"Me llamaron para hacer una entrevista en un bar. Cuando llegué, la encargada me comentó la oferta de trabajo: 2 horas de alta al día y 600 euros de sueldo al mes, de lunes a sábado, ambos inclusive, siendo mi hora de entrada entre las 13:30 h y las 14:00 h hasta la hora de cierre". Esta es la historia que expone María, extremeña de 22 años, en el Museo de la Precariedad Juvenil.

La iniciativa pretende demostrar la situación de precariedad laboral por la que están pasando muchos jóvenes extremeños. El museo, idea del Consejo de Juventud de Extremadura (CJEx) recoge una colección de objetos detrás de los cuales se encuentra un nombre y una historia real. 

La idea surgió en mayo de 2019, cuando en una manifestación en Mérida diferentes jóvenes, bajo la iniciativa del CJEx, desfilaron exponiendo públicamente cada una de sus historias. "Nos dimos cuenta de que los datos están, pero se quedan ahí. Intentamos ver que detrás del paro o de la precariedad laboral hay una persona", cuenta Ismael Pérez, tesorero y responsable del área socioeconómica del CJEx.

A través del Observatorio de Emancipación, realizado el último semestre de 2020 por el Consejo de la Juventud de Extremadura, se muestran datos preocupantes para esta comunidad autónoma: una tasa de paro juvenil –población entre los 16 y 30 años– del 37,7 %. Afecta en mayor medida a las mujeres, con una tasa de paro 41,8%. Pérez es claro: "La situación laboral de la juventud extremeña está en el podium de las peores de España".

Todavía es peor si tenemos en cuenta los contratos temporales en el segundo semestre de 2020, en comparación la tasa de temporalidad a nivel nacional de ese mismo año, un 52,1%, en Extremadura, según los datos del observatorio, la tasa de temporalidad era del 61,6 %. 

Estas cifras se reflejan en los testimonios del museo. De forma anónima, exponiendo una cazadora, una chica adjunta su propia historia: "Tuve mi primer contrato en una de las empresas que más facturan de Extremadura y la realidad fue muy triste". Le pagaban menos de lo estipulado y muchas veces en metálico. Asegura que los retrasos en los pagos se daban a menudo, y cuando se quejaba le respondían con: "Ya tienes novio, puede mantenerte". 

La tasa de contratos temporales de personas jóvenes en Extremadura era en el tercer semestre de 2020 del 61,6 %

Sin embargo, desde el Instituto de la Juventud de Extremadura (IJEX) aseguran estar trabajando de manera transversal con el resto de direcciones generales y con la Consejería para afrontar este problema. Sara Durán, directora general del IJEX, explica que este año, en comparación con el pasado, "el paro juvenil ha bajado a 5.357 personas".

Los jóvenes se siguen yendo 

"Acabé la carrera con 21 años, desde entonces, en estos 4 años y medio que llevo siendo enfermero, he acumulado una veintena de contratos donde el más largo ha sido de 4 meses y, por desgracia, fuera de Extremadura", relata Pedro, de 25 años, en la colección del museo.

Y es que abandonar Extremadura para continuar los estudios o buscar trabajo es una situación que presenta una tendencia preocupante en esta comunidad. Según datos del observatorio, el saldo migratorio interautonómico es de -1.798: se van muchas más personas de las que regresan.

Además, el estudio señala que el 10,9 % de los jóvenes nacidos en Extremadura, estaban empadronados en 2020 en otras comunidades autónomas. Pero esto es sólo entre las personas menores de 30 años, si tenemos en cuenta la franja de edad entre los 30 y 34, aumenta al 22,5%. Para Pérez esto es lo más preocupante, porque según explica, "esto quiere decir que no van a realizar su proyecto de vida en la región".

"Tengo 30 años y soy de esas personas a las que se le vendió que si te esfuerzas y te formas, tendrás un futuro", cuenta un testimonio anónimo

Durán recuerda que este problema hay que atajarlo, y señala que "desde la Junta de Extremadura queremos que los jóvenes puedan desarrollar su proyecto de vida en nuestra región". Sin embargo, para poder hacer realidad este deseo, es necesario aumentar la empleabilidad y que más empresas se instalen, pues "hay que reconocerlo, estamos industrialmente menos desarrollados que otras comunidades y eso es lo que nos falta".

De igual modo, quiere transmitir un mensaje de esperanza, porque asegura que van a poner todos sus esfuerzos para que estas personas puedan quedarse cerca de sus familias, si es lo que quieren. "Y en cuanto al derecho laboral, quiero decirles que se asesoren siempre", concluye.

Mientras tanto, el museo seguirá albergando testimonios de todos los jóvenes extremeños que, de una u otra forma, han tenido malas experiencias en su vida laboral.

Así lo cuenta una joven anónima: "Tengo 30 años y soy de esas personas a las que se le vendió que si te esfuerzas y te formas, tendrás un futuro. Durante 10 años he recorrido Extremadura, formándome, trabajando y este es el resultado: A día de hoy, mi cotización es un chiste".