La seguridad alimentaria se tambalea cuando un país declara que ha acabado con el 84% de sus reservas de comida. Este pequeño país —en población no en extensión— de 2.5 millones de personas está sufriendo una de las peores sequías que recuerda. Tanto que se ha tenido que declarar en emergencia humanitaria.
Como medida para paliar la crisis, el ministro de Medio Ambiente ha anunciado una solución de extrema necesidad: sacrificarán animales de los parques naturales y distribuirían su carne entre la población.
Según las cuentas del Gobierno namibio, se sacrificarán 83 elefantes, 30 hipopótamos, 60 búfalos, 50 impalas, 100 ñus azules, 300 cebras y 100 elands. Dicen que cazadores profesionales y empresas contratadas por la Administración ya han dado caza a 157 animales. Por ahora se han obtenido más de 56.800 kilogramos de carne.
Los animales escogidos pertenecen a parques y áreas comunales y procederán de los de todo el país. Pues se trata de un problema nacional, no solo de un área. Según el Ministerio de Medio Ambiente, "esta operación es necesaria y está en línea con nuestro mandato constitucional, según el cual nuestros recursos naturales se utilizan en beneficio de los ciudadanos de Namibia".
Culpa de El Niño
El Niño, el fenómeno meteorológico que se origina en el Pacífico e influye en los patrones de lluvias de todo el planeta, aún sigue coleando. Los científicos declararon en primavera que el evento ya había terminado y todavía están esperando a que empiece el fenómeno contrario, La Niña, aunque aún no se sabe cuándo. Las consecuencias han sido devastadoras.
En el Caribe tuvieron una temporada de tormentas especialmente virulenta y en el sueste asiático el monzón ha vuelto a afectar a millones de personas. En África, más de 30 millones de personas se han visto perjudicadas por una grave sequía. Namibia, por ejemplo, informó en junio a Naciones Unidas que necesitaría ayuda internacional para asegurar la seguridad alimentaria de su población.
El impacto cada vez mayor de este fenómeno meteorológico ha provocado un grave déficit de precipitaciones en África meridional, con temperaturas cinco grados por encima del promedio. De hecho, la región experimentó en 2024 su febrero más seco en cien años, al recibir solo el 20 % de las lluvias habituales esperadas para este período, informa EFE.
Incluso antes de la sequía, los niveles de inseguridad alimentaria y necesidad humanitaria eran altos, impulsados por los desafíos socioeconómicos, los altos precios de los alimentos y las consecuencias agravadas de la crisis climática. Angola, Sudáfrica, Mozambique, Namibia, Malaui, Zambia y Zimbabue están lidiando con las repercusiones de la sequía y los últimos cuatro han declarado estados de emergencia por ese problema.
Migraciones climáticas
Esta crisis climática llevará a miles de personas a desplazarse por necesidad. Como decíamos anteriormente en ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL, los flujos migratorios reconfigurarán el mapa global. El 3,6% de la población mundial, a día de hoy, vive fuera de las fronteras en las que nació. Es decir, en el mundo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), existen 281 millones de migrantes internacionales.
Y este número no deja de crecer. En las últimas décadas, su aumento ha sido exponencial. Por ejemplo, en 1990 eran 128 millones las personas que residían en el extranjero, fuera cual fuese el motivo. Cifra que, desde los años 70 hasta los 90, se duplicó. Estos números seguirán creciendo por la crisis climática.