Murcia

La resaca del polémico concierto con macrobotellón que celebraron un centenar de barcos atracados en la isla del Ciervo no ha terminado. La Guardia Civil ha confirmado que el Seprona está evaluando la citada isla y su entorno, incluido en el Plan de Gestión Integral de los Espacios Naturales del Mar Menor y Franja Natural Sumergida.

Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza inspeccionan esta zona protegida para determinar si ha sufrido algún daño, a raíz de esta macrofiesta. "Están comprobando si hay afecciones a la fauna y al ecosistema", tal y como detalla un portavoz de la Comandancia en Murcia.

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"El objetivo del Seprona es determinar si se ha podido producir un delito contra el medio ambiente, contenido en el Código Penal, o una infracción administrativa, sancionada con una multa, por infringir alguna normativa ambiental de rango autonómico, estatal o europeo", según explica el citado portavoz a Enclave ODS.

La inspección del Servicio de Protección de la Naturaleza en la isla del Ciervo pretende esclarecer si el anclaje masivo de cien embarcaciones de recreo pudo dañar el fondo marino, así como a las especies y la vegetación. Todo ello, como consecuencia no solo de la aglomeración de barcos, sino también por la basura y el ruido generados por el concierto que derivó en un macrobotellón náutico en el Mar Menor: un ecosistema inmerso en una grave crisis ambiental por la proliferación descontrolada de algas.

Valga como botón de muestra este dato: la Consejería de Medio Ambiente lleva invertidos diez millones de euros en la retirada de 17.274 toneladas de algas, la mayoría Chaetomorpha linum, conocida coloquialmente como cabello de ángel. A este panorama no ayuda la basura que están generando los botellones en barcos de recreo, no solo en la isla del Ciervo, sino también al sur de Veneziola en La Manga o en la encañizada que linda con el Parque Natural de las Salinas de San Pedro del Pinatar.

En tierra firme, en playas marmenorenses también es habitual encontrar plásticos y vidrios tras los botellones que se hacen en zonas de Nuevo Puerto Bello y el Vivero en La Manga, así como en Cabo de Palos.

Una fuente de la Fiscalía de Medio Ambiente explica que están "a la espera" de los resultados del trabajo de campo del Seprona para determinar si se deduce algún tipo de ilícito. "Se incoarán actuaciones de oficio si el Seprona determina que hubo riesgo para el equilibrio de los sistemas naturales y la calidad de las aguas". A priori, la citada fuente sí que confirma que el concierto debe ser objeto de infracción administrativa "por carecer el organizador de autorización de Capitanía Marítima".

Ecologistas alerta sobre el fartet

Desde Ecologistas en Acción están "convencidos" de que ha habido daños al ecosistema. "Las anclas tuvieron que destruir praderas marinas, catalogadas como hábitats prioritarios, porque los barcos se concentraron en un espacio pequeño y en la isla del Ciervo no hay campos de boyas para regular el fondeo, a pesar de tratarse de un espacio protegido", tal y como denuncia un portavoz ecologista.

"Lo más grave es que el concierto se celebró en un área de potencial reintroducción del fartet y es una época crítica para la especie porque está en periodo reproductor". Este pez forma parte del catálogo de especies en peligro de extinción y los trabajos de limpieza de algas que está desarrollando la Consejería de Medio Ambiente evitan las zonas por donde se mueve el fartet. Tal situación, a buen seguro que no fue tenida en cuenta por el público que se echó al agua para seguir el concierto birra o cubata en mano.

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"El impacto acústico del concierto y de la música de los barcos durante el botellón puede afectar a la reproducción de las especies marinas y seguro que espantó a las aves de la isla del Ciervo: una Zona de Especial Protección para Aves [ZEPA]", según lamentan en Ecologistas en Acción, enumerando otra de las consecuencias de la macrofiesta.

La prueba de Anse

El anuncio de Capitanía Marítima y de la Guardia Civil de que intensificarán las labores de vigilancia en el Mar Menor, con el despliegue de patrulleras, no ha templado los ánimos de los colectivos ecologistas y activistas. Prueba de ello es el anuncio de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse): "Vamos a presentar dos denuncias porque queremos que se depuren responsabilidades y se sancione a los organizadores del evento".

La primera denuncia la presentarán ante Capitanía Marítima, "como responsable del control de la navegación". Y la segunda en la Consejería de Medio Ambiente: "El Gobierno regional tiene las competencias en emisión de ruidos y en la regulación del fondeo dentro de ese espacio porque cuenta con un plan autonómico de protección".

El concierto celebrado este sábado, a bordo de un catamarán, frente a la isla del Ciervo en el Mar Menor.

Anse aportará varias pruebas para desenmascarar a los organizadores de la macrofiesta, entre otras, un cartel difundido en redes sociales por Flippa Boat: una agencia de excursiones en barco que cobraba 25 euros la entrada, a cambio de seguir la actuación que ofreció 'El sitio de mi garaje' a bordo de un catamarán. "Concierto desde barco. 20 de agosto. Música en directo: Isla del Ciervo", tal y como reflejaba el citado anuncio sobre la actuación en una ínsula perteneciente al Plan de Gestión Integral de los Espacios Naturales del Mar Menor y Franja Natural Sumergida.

El batería es concejal del PP

Esta macrofiesta en un espacio protegido ha salpiaco al Partido Popular. De un lado, el batería de 'El sitio de mi garaje' es Ginés Guzmán: concejal del PP en el Ayuntamiento de La Unión. Y por otro lado, el consejero de Medio Ambiente, Antonio Luengo, ha recibido un aluvión de críticas en redes sociales por las declaraciones que ofreció en Onda Regional donde consideró "totalmente razonable y adecuado" cualquier concentración lúdica de barcos en el Mar Menor.

La portavoz de Podemos, María Marín, ha pedido la dimisión del consejero del PP: "Lo único razonable y adecuado sería que Antonio Luengo se marchase a su casa hoy mismo". Pero el titular de Medio Ambiente no tiene la menor intención de dejar su cargo.

"La fiesta en la isla del Ciervo ejemplifica el tipo de turismo y la gestión que el Gobierno de la Región de Murcia realiza con el Mar Menor: aquí vale todo", según lamentan desde la Asociación de Naturalistas del Sureste. Tal reflexión es compartida por una fuente de la Fiscalía de Medio Ambiente: "Desde el punto de vista institucional es reprochable que se celebre un concierto en un espacio protegido porque encima se ha publicitado y se deberían de haber puesto medios para impedir su celebración".