Alimentarse no solo significa tener un plato sobre la mesa. La creciente demografía en el mundo convive entre millones de personas que pasan hambre y otras, en menor número, que sufren obesidad.

En el planeta hay que dar de comer a 7.500 millones de personas, una población que según todas las previsiones en 2050 superará los 9.700 millones. Y si el sistema de producción actual no es sostenible, o se busca alternativa o se necesitarán recursos equivalentes a casi tres planetas.

El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI 2021) refleja que no sólo es un problema humano, sino también es ambiental.

Una dieta sostenible debería incluir cereales integrales, frutos secos así como frutas y verduras variadas

Es el causante de entre el 20%-33% de las emisiones de efecto invernadero, su producción utiliza el 48% de los recursos naturales, el 70% del agua dulce y contribuye notablemente a la deforestación y la pérdida de biodiversidad.

Hay que cambiar el 'chip' y comenzar a pensar en qué podemos hacer no sólo como sociedad sino como individuos para cambiar esta deriva. Y es que un sistema alimentario sostenible se encuentra en el corazón de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Cuidar el medio ambiente

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en su informe más reciente, reconoció que "el consumo de dietas saludables y sostenibles presenta mayores oportunidades para reducir las emisiones de GEI de los sistemas alimentarios y mejorar los resultados a nivel de salud".

Los impactos ambientales de la producción agrícola son una fuente de morbilidad y mortalidad. En el 2014, la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición (CIN2), organizada conjuntamente por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció que “cada vez hay más problemas para que los actuales sistemas alimentarios puedan proporcionar alimentos suficientes, inocuos, diversos y ricos en nutrientes para todos, que contribuyan a una dieta saludable".

Y crearon una guía para lograr Dietas Saludables Sostenibles, teniendo en cuenta el rápido crecimiento de la población, la urbanización, la riqueza creciente, los patrones de consumo cambiantes y la globalización, así como el cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales.

Las claves para el éxito

No todo está perdido. Según la FAO, hay una serie de pasos que se pueden seguir para alcanzar esa sostenibilidad necesaria, tanto para la salud humana como para el medio ambiente. 

Millones de personas padecen inseguridad alimentaria y malnutrición en todas sus formas porque no se pueden permitir una dieta saludable

El primero comienza en los primeros años de vida con la iniciación temprana de la lactancia materna, y que después se debe transformar en una gran variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados. Deben representar de forma balanceada todos los grupos de alimentos.

Otra de las recomendaciones es que los alimentos contengan niveles mínimos (o de ser posible ningún contenido) de patógenos, toxinas o cualquier otro agente que pueda causar enfermedades transmitidas por los alimentos.

Esta dieta debería incluir cereales integrales, frutos secos así como frutas y verduras variadas en abundancia, pero también huevos, productos lácteos, aves y pescados en cantidades moderadas así como carnes rojas en pequeñas porciones.

Estos consejos dejan fuera a los colectivos más vulnerables que no pueden costearse esta alimentación tan variada. Por eso, la FAO también demanda la necesidad, a nivel nacional e internacional, de que se aborden las desigualdades e inequidades así como la perspectiva de las personas que experimentan pobreza o deprivación. 

Sgún la FAO "a falta de menos de un decenio para 2030, no vamos a poner fin al hambre y la malnutrición mundiales" 

Millones de personas padecen inseguridad alimentaria y malnutrición en todas sus formas porque no se pueden permitir una dieta saludable. 

Y para ello hay que propiciar estrategias de desarrollo de capacidades para el cambio de comportamiento, como la educación alimentaria y nutricional y el empoderamiento del consumidor.

Los expertos internacionales consideran imprescindible la creación de guías alimentarias basadas en alimentos a nivel nacional que establezcan el contexto específico de las Dietas Saludables Sostenibles tomando en cuenta la situación social, cultural, económica, ecológica y medioambiental.

El camino se torna complicado de seguir. Y la FAO no es mucho más optimista. Según el informe, "a falta de menos de un decenio para 2030, no vamos a poner fin al hambre y la malnutrición mundiales; de hecho, nos movemos por la senda opuesta. El panorama es sombrío". 

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