Ainara Cámara (1977) es de Getxo (Vizcaya), pero vive en Villanueva de la Vera desde hace 14 años. Ignacio Garbayo (1974) es de Bilbao y después de un largo periplo llegó a la casa en un robledal en la que vive desde hace 11 años. Se conocieron en el norte, pero la vida les separó y hace una década les volvió a juntar aquí. Ella es diseñadora. Él es el músico. Ambos comparten con sus hijos un lugar idílico para la creatividad, que la campaña de Correos #ViveDondeQuieras ha querido poner en el foco.
La mañana que les visitamos, Cámara comienza a oír un ruido muy leve detrás de la cocina. Cloc, cloc... ¿Qué será eso?, se pregunta. Al salir por la puerta trasera de su casa se da cuenta de que lo que escuchaba eran “las hojas de roble sobre las montañas de hojas ya caídas”, cuenta. Su perro, Ringo –como el Ringo Starr de los Beatles– observa impávido el delicado espectáculo de la llegada del invierno desde un alto en el que se encuentra el estudio de grabación de la pareja.
La vida en el campo
“Viajamos a Bilbao normalmente cada Nochevieja y a la vuelta no queda ni una hoja”, explica Cámara a ENCLAVE ODS. Y continúa: "Al irnos estamos como envueltos por la naturaleza y al volver los árboles están pelados. Luego, de pronto, cuando menos te lo esperas, vuelven a brotar todas las hojas y a taparte".
En la pasada primavera –su estación favorita–, esta diseñadora gráfica se propuso sacar una foto de una flor diferente durante 45 días. "Y lo conseguí, todos los días encontraba una flor diferente y el propio ejercicio de ir buscándola me hacía fijarte más", asegura orgullosa.
“La vida en el campo es muy intensa”, añade Garbayo, conocido por el grupo de rock español Los Zodiacs. Y explica: “Hay muchas cosas que hacer y vives la vida de los árboles y de las plantas, es muy emocionante”, explica.
Algunos amigos le preguntan si su música se volverá más melancólica, pero de momento eso no ha pasado. Y añade que "creían que iba a hacer algo más folk, debajo de tanto roble, pero la verdad es que mi música no ha cambiado mucho, quizá porque la llevo muy dentro". Además, considera que ahora tiene más tiempo para convivir consigo mismo, y conocer y experimentar nuevos sonidos.
Música, diseño y árboles
Están claras sus referencias musicales, cuando en la entrada de su casa, con paredes de tapial te recibe un cartel de Abbey Road y cuelga un homenaje a Neil Young. “Estar aquí es como estar en una de sus canciones, ese póster gigante fue mi regalo de los 40”, explica la diseñadora. A lo que el músico añade: “Neil no era sólo él y la música, era consciente de lo que le rodeaba”.
“Tenemos un grupo de amigos, un grupo de WhatsApp que se llama ¡Cómo vivís!, el reflejo de la suerte que tenemos de estar en el campo, que las niñas puedan jugar solas en la plaza, poder dar un concierto en tu casa”, explica ella. Son muy conscientes diariamente del privilegio que tienen.
“Tú eras más bicho salvaje, lo sigues siendo más que yo”, bromea Garbayo. Cámara sonríe: “Somos de Getxo”. Y recuerda: "Me he criado cerca de un acantilado, es verdad que era un piso, pero estábamos mucho en la calle, iba a mi pueblo y siempre he estado en una huerta descalza. Trabajábamos en Bilbao, dormíamos del domingo al lunes en la playa, la ducha era el mar e íbamos a trabajar”.
Para Garbayo, Villanueva de la Vera ha sido un cambio de vida. "Tuve un período de adaptación que viví inconscientemente, porque yo hacía una vida muy urbana cuando estaba en Madrid. Lo agradecí porque es un frenazo que me ha venido muy bien", apunta.
En cuanto a los procesos creativos, inevitablemente estar aquí hace que estén “menos saturados de mensajes", mencionan. "Aunque tenemos internet que lo ha cambiado todo, pero quizá tenemos menos influencias externas y más tiempo para la introspección, a mí me gusta ese punto", explica la diseñadora.
"El punto más amable de aquí es que hay menos gente" que en Madrid o Bilbao, continúa ella. Es más fácil que todos te conozca, vayas por donde vayas, pero cuenta que cuando sus niñas van a la ciudad "van saludando a todo el mundo y preguntan por qué la gente no les saluda".
