunque sea la fuerza más votada.
Rivera, el rival más complicado. El líder de Ciudadanos es el contrincante más complicado a batir para el líder del PP. El equipo de Moragas diseña concienzudamente qué ataques deberá lanzar Rajoy en el caso de que sea necesario. Sin embargo, es consciente de que Albert Rivera es quien más voto quita a Mariano Rajoy y coinciden en algunas materias. En este aspecto, en Génova cruzan los dedos para que Pedro Sánchez cambie de objetivo y entre cuerpo a cuerpo contra Pablo Iglesias. Si esto ocurre, los estrategas de Génova recomiendan al líder del PP “que no entre ahí”.
O Rajoy o el caos. Como Soraya Sáenz de Santamaría le ha transmitido tras su duelo a cuatro durante la campaña del 20D, “no es un debate, son pequeños monólogos”. Mariano Rajoy se quiere colar en las televisiones de los españoles y presentarse como el único líder con experiencia y trayectoria como gestor público. En cada uno de sus mítines machaca una misma idea: que para ser presidente del Gobierno “al menos” hay que haber sido antes concejal de algún municipio.
El presidente del Gobierno en funciones también pondrá en valor su gestión al frente de su primera legislatura al evitar el rescate y la quiebra de España y enfatizará su mensaje de que quiere alcanzar 20 millones de empleos en 2020. Si no es él quien siga en la Moncloa, “será el caos”, insistirá.
PSOE. RECUPERAR EL PULSO
Gustar a los suyos. “Nuestro rival ahora mismo es la abstención, por eso [Pedro Sánchez] dará motivos para ir a votar”, explica su equipo. Esa es la principal obsesión de un candidato que reconoce el perverso efecto desmovilizador que pueden tener unas encuestas que ya han sentenciado las posibilidades del PSOE. Sánchez pretende hablar de asuntos concretos como “el paro, la desigualdad, las pensiones y la educación” para hacer ver a los espectadores que es el PSOE el que tiene las mejores medidas para cambiar España. Esa es la parte “en positivo” que los socialistas prometen para el debate.
Romper la polarización PP-Podemos. El gran reto de Sánchez será romper el ritmo de un debate que se prevé polarizado entre Rajoy e Iglesias. Ambos se han erigido mutuamente como los dos contendientes reales de estas elecciones con el objetivo de restar espacio al PSOE y a Ciudadanos. Sánchez aspira a acabar con ese juego para tener peso propio y diferenciado en el debate, aunque su equipo no explica cómo logrará lo que se le resiste durante esta campaña. Es probable que el socialista trate de asociar a Rajoy con Iglesias como dos enemigos del cambio que él quiere representar.
Sin pasarse, pero a por Iglesias. “No veremos salidas de tono, ni ataques ‘porque sí’ al resto de adversarios”, explica el equipo de Sánchez. Pero “sí explicará a los ciudadanos españoles por qué hoy sigue Rajoy y no hemos puesto ya en marcha un ingreso mínimo vital, una ley contra la pobreza energética, la acogida de nuestra cuota de refugiados…” Sánchez no dudará al denunciar al que el PSOE considera el falso profeta de la izquierda que sólo quiere que no Gobierne Sánchez, algo que desembocará, según los socialistas, en que Rajoy siga en la Moncloa.
PODEMOS. 'SORPASSO' AL PP
"Somos la alternativa al PP, el PSOE tendrá que elegir". Pablo Iglesias, que lleva recluido desde el sábado para preparar el debate a cuatro, esgrimirá este argumento que es la clave de su campaña electoral. Por un lado, el líder de Podemos volverá a polarizar la contienda electoral como una batalla entre dos únicas opciones para los electores. "O el PP o Podemos". Por el otro, seguirá presionando al PSOE para que, si las encuestas tienen razón y Unidos Podemos es segunda fuerza en las urnas, los socialistas aparezcan ante la opinión pública como principales responsables de que haya o no un gobierno de izquierdas.
