A Óscar Garay la vida se le puso del revés la mañana que su médica le dijo que le quedaba un año de vida. No cumplía los protocolos para un trasplante hepático, y no había tratamientos alternativos. Este bilbaíno, a sus 65 años, decidió probar suerte en China: pagó 130.000 euros y recibió el hígado de una persona presuntamente condenada a muerte y ejecutada por el régimen del país asiático.
Al Kharayeb, alcalde de un municipio de Líbano enfermo de cirrosis, se trasladó a Valencia y anunció que ofrecía 40.000 euros a quien le donara un órgano. La Policía Nacional lo detuvo antes de que se llevara a cabo la transacción.
No son dos historias escogidas al azar: son los únicos casos reconocidos de tráfico de órganos en nuestro país en los últimos 12 años. En España, ese delito está prácticamente desterrado, porque nuestro sistema sanitario es líder mundial en donación de órganos y no existe la escasez que sí padecen otros muchos países: el año pasado, los más de 120.000 trasplantes realizados en todo el mundo solo cubrieron el 10% de las necesidades globales.
El sistema sanitario español es líder mundial en donación de órganos y no existe la escasez que sí padecen otros muchos países
Al hecho cultural, que nos define como un país extremadamente solidario, se le suman otros de carácter organizativo: aunque dos personas pactaran libremente llevar a cabo un acto transaccional con un trasplante, sus posibilidades de culminarlo con éxito serían muy reducidas, por no decir imposibles. El tráfico de órganos no solo está tipificado como delito penal, sino que tiene detrás un proceso plagado de controles para que nunca llegue a darse.
Con todo, la responsable del programa de donación y trasplantes del Consejo de Europa, Marta López Fraga, advertía en unas declaraciones recogidas por la Organización Médica Colegial de España que ningún país, tampoco los más desarrollados, están exentos de la posibilidad de trata de personas con la finalidad de la extracción de órganos.
“La primera medida y la más efectiva sería que todos los países trabajaran para conseguir ser autosuficientes en trasplantes. La gente recurre al tráfico y la trata porque no consiguen el órgano que necesitan, de modo que si los países tuvieran suficientes donantes no sucedería", explica. Y añade: "En segundo lugar, es necesario que todos los países tengan una legislación adecuada y armonizada entre ellos, y que impongan las penas adecuadas".
España no solo ha hecho los deberes dentro de sus fronteras: es un referente mundial en el control del tráfico de órganos y el llamado turismo de trasplantes, y muchos otros países han copiado el modelo diseñado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). “Desde un punto de vista legislativo son importantes las disposiciones legales como por ejemplo nuestra Ley de Trasplantes y el Real Decreto que la desarrolla”, explica su directora, Beatriz Domínguez-Gil. “Para la donación en vivo, establece unos filtros obligatorios que hacen que el nuestro sea uno de los procedimientos más garantistas que existen en el mundo en este sentido”.
Los trasplantes y la covid
En 2020, según datos de la Comisión Europea, se efectuaron 122.341 trasplantes en todo el mundo. De ellos, 76.397 fueron de riñón, 30.275 de hígado, 7.840 de corazón, 5.765 de pulmón, 1.910 de páncreas y 151 de intestino. Fueron posibles gracias a 34.739 donantes fallecidos, a los que se suman 28.635 vivos. La actividad mundial de trasplantes se redujo en un 18% con respecto a 2019 por la covid, si bien el cardíaco fue el que mejor resistió el envite de la pandemia, con solo un 8% de descenso. El número de donantes fallecidos disminuyó un 13%, mientras que el de vivos lo hizo en un 32%.
A pesar de los efectos de la crisis sanitaria, España se mantiene desde hace 30 años como referente mundial: el año pasado aportó el 19% de las donaciones de órganos de la Unión Europea y el 5% de las registradas en todo el mundo, pese a que apenas representa el 0,6% de la población.
Nuestro país también está a la cabeza en innovación quirúrgica. “Ha descendido muchísimo la mortalidad por accidentes de tráfico, por enfermedades cardiovasculares, por accidentes laborales…, y eso complica la disponibilidad de órganos, de modo que el perfil de donantes se ha ido modificando a lo largo del tiempo”, explica Domínguez-Gil. En los últimos años se ha logrado trasplantar órganos de fallecidos de edad muy avanzada, incluso octogenarios y en algunos casos de más de 90 años.
Una excelencia médica que también permite, a día de hoy, mitigar los efectos de la pandemia sobre los procesos de trasplante. “Se ha reducido la actividad global de donaciones en un 18%, principalmente por la saturación de las UCI”, apunta Domínguez-Gil. Con todo, ahora en España se admite el trasplante de personas que han pasado el covid y se han curado clínicamente, pero tardan en tener una PCR negativa. Y se están valorando los trasplantes de personas que mueren por un motivo que no tiene que ver con la covid aunque lo padezcan, eso sí, nunca de pulmón.
