Podemos Andalucía se ha abonado a la tesis de Juan Carlos Monedero sobre el tipo de campaña electoral que han desplegado para el 26-J. Si el cofundador y exdirigente de Podemos la consideraba “infantil”, con mucho "marketing" y poco “contenido”, y “desdentada” respecto al PSOE, la dirección andaluza la ha calificado de “conservadora”, con poca calle y que tenía que haber tenido "más mordida" contra los socialistas. Les pesa no haber sabido contraatacar para minimizar la estrategia “agresiva” desplegada por el PSOE de Susana Díaz.
Son de sobra conocidas las diferencias entre la líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, y el secretario Político de la organización, Íñigo Errejón, que además ha sido director de campaña. El punto culmen fue el pulso que mantuvo Rodríguez con Sergio Pascual, del sector errejonista y que fue cesado como secretario de Organización. Por eso no es de extrañar que hayan sacado a relucir las críticas al modelo de campaña.
“Normalmente los partidos cierran filas en el diseño de campaña y se ha puesto toda la credibilidad y la fe en el comité de campaña generado en Madrid”, ha dicho el secretario de Organización, Jesús Rodríguez, en lo que es un ataque en toda regla a Errejón.
Aunque luego ha querido matizar que los errores hay que asumirlos “colectivamente”, ha terminado apostillado que si se hubiera hecho la misma campaña del 20-D, “quizá” lo que vaticinaban las encuestas “se habrían hecho realidad”.
La programación de mítines y apariciones televisivas y radiofónicas consideran que está bien, pero les ha faltado una campaña “más a la ofensiva” a pie de calle y pueblo a pueblo. Ya se lo dijo una vez Teresa Rodríguez a Iglesias: “no se logra sólo con televisión, sino pateando pueblo a pueblo, comarca a comarca”. Ahora le ha parafraseado su número dos: “con la tele no es suficiente”.
Sacan pecho con los resultados
Pero también han sacado pecho con los resultados en lo que puede interpretarse un pequeño tirón de orejas a Pablo Iglesias, pese a que la sintonía con la federación andaluza es evidente. En plena campaña, este se descolgó en una entrevista en la Cadena Ser con una crítica a la organización en Andalucía cuando dijo que la marca tenía “mucho peor” valoración en esta comunidad, mientras en Cataluña y País Vasco la tenía “más alta”. Con los datos se lo han rebatido. Si a nivel estatal Podemos ha crecido un 4%, hasta un 1,6% lo ha aportado Andalucía, comunidad que además crece aportando un diputado más que el pasado 20-D.
Según su análisis, han crecido cuatro veces más, y “esto puede demostrar que quizá estamos haciendo mejor los deberes que nos tocan”, ha dicho Rodríguez. Ha reconocido que la aritmética daba para “bastante más”, pero que “cuando se abren las urnas en Andalucía, siempre crecemos”. Tampoco ha pasado por alto que Andalucía contribuye más que la media de los territorios a Podemos. Otra fórmula para corregir las palabras de Iglesias.
“Que IU ha restado sería un análisis simplista”
Si los resultados no han sido mejores de lo esperado, ha sido por un cúmulo de factores: el exceso de confianza de sus votantes, la volatilidad de un electorado que aún no está afianzado, la intensa campaña del miedo azuzada por el PSOE y que ha acabado por beneficiar al PP. No han querido descargar toda la responsabilidad de lo sucedido en su compañero de confluencia, IU.
“Que IU ha restado sería un análisis simplista”, ha argumentado Rodríguez, que no cree que “la unidad esté en cuestión”, aunque sí cree que les ha faltado tiempo para explicarla. La confluencia, tras una primera etapa fallida para las elecciones del 20-D, se logró cerrar con poco margen de tiempo: el acuerdo se sellaba el 10 de mayo, a un mes y medio de la cita con las urnas. Si esta alianza ha podido entenderse por el electorado como uno más entre los bandazos ideológicos y lo ha podido castigar, lo reducen a que es algo a analizar.
Sin embargo, el descargar de responsabilidad a IU sobre los resultados también tiene otra lectura. Porque ha sido Errejón el primero en certificar que “el acuerdo no parece haber funcionado, parece haber perdido votos por gente que votaba a IU y a Podemos. Es suficientemente constatable, con las cifras en la mano, que dos más dos han sumado menos”.
Podemos e IU se han comportado como una “pareja de hecho” durante esta campaña en Andalucía. Hay mucha sintonía entre sus líderes, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo. Todo parece indicar que sí estarían por la labor de que lo que ha empezado como una confluencia electoral acabe siendo algo más. Pero, por el momento, se impone la prudencia. Tienen un congreso extraordinario a la vuelta de la esquina, aunque adelantan que el liderazgo de Iglesias, por ahora, no lo cuestionan.
IU-Andalucía invita al análisis sosegado
Por separado pese a la confluencia, IU también ha trasladado sus primeras impresiones. Son muchas las razones, hace falta un análisis “sosegado”, pero hay una rectificación. En primera persona, el coordinador regional, Antonio Maíllo, ha asumido una corrección de su tesis:“la suma, suma; la suma no multiplica”. Las conclusiones las extraerán en el consejo andaluz que IU convocará el próximo 9 de julio.
Sin embargo, eso no ha impedido que haya apuntado algunas motivos. Entre ellos, la precipitación, no tanto de la confluencia, sino de las citas electorales; el peso de la baja participación o algo no menos importante, los cambios de discurso pasando de extrema izquierda a de pronto socialdemócrata. “A realidades complejas hay que buscar explicaciones complejas”, ha resumido.
“Cometeríamos un error todas las organizaciones integradas en Unidos Podemos si empezamos a hacer análisis precipitados de culpabilización”, ha concluido Maíllo, apuntando a que si no hay una respuesta rigurosa, “no hay base la para la recuperación”.
Lo que sí ha dejado claro es que pese a los resultados, se está en las mejores condiciones para construir una alternativa política al PSOE que si se va a la fragmentación.