Aracosia, antigua región ubicada en Asia Central, al sur del actual Afganistán. Una tierra con gran tradición que una familia afgana ha llevado a las calles de Estados Unidos. Cuatro mujeres afganas lideran y gestionan Bistró Aracosia (Washington DC), Aracosia McLean (Virginia) y Afghan Bistro (Sprienfield). Su propósito es que los ciudadanos estadounidenses y también afganos, descubran y recuerden la cercanía de este país. Y así lo han contado en el periódico The Washington Post.
Sofía Masroor, madre de Iman de 22 años, Taliha de 23, y Zainab de 20, gestiona y supervisa los tres restaurantes. Huyó de Afganistán en 1981, pero sus hijas ya nacieron en Estados Unidos. Esta afgana describe recientemente en el diario estadounidense que no sabe cómo sería su vida si hubiera seguido en su país y se pregunta: "¿Tendría todas las oportunidades que tengo ahora, o la posición en la que estoy, en cuanto a dirigir un negocio por mi cuenta? No creo que pudiera".
Este mismo año, los talibanes han retomado el poder en esta región después de 20 años. Por este motivo, Omar, marido de Sofía, quiso abandonar el negocio y dejar que lo dirigieran las mujeres de su familia. Tomó esta decisión como reacción a las medidas restrictivas que los talibanes aplicaron y actualmente imponen contra las mujeres. Y es por ello, que este padre de familia dedicó las siguientes palabras a su hija Taliha, encargada desde este año de Bistró Aracosia: "Este es tu negocio. Trata de mostrarle al mundo lo que una mujer puede hacer", explican en el periódico estadounidense.
El alma de Afganistán
Bistró Aracosia cuenta con recetas en sus comidas transmitidas de generación en generación. La madre de Omar, Rohia, diseñó el menú con recetas presoviéticas hace alrededor de 200 años, según cuentan el este diario. En su web, demuestran su gran variedad y esencia, pues acercan a los comensales la comida de sus antepasados. Y, además, sus menús se adaptan a todas las dietas, siento una opción perfecta para los veganos.
Sofía y Omar un matrimonio que huyó de Afganistán con sus familias cuando eran pequeños en 1981 y 1979, vivieron una odisea hasta que por fin llegaron al norte de Virginia, donde se conocieron. Y relatan en el periódico que aunque no tenían mucha idea de cocinar, aprendieron todas las recetas de Rohia, suegra de Sofía.
Rohia, la madre de Omar, enseñó a Sofía y a su hijo las recetas tradicionales de su región con las que abrieron el negocio
Tras el aprendizaje, montaron su primer restaurante en Spriengfield, que actualmente gestiona Eve, hermana de Omar. Describen en el periódico que su propósito era que la gente se sintiera en casa, en un lugar "con una cultura afgana más tolerante y comprensiva", diferente del lugar del que ellos huyeron una vez.
Su sueño seguía siendo regresar a Kabul, y quisieron hacerlo en 2004 para iniciar allí su cadena de restaurantes. Sin embargo, consideraron que todavía no era una buena opción, no querían criar a sus hijas en un territorio tan represivo para ellas, declaran.
El día que cayó Kabul
Durante este año, mientras las mujeres de la familia trabajaban en cada uno de los restaurantes que gestionan, se fueron enterando de la situación de Afganistán y la toma de poder de los talibanes por lo que les contaban los clientes. Cuentan a la periodista Yuan que la gente entraba al restaurante para apoyarles.
"Creo que las mujeres tienen que trabajar más duro para demostrar lo que son capaces de hacer o para que alguien las escuche o las reconozca", explica Taliha a este diario.
Esta familia quiere que a través de sus restaurantes los comensales disfruten de la comida de sus antepasados
Un trabajo que también realiza Eve, hermana de Omar en el restaurante que marcó los inicios en Springfield. Y, todavía, muchos ciudadanos afganos que vienen a su restaurante siguen preguntando si hay un hombre a cargo.
Tanto Eve como su hermano recuerdan Afganistán antes de la llegada de los soviéticos por las historias que contaban sus padres. Hoy, debido a la situación en la que vuelve a estar envuelto su país, quieren que, todos los afganos, aunque sea desde Estados Unidos, se sientan como en casa.