La situación de los derechos humanos en Europa fue el tema principal que se debatió el pasado 19 de enero en la charla organizada por la American Society for International Law (ASIL). En ella participó, como ponente principal, la comisaria de derechos humanos del Consejo Europeo, Dunja Mijatović. Ella es la máxima representante de una institución independiente que se encarga de velar por el buen funcionamiento de las libertades individuales en todo el territorio comunitario.
"Vivimos un tiempo sin precedentes, especialmente si hablamos de los derechos humanos en Europa", reflexionó Mijatović en el evento virtual. "No puede haber derechos humanos [...] sin unos parlamentos fuertes y unos medios de comunicación independientes", reclamó la comisaria, y alertó: "Estamos viendo una preocupante regresión" en esta materia.
Mijatović denunció las maniobras del gobierno polaco para desmantelar su independencia judicial; condenó abiertamente la decisión del ejecutivo de Víktor Orbán –tras someterla a referéndum– de crear una ley homófoba que vincule pederastia con homosexualidad, y fue tajante con las violaciones de la libertad de prensa en Turquía y puso como ejemplo el caso del filántropo y activista Osman Kavala, quien lleva retenido desde 2017 a pesar de las peticiones urgentes del Tribunal Europeo para los Derechos Humanos (TEDH).
"No puede haber derechos humanos sin un sistema equilibrado y reforzado", recuerda Dunja Mijatović
Mijatović también aprovechó el encuentro para recordar a la periodista Daphne Caruana Galizia, asesinada mientras investigaba los escándalos de corrupción del ejecutivo maltés durante el gobierno del exprimer ministro Joseph Muscat, e incidió en la necesidad de avanzar en materia de igualdad de género y apoyar con firmeza la defensa de los colectivos LGTBIQ+, dos de los sectores más amenazados.
“No puede haber derechos humanos sin un sistema equilibrado y reforzado", añadió la comisaria. "Eso incluye un sistema judicial independiente e imparcial, pero también unos parlamentos activos, unas estructuras humanitarias fuertes, unos medios de comunicación sólidos y una sociedad civil vibrante y comprometida", recalcó.
Aunque su visión no es que sea especialmente esperanzadora de cara a los próximos años: "Todo esto suena estupendo, y es algo que nos gustaría ver en un mundo ideal, pero desafortunadamente este no lo es. ¿Cómo podemos hacer un impacto en todas estas cosas? Es una gran pregunta para todos los que trabajamos en la protección de los derechos humanos".
Los derechos de las personas discapacitadas
Tras analizar los retos a los que debe hacer frente cada país, y sin olvidar los conflictos humanitarios que desbordan la frontera entre Polonia y Bielorrusia o el cada vez más caliente conflicto territorial entre Ucrania y Rusia (la OTAN advirtió hace unos días de que el riesgo de conflicto es "real" y llamaba a "estar preparados"), Mijatović puso el foco en España y demostró su indignación ante la resolución del TEDH de 2021 que daba la razón a la justicia española sobre el caso de la demandante María del Mar Caamaño Valle, quien denunció que a su hija no se le permitió votar por tener un problema de discapacidad mental.
Quienes eran pobres antes de la pandemia, hoy lo son más", explica la omisaria europea
“Solo puedo decir que estoy muy decepcionada. Mi visión frente al TDEH fue muy clara y mis observaciones son públicas", explica Mijatović tras ser consultada por ENCLAVE ODS. "Mantengo la misma opinión y continuaré trayéndola a colación, ya que los asuntos relacionados con las personas que tienen discapacidad está en una posición primordial en mi agenda, no solo en cuestión de su derecho a voto sino en general".
Desde 2018 en España está abolida la restricción del derecho al voto de las personas con discapacidad mental, aunque la denuncia de este caso se remite a mucho antes, 2013. Desde entonces, señala Mijatović, se ha avanzado mucho, especialmente tras la creación de "una Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que tiene otros muchos instrumentos para promover el cumplimiento de los derechos humanos de las personas" y que busca "luchar contra los estereotipos, los prejuicios y conseguir que sean parte de nuestra sociedad".
La pandemia ha agravado todo
La Covid-19, según la comisaria, ha agravado la situación de desigualdad, el miedo y la polarización política, tres de los ejes sobre los que, dice, quiere poner el foco en los próximos años. "Existe una discriminación estructural que mantiene a millones de europeos a los márgenes de la sociedad. La pandemia ha magnificado las desigualdades. Quienes eran pobres ahora lo son más. Quienes tenían problemas, hoy se han agravado. Y esto incide especialmente en los colectivos vulnerables", recalca.
"El trato discriminatorio a las mujeres está en todos lados: en el trabajo, en la manifestación de la violencia y en los obstáculos que tienen que arrostrar las mujeres en cuestiones tales como la sexualidad, la reproductividad o sus derechos", incide la Comisaria.
"Hemos hecho grandes avances en las últimas décadas en cuestiones relacionadas con la mujer y los colectivos LGTB, pero hoy enfrentamos algo muy preocupante: la regresión es rápida y visible. Armenia, Azebayán, Hungría, Polonia, Turquía, Rusia o algunos países balcánicos muestran esa tendencia tan preocupante".