A todos nos agota la rutina, de una manera u otra. Llegamos a casa y las ganas de movernos desaparecen. Las tardes se parecen, se repiten, y los días entran en bucle. Levantarse, ir al trabajo, quedarse atascados, volver a casa, preparar la comida… y otra vez la misma historia.
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La repetición de estas acciones acaba generando un desprecio hacia la rutina y hacia la propia vida. Con tanta prisa que nos imponemos a diario, cuesta mucho aprender a desconectar o no sentirte superado cuando todos los días son iguales.
Con la carga de trabajo a la que todos los hogares tienen que hacer frente a diario, tanto padres como hijos pueden sentirse cansados y desmotivados. Este agotamiento mental es lógico cuando tu ritmo es agitado, fastidioso y, sobre todo, repetitivo. Todo da vueltas y vueltas, y hay que aprender a decir basta.
Al principio, salir del bucle será un esfuerzo. Pero siempre hay que escuchar al cuerpo y la mente. Porque a veces la vida no nos permite relajarnos, así que tenemos que imponernos un tiempo para ello.
Sin embargo, tener una rutina no es algo negativo. El libro Rituales cotidianos: cómo trabajan los artistas (Turner, 2014), de Mason Currey, destaca que las rutinas proporcionan “más espacio mental”. Es decir, que nos viene bien tenerlas en nuestra vida.
La corteza prefrontal del cerebro desempeña un papel importante y es aquí donde se ubican las funciones como organizar, planificar o pensar.
¿Qué sucede, entonces, si no realizamos rutinas? Que hay más posibilidades de que se nos levante un dolor de cabeza con el mínimo esfuerzo. Currey, además, insiste en que somos nosotros mismos los que entrenamos nuestro cerebro.
Y lo hacemos esforzándonos a hacer actividades y acciones, para que el cerebro entienda lo que viene bien al cuerpo y lo que no. Por eso, debemos conocer nuestros límites, para poder tomar decisiones y adaptar la dosis adecuada de actividades y descanso.
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Desde la redacción de ENCLAVE ODS, realizamos unas recomendamos planificar actividades a lo largo del mes para obligarnos, junto a familias y amigos, a realizarla juntos y desconectar de las pantallas.
Actividades culturales
Prestar atención a la actualidad cultural es clave para no perderse ninguna exposición o película que nos pueda interesar. Anotarlo en la agenda también nos ayuda a organizar nuestras salidas. Las exposiciones para toda la familia y los eventos teatrales y cinematográficos son recurrentes a lo largo y ancho de nuestro país. Además, también podemos redescubrir nuestros pueblos y ciudades.
Actividades en la naturaleza
¿A quién no le gusta irse un finde en la montaña, a la playa o al campo? No hace falta gastarse mucho dinero, porque todas las ciudades y rincones de tu región están llenos de lugares perfectos para desconectar al aire libre.
Desde un paseo en bici a una caminata por el parque o una excursión al bosque, todas ellas son opciones que dan protagonismo a la naturaleza. Permiten a los padres tomarse un respiro, conocer gente nueva y, sobre todo, evitar quedarse en casa dando vueltas.
Actividades originales
Una salida al parque de atracciones, al parque acuático, al zoo o al acuario siempre viene bien para pasar la tarde y no pensar en nada más que el momento presente. Un día o una tarde de aventura puede hacer mucho bien a toda la familia. Estimula tus sentidos, ríe, grita, diviértete: toda la familia lo necesita.
Actividades en casa
¿Qué te parece quedarte en casa, pero crear un ambiente diferente de lo habitual? No necesitas mucho, sólo creatividad e imaginación. Una tarde de juegos de mesa, una cena temática, un blind test musical o una actividad manual. Baratas y, sobre todo, lúdicas, estas actividades son perfectas si te falta inspiración una tarde.
Con estas ideas de actividades en familia y con amigos, no sólo se divertirán y se sorprenderán, sino que estrecharán sus lazos. Cuanto más compartáis momentos preciosos juntos, más espontáneo será vuestro vínculo y vuestras relaciones.