A por Mariano Rajoy. Esta es la primera vez en que Iglesias debatirá en público con el presidente del Gobierno en funciones. Y la estrategia de Podemos consiste en que su líder se centre en atacar a Rajoy por asuntos como la corrupción y la gestión de la crisis económica con recetas austeras. Se trata de hacerse ver como principal alternativa al PP, como ya se ha dicho, al tiempo que ningunea a Pedro Sánchez y Albert Rivera. La duda está en si Iglesias utilizará el tono más bronco, teniendo en cuenta que eso puede penalizarle ante los espectadores.
El minuto de oro, una oportunidad. Pablo Iglesias y su equipo de colaboradores no se olvidan de que en el debate a cuatro del 20-D convencieron a muchos espectadores gracias a la última intervención. El líder de Podemos utilizó sus innegables habilidades ante la cámara para hilvanar un discurso que cerró con el puño en el corazón. A buen seguro, en ese minuto de oro para cerrar del debate, Iglesias intentará otra vez alguno de sus golpes de efecto. En el partido morado saben que, más allá de las dos horas de debate, en ese minuto tienen una oportunidad, aunque también tienen el problema de las altas expectativas generadas por el precedente.
CIUDADANOS. RIVERA SE LA JUEGA
Jugar al ataque, recuperar el centro frente a PP y Podemos. El líder de Ciudadanos se juega en el debate a cuatro buena parte de sus opciones el 26 de junio. El 'sorpasso' de Unidos Podemos al PSOE que anuncian todas las encuestas ha polarizado este inicio de campaña, ha difuminado el espacio político del centro y ha conseguido presentar estas elecciones como una disyuntiva entre Mariano Rajoy y Pablo Iglesias. Si en el debate a cuatro del 20-D Rivera optó por un tono más presidencialista con golpes de efecto puntuales, como el de mostrar a Soraya Saénz de Santamaría la portada de El Mundo con los SMS de Bárcenas, en esta ocasión necesita un discurso más agresivo. Rivera no podrá centrarse únicamente en el relato de la pasada legislatura y el papel que jugó Ciudadanos para intentar formar gobierno. Ese discurso ya no es suficiente.
Un buen ejemplo, que funcionó bastante bien según todos los analistas, lo tiene en el debate que protagonizó Inés Arrimadas la semana pasada. La líder de Ciudadanos en Cataluña consiguió presentar al partido naranja como una fuerza política moderada y necesaria. La portavoz de C´s en el Parlamento catalán supo también repartir con elegancia, pero contundente, ataques a PP, Podemos y PSOE.
Medidas y ataques concretos. Rivera deberá huir del discurso buenista y las generalidades. El líder de Ciudadanos deberá dejar muy claro qué piensa hacer con sus votos y escaños a partir del 26-J. A partir de ahí, necesita concretar lo máximo posible su ofensiva. Si quiere poner de manifiesto las contradicciones de Iglesias y Rajoy deberá hacerlo con datos y ejemplos muy concretos.
Tal y como se preveía, la campaña no está siendo excesivamente rica en propuestas. Pero si Rivera quiere usar esa bala deberá elegir muy bien los ejemplos, no caer en contradicciones y apoyarse más en los datos y menos en las frases hechas. Si, por ejemplo, quiere presentar la supresión de las diputaciones como una de sus medidas de regeneración, es más importante explicarlo con cifras que con latiguillos como el de “acabar con los chiringuitos políticos”.
Controlar la gestualidad. El anterior debate a cuatro será recordado por los problemas de Rivera para 'estarse quieto' en plató. El líder de Ciudadanos es un político hiperactivo, pero esos nervios le jugaron una mala pasada el 20-D y se convirtieron en objeto de burla en las redes sociales. Es cierto que en aquel debate era sin atril, como si habrá en el de este lunes, pero es importante que Rivera controlé la gestualidad. Con el precedente del 20-D, habrá muchos ojos pendientes de ese factor. En Ciudadanos admiten en conversaciones privadas que no prepararon suficientemente aquel debate sin atril, y que Rivera ha entrenado su lenguaje corporal para que ese factor no resulte un problema.
Fernando de Páramo, secretario de Comunicación de Ciudadanos y uno de los principales asesores de Rivera, decía este domingo que “lo más importante para el debate es la actitud y estar fresco mentalmente”. El líder de Ciudadanos llegó muy cansado al 20-D y es cierto que en esta ocasión está dosificando su exposición.