La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha acreditado que el lince ibérico ha dejado de ser una especie en peligro de extinción y pasa a catalogarse como especie vulnerable, según ha anunciado este jueves el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
El presidente andaluz ha publicado un mensaje en redes sociales en el que anuncia esta decisión de la UICN, un organismo que la hará oficial durante esta mañana en Ginebra.
La UICN actualizará así la situación del lince ibérico, una especie que en los últimos años ha pasado de apenas 94 ejemplares a más de 2.000 a día de hoy y que se ha convertido en un ejemplo para salvaguardar especies en Europa.
En su mensaje en redes, Moreno considera que este cambio de situación del lince es "un éxito de todos a través del proyecto Life Lynxconnect". También señala que es "un orgullo para Andalucía liderar la recuperación de la especie".
El lince, una especie amenazada
La Lista Roja de la UICN se fundó en 1964 y ha evolucionado para convertirse en la fuente de información más exhaustiva del mundo al respecto del estado de conservación global de especies de animales, hongos y plantas.
El lince ibérico, considerado una de las especies más amenazadas, se recupera desde 2015 y continúa expandiéndose tanto numérica como territorialmente, y se aleja del riesgo de extinción.
Considerado animal endémico de la Península Ibérica (España y Portugal), el lince ibérico (Lynx pardinus) está protegido en España desde 1966 y declarado en la categoría "en peligro de extinción" desde 1990.
Tiene un peso de entre 8 y 12 kilos, y aunque parecido a un gato por sus rasgos, su pelaje leonado con manchas y sus orejas, terminadas en pinceles negros, lo convierten en un mamífero exclusivo y el mejor representante de la biodiversidad ibérica.
Para su reproducción y supervivencia son determinantes unas condiciones básicas en su entorno, de monte y matorral mediterráneo, y su alimentación, basada sobre todo en el conejo de monte.
Pero la vulnerabilidad del lince está estrechamente vinculada a la acción del hombre. Los incendios, la caza, los atropellos en la carretera y la paulatina disminución de las poblaciones de conejo, debido a enfermedades como la mixomatosis y la neumonía hemorrágica, han contribuido a su extinción de esta especie.
Andalucía, C-LM, Extremadura y Murcia
En el primer censo nacional de 1988 se detectaron entre 1.000-1.200 individuos repartidos entre Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura y unos 50 en Portugal.
Posteriormente, y gracias a los esfuerzos por recuperar esta especie, el número de linces se ha ido incrementando progresivamente hasta alcanzar su máximo histórico en 2022 con 1.688 ejemplares, el 84,3% en la Península Ibérica.
Según el último informe de 2023, elaborado por el grupo de trabajo que coordina Miteco, la especie superó la barrera de los 2.000 ejemplares, concretamente 2.021, de ellos, 1.730 en España y 291 en Portugal, constituyendo un nuevo máximo desde que se realiza un seguimiento pormenorizado de sus poblaciones.
Andalucía acoge 755 ejemplares, un 43,6% de la población, seguida de Castilla-La Mancha con 715, Extremadura, donde en 2023 se censaron 253 ejemplares, y en la Región de Murcia, siete.