¿Qué color ve al cerrar los ojos? La respuesta estaría en su cerebro (y no en su córnea), según una oftalmóloga
La experta María Gesa recuerda que lo que ve el cerebro es un color grisáceo, que es el sistema hexadecimal es el 16161D.
27 mayo, 2024 02:09Cierre los ojos y diga que ve. ¿Gris? ¿Negro? ¿Un color a medio camino de ambos con manchas de luz? Cuando vemos, no vemos, sino que pensamos lo que vemos, o vemos lo que pensamos porque no se ve con los ojos sino con la mente. Esta interpreta lo que los ojos ven, como la película de una cámara replica lo que sale del reproductor DVD. Y cuando se cierran los ojos, las corneas y conos siguen mandando estímulos eléctricos, reminiscencias de energía, que la mente interpreta con ese color; el Eigengrau.
Ese negro grisáceo tiene una representación en el sistema HTML: 8,6% rojo, 8,6% azul y 11,4% azul. El filósofo y psicólogo Gustav Theodor Fechner bautizó este color como gris (grau) y propio (eigen): eigengrau o gris propio. Esto lo hizo enmarcado en sus investigaciones sobre la percepción, de la que sacó incluso una fórmula matemática.
María Gessa, oftalmóloga experta y directora médica en la clínica Miranza, explica que el ojo emite señales y el cerebro las procesa “en función de lo que ve, de la luz, de los colores e incluso los pensamientos. Es algo que le explico siempre a los pacientes: no vemos con los ojos, sino con el cerebro”.
[Así es como las Apple Vision Pro pueden ayudar a las personas con problemas de visión a ver mejor]
El ojo es un órgano muy complejo compuesto por más de un millón de terminaciones nerviosas. Los conos y bastones reciben las ondas electromagnéticas que irradian los objetos en un rango de frecuencias. Los conos reciben los colores y los bastones registran el blanco y negro. Esos estímulos se mandan y el cerebro las procesa en función de los que ve, la luz, los colores o incluso el pensamiento. Todo son estímulos que la mente lo interpreta.
También, que con los ojos cerrados podemos a llegar a ver diferentes tonalidades, según si estamos al aire libre y de cara al sol o en una habitación cerrada, por la luz que traspasa los párpados y entra por la córnea. Al aire libre se ve una tonalidad anaranjada. Todo eso son pequeños espasmos eléctricos que se envían al cerebro que hacen que se vean algunas formas como estrellas, puntos o hilos.
Sin embargo, la retina solo transmite luz. No puede transmitir dolor, por ejemplo. “La retina es un tejido que no tiene células receptores del dolor, lo que tiene son receptores de luz”, aclara Gessa. “Por eso, cuando nosotros, por ejemplo, nos presionamos el ojo, lo que la retina transmite son esos pequeños fogonazos, destellos de luz. Eso es lo que nuestro cerebro percibe”, explica.
El ojo, el objetivo; el cerebro, la película
Esta idea de que el cerebro recibe los estímulos que manda el ojo es lo que ha ayudado a los psicólogos entender —aunque no del todo— la relación que hay entre la salud mental y los problemas cegueras. El estrés afecta a los ojos, desde consecuencias menores como tics o lagrimeo, o algo más grave como la pérdida de visión. Y estos son los problemas neurológicos, mientras el objetivo está bien, la pantalla no lo registra.
[¿Habrá lagos azules en el siglo XXII?: peligro de extinción de los colores icónicos de la naturaleza]
También está detrás de inventos futuristas de visión artificial para personas invidentes, conectando una prótesis al cerebro. Un neurocirujano implantó un conjunto de microelectrodos de 4x4 mm en la corteza visual. Esos dispositivos reciben las emisiones que emite el ojo, y sirve de transformador para enviar las señales al cerebro. Esto fue un avance realizado por un equipo de la Universidad Miguel Hernández de Elche, el Instituto de Neurociencias de Países Bajos y la Universidad de Utah. Al principio sólo distinguía manchas, fue mejorando con rayas y puntos, hasta llegar a identificar un rostro.
Los avances médicos en este sentido están avanzando a gran ritmo y aunque aún quedan muchas partes difuminadas, las gafas de visión virtual instaladas en el cerebro pueden estar un poco más cerca.