Los lugares favoritos
Para el músico, su lugar favorito de la zona tiene nombre, se trata del pantano de Rosarito, a 8 kilómetros del pueblo y con un paisaje maravillosos repleto de agua."Por las noches, en invierno, hay una migración de grullas, las ves pasando por encima y las escuchas, es espectacular. También los charcos, el de Las Señoritas es una pasada, puedes tirarte desde una roca y nadar entre peces”, describe.
Cámara señala como su sitio favorito la caseta de los bomberos. "Un lugar que sirve para ver si hay incendios, por eso tiene unas vistas impresionantes. El charco de Las Señoritas es bastante oscuro por la tarde, pero tiene una parte que es muy profunda en la que no ves el fondo, que el agua es superlimpia y puedes ir buceando hasta donde rompe y siempre hay peces y muchas burbujas", cuenta emocionada.
En cuanto a horarios, Garbayo es más caótico, aunque la familia les impone una rutina. “Procuro hacer deporte por las mañanas, llevo a la pequeña a la parada, cuando acabamos la jornada de trabajo trato de concentrarme en mis canciones, tocar la guitarra y la batería”, cuenta.
Por otro lado, la diseñadora se levanta a las 06:45 h junto a su hija mayor que estudia bachillerato. Y explica que "luego toca ducha, marujeo, bocadillos, despertar a la mediana y a la pequeña, que le cuesta mogollón levantarse y hacer de taxistas al pueblo". A la vuelta hacen patinaje, fútbol, deberes y un día a la semana salen en familia.
Ambos concuerdan, como creativos, en que sus obsesiones del momento son la música y el arte. En concreto, Garbayo está tratando de cambiar su manera de componer. "Estoy trabajando en sonar más suave, enseñar más de mí mismo", señala.
Cámara, que le gustaría viajar más con sus hijas para enseñarles mundo, cuenta que la creatividad la aplica para buscar buenas ideas de diseño y arte. También, dice, "para resolver las cuestiones cotidianas de una casa con cinco personas, un perro y gallinas".
Ideas preconcebidas
Respecto a las ideas preconcebidas, Garbayo señala una: la de la felicidad rural. “Puede parecer que te encuentras regular en la ciudad y quieres ir al campo a encontrarte mejor y puede que te sigas encontrando mal o incluso peor, porque tienes que estar bien contigo mismo. Aquí hay un momento que anochece y no puedes ir a dar paseos, no ves nada, estás a oscuras y no te puedes esconder de ti mismo”, relata.
Para Cámara existe un tópico, y es que la gente de pueblo es superbruta y a mí lo que más me está gustando es que pasamos mucho tiempo con gente del aquí. En Villanueva hay muchas personas como ellos. "Me siento muy a gusto, con los pies en la tierra y para nada cateta. El hombre de campo luego tiene una sensibilidad que ya nos gustaría a todos”.
Compras online y Correos
Se consideran fans de los comercios locales. En su vida normalmente hacen consumo de estos productos de proximidad. Ahora que la gente les habla del anuncio de Correos, Cámara señala que "es importante darse cuenta de que, si para ir a comprar son 40 minutos de coche de ida y 40 de vuelta a Talavera o Navalmoral, con la venta online es mucho más ecológico comprar por internet y que alguien venga con 300 cosas y las reparta por el pueblo”.
Para describir Villanueva de la Vera, Cámara utiliza la palabra alegre, e invita sin dudarlo a disfrutar de las fiestas en Carnaval. "Hay mil rituales y es increíble cómo lo vive la gente”, cuenta. Y su pareja añade que el lugar es acogedor y divertido.
Ignacio y Ainara, junto a otros vecinos y vecinas de Villanueva de la Vera, son ahora conocidos en nuestro país gracias a la nueva campaña de Correos #ViveDondeQuieras, que pone en valor la vida en el medio rural.
Tras la digitalización emprendida por la empresa, los carteros y carteras rurales de Correos ahora pueden ofrecer a domicilio servicios que hasta ahora sólo se prestaban en las oficinas. Gracias a un despliegue de dispositivos electrónicos portátiles (PDA) y sus nuevas funcionalidades para 6.011 profesionales de reparto rurales con los que cuenta Correos en toda España.