En la boca de metro de Chueca desembocaba durante la tarde de este miércoles una marejadilla, que no marea, de banderas naranjas y moradas. De frente y con sombra, los que portaban las insignias de color de Ciudadanos; dos calles más abajo y a pleno sol, se dirigían los simpatizantes de Podemos. Los de Rivera e Iglesias coincidieron en el emblemático barrio madrileño para presentar sus programas electorales en materia LGTBI con los que concurren a las elecciones del próximo domingo.
La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, fue la maestra de ceremonias en la Plaza de Chueca, engalanada para la ocasión con banderas arcoiris acompañadas de lazos naranjas. Comenzó explicando el porqué del lugar: “Es el símbolo de la igualdad y de los derechos civiles imparables”.
Metáforas a un lado, el distrito de Justicia, al que pertenece Chueca es un lugar donde ambos partidos superaron en las pasadas elecciones generales al que durante muchos años abanderó la lucha del colectivo gay: el PSOE. Podemos logró 2.248 votos (25,12%) y Ciudadanos obtuvo 1.692 (18,91%). Los socialistas se tuvieron que conformar con un 13,67% de los votos.
Por ello, con el objetivo de repetir o mejorar los resultados, C’s y Unidos Podemos volcaron sus esfuerzos, de manera muy distinta, en acercarse a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Mientras que los naranjas presentaron una batería de medidas que llevarían a cabo en el caso de formar parte del próximo Gobierno, los morados se quedaron en recordar tiempos mejores y durante el coloquio apenas se habló de medidas concretas.
Una Villacís visiblemente emocionada recordó cómo la plaza de Chueca fue “su segunda casa” durante sus tiempos “de moza”: “Tenía un amigo que sólo era gay conmigo, no se atrevía por miedo a contar su condición sexual. Aquí era quien realmente era”. Así enunció de carrerilla, sin pestañear, una decena de locales de ambiente gay de la zona: “Me los sé todos. Cuánto tiempo en ellos”.
“Iros a tomar por culo. No nos representáis, no formo parte del sistema”. A gritos salió un joven del metro al ver el mitin que habían montado los militantes de Ciudadanos interrumpiendo a Villacís. “Por eso estamos aquí, porque en ninguna plaza nos callarán por ser diferentes”, contestó la portavoz ‘ciudadana’ levantando el aplauso no sólo de los que vestían camisetas naranjas, sino también los que se encontraban tomando en las terrazas el gintonic de turno.
Superado el obstáculo del espontáneo, Villacís presentó las medidas recogidas en el “programa más potente y avanzado de la campaña”, porque, a su juicio, “habla de temas que hasta ahora eran tabú”. Estos son la defensa de la regulación de la gestación subrogada “garantizando el consentimiento expreso de las partes implicadas y los derechos de los menores”, la garantía en el acceso a técnicas de reproducción asistida a todas las familias: “homoparentales y monoparentales”.
También prometió que se promoverá una ley integral de transexualidad que asegure el derecho de las personas transexuales a reconocer su identidad y otra norma por la igualdad LGTBI “que luche contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género”.
Habló de asegurar una educación “en valores de igualdad, diversidad y respeto”: “Aprobaremos protocolos específicos de prevención del acoso y la violencia por LGTBIfobia”. Por último, el programa recoge una inversión en programas de prevención, educación e investigación del VIH-Sida: “Lucharemos contra la estigma y la discriminación en todos los ámbitos”.
PODEMOS SE ADUEÑA DE LA PLAZA PEDRO ZEROLO
Dos calles más al sur, con “un sol de justicia” y con más de una hora de retraso, se concentraron simpatizantes de Podemos en la plaza del histórico socialista Pedro Zerolo. “Nos han robado la sombra de la plaza de al lado los de Ciudadanos”, advirtieron nada más comenzar. “No es un mitin, queremos que sea un acto didáctico”.
“Yo quería ser Tarzán y la única forma de tirarme a Jane era ser Tarzán”, reconocía la candidata al Senado de Unidos Podemos Eva Abril durante el turno en el que los participantes contaron cómo salieron del armario. “Necesitamos más lesbianas visibles para que se conviertan en referente de las jóvenes”, añadió.
Por su parte, la responsable del área de Igualdad, Clara Serra, reconoció que “El Orgullo” debe ser de un país entero y no sólo de gays lesbianas: “Del conjunto que se siente orgulloso de ver cómo sale la gente a la calle a defender la libertad sexual”.
Esta defensa, según reconocieron, tuvo su momento clave durante la etapa de Zapatero cuando en 2005 se aprobó el matrimonio igualitario. La diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid Beatriz Gimeno alabó el papel de la mujer durante aquella etapa, ya que en su opinión, “si las mujeres no hubiesen abanderado la lucha no se hubiese logrado lo mismo”.
Llamó la atención del público al recordar cómo el diputado madrileño más joven, Eduardo Fernández, le contó cómo no recordaba “nada” de la lucha del colectivo para conseguir el matrimonio gay: “Claro, tenía ocho años”.
Y como a viva voz hubo pocas propuestas concretas, los panfletos repartidos entre el público. En estos se recoge cómo la confluencia popular reclama una ley estatal contra la discriminación por motivos de identidad de género y orientación sexual estableciendo un Observatorio Estatal contra la violencia homófoba y una nueva ley de identidad de genero “para reforzar las garantías a las personas transexuales”.
Explican que buscan proteger a las familias homoparentales implementando medidas específicas para “compensar su situación de especial vulnerabilidad”. Entre ellas, una prestación de maternidad no contributiva para madres y padres solos y sin recursos.
Al igual que Ciudadanos, un plan estatal de lucha contra el VIH: información, prevención y atención: “Garantizaremos el acceso a todas las personas a los servicios asistencial sede la sanidad pública independientemente de su situación administrativa”.
La fiesta de Podemos terminó al ritmo de La Prohibida, quien interpretó varias canciones de su repertorio “con el volumen al máximo permitido sin que nos multen”, haciendo referencia a la sanción que el Ayuntamiento de Madrid ha impuesto a los organizadores del la manifestación estatal del Orgullo Gay después de que en el escenario instalado en Colón el pasado año se superasen los decibelios permitidos por la ordenanza municipal.