El complejo industrial de Cartagena (Murcia), en el que Repsol invertirá 200 millones de euros, tendrá capacidad para producir 250.000 toneladas al año de biocombustibles avanzados como biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que se podrán usar en aviones, barcos, camiones o coches, y que permitirán reducir 900.000 toneladas de CO₂ al año.
Las nuevas instalaciones, que entrarán en funcionamiento en el primer semestre de 2023, forman parte del proceso de transformación que Repsol ha puesto en marcha en sus complejos industriales para descarbonizar sus procesos y fabricar productos con baja, nula o incluso negativa huella de carbono.
El proyecto utiliza la economía circular como uno de los pilares estratégicos para acelerar en la transición energética y alcanzar el objetivo de Repsol de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050.
La refinería de Repsol en Cartagena es la más moderna de España y es donde se han hecho las mayores inversiones, como la de 2007-2010, donde se remodeló por completo con las últimas tecnologías disponibles, convirtiéndose en la más avanzada de España y de Europa.
¿Qué son los biocombustibles?
Los biocombustibles son combustibles derivados de fuentes renovables que cuando se queman no liberan dióxido de carbono. Toda sustancia susceptible de ser oxidada puede otorgar energía. Si esta sustancia procede de plantas, al ser quemada devuelve a la atmósfera dióxido de carbono que la planta tomó del aire anteriormente. Las plantas, mediante la fotosíntesis, fijan energía solar y dióxido de carbono en moléculas orgánicas.
En el caso de los biocombustibles, la sustancia a ser quemada proviene de fotosíntesis reciente, por eso se afirma que la utilización de biocombustibles no tiene impacto neto en la cantidad de dióxido de carbono que hay en la atmósfera. Las emisiones netas de dióxido de carbono de estos biocombustibles se consideran cero, ya que se equilibran con el absorbido por las fuentes de energía renovables, origen de los biocombustibles.
Tipos de biocombustibles
En función de la procedencia de la materia prima de la que provengan los biocombustibles y de los procesos que se han utilizado para obtenerlos, se pueden clasificar en cuatro tipos:
- Biocombustibles de primera generación: consiste en combustibles obtenidos a partir de cultivos agrícolas alimentarios. Por ejemplo, los creados a partir de aceites vegetales.
- Biocombustibles de segunda generación: provienen de los residuos de los cultivos, de las industrias agroalimentarias y de la fracción orgánica de los residuos urbanos. También se consideran biocombustibles de segunda generación aquellos que se obtienen a partir de cultivos agroforestales que no se destinan a la alimentación.
- Biocombustibles de tercera generación: se extraen de algas y plantas acuáticas con un contenido de aceite natural de al menos un 50%. La producción de este biocombustible aún no se ha llevado a cabo a escala comercial, pero existen estudios de factibilidad concluyentes.
- Biocombustibles de cuarta generación: busca modificar genéticamente los microorganismos para mejorar la eficiencia en la captación y almacenamiento del CO₂. Estos biocombustibles tampoco se comercializan por el momento, aunque existen plantas piloto en Brasil y Estados Unidos.