Líderes en trasplantes
En España no basta con dar el consentimiento para la donación, sino que hay que fallecer en unas condiciones muy concretas, y sólo entre el 1 y el 2% de las personas que mueren en un hospital las cumplen: hay que hacerlo en una UCI, conectada a una ventilación mecánica y sin enfermedades que se puedan transmitir al receptor sin posibilidad de tratamiento.
La actividad mundial de trasplantes se redujo en un 18% con respecto a 2019 por la covid
Para hacer una donación en vida, existe un sistema de tres filtros que abarcan aspectos médicos y psicosociales que evalúan si la persona es apta. “Debe constituir un riesgo asumible para quien la realiza y para el futuro receptor. Por otro lado, es necesario probar que es una donación libre, voluntaria y que responde a ningún tipo de coacción, ni económica ni de ningún otro tipo, y que el donante ha recibido toda la información sobre el procedimiento y sus riesgos”, explica Domínguez-Gil.
El modelo español se caracteriza por haber desarrollado magistralmente un proceso de altísima complejidad, que debe a un soporte suprahospitalario como la ONT, creada en 1989 como un órgano dependiente del Ministerio de Sanidad y encargado de supervisar y coordinar los procesos de trasplante con las comunidades autónomas.
Este organismo ha sido el impulsor –y en muchos casos artífice– de las disposiciones legales que dicta la Unión Europea en materia de trasplantes y son asumidas por los países miembros. También por otros como Canadá o Nueva Zelanda. Desde la creación de la ONT, se ha pasado en nuestro país de 14 a más de 49 donantes por millón de habitantes en 2019, la mayor tasa alcanzada en el mundo.
“Esto se ha logrado por los pilares del modelo español, que son las unidades creadas en todos los hospitales que pueden tener donantes, que coordinan los trasplantes y están compuestas por médicos y enfermeras, pero siempre lideradas por médicos intensivistas, lo que es fundamental, porque es en la UCI donde surgen esas oportunidades”, señala Domínguez-Gil.
Donaciones en vida
Una donación en vida sigue tres filtros inquebrantables: en primer lugar, la evaluación de un médico ajeno al proceso de trasplante. A continuación, el caso es evaluado por el comité de ética del centro hospitalario, que tiene que emitir una resolución. Y por último, el donante tiene que comparecer frente a un juez de primera instancia para refrendar que lo hace libre y desinteresadamente, y que no está sometido a ningún tipo de coacción y ha recibido toda la información que precisa en presencia de todos los profesionales que han participado en su evaluación.
En el momento en que cualquiera de los participantes en dicho procedimiento alberga la más mínima duda de la legitimidad de la donación, se pone en conocimiento de las fuerzas de seguridad del Estado, que activan la consiguiente investigación.
El labor de la Policía
“Tenemos mucha relación con la ONT, y todos los años realizamos una formación de especialistas sobre delitos de trata de seres humanos”, señala la teniente de la Guardia Civil Elena Colás Fuentes, destinada en la Sección de Trata de Seres Humanos de la Unidad Técnica de Policía Judicial. “Y eso incluye la extracción ilegal de órganos, una de las finalidades de la trata. A nivel global es una problemática real que afecta a millones de personas, pero gracias a que en España el sistema sanitario es tan seguro y con un procedimiento de trasplantes tan sólido, es muy difícil, por no decir prácticamente imposible, que la venta de órganos pueda hacerse eficaz”.
“A menudo encontramos anuncios de personas que ofrecen sus órganos”, informa Colás Fuentes
Esto no impide que exista una oferta sostenida en el tiempo, más agudizada si cabe en tiempo de crisis. “A menudo encontramos anuncios de personas que ofrecen sus órganos”, informa Colás Fuentes. Y añade: “Son personas vulnerables que identificamos como víctimas, porque están en una situación desesperada que las lleva a querer vender un riñón o un pulmón, y no lo consideramos un delito hasta que se da la transacción. Por eso contactamos con estas personas antes y les informamos de que es ilegal lo que pretenden hacer. De hecho, los consideramos víctimas porque son personas vulnerables”.
La teniente recuerda que, además, no recurren a la dark web o a crípticos foros para anunciar la venta de sus órganos. Su desconocimiento de que están a punto de cometer un delito lo demuestra el hecho de que aparezcan en páginas web tan públicas y frecuentadas como Milanuncios.com.
Quienes sí conocen el delito penal emplean otros ardides. “Una pareja que simula tener una relación es el caso más común, pero con este sistema de tres filtros es prácticamente imposible que se lleve a cabo”, apunta Domínguez-Gil. “A la mínima duda en alguno de los tres pasos, el proceso se para automáticamente”.
La última sentencia del Tribunal Supremo, por el caso de Al Kharayeb, pone de manifiesto que este tipo de delitos no sólo suponen un atentado contra la dignidad e integridad de la persona implicada, sino que también constituyen una vulneración de los principios robustos en los que se fundamenta el sistema de trasplantes español, ya que lo considera un bien jurídico protegido.
“Este hecho deja claro la importancia que tiene en España el proceso de donaciones y trasplantes”, señala Domínguez-Gil. Y remata: “Somos un país profundamente solidario, y eso se manifiesta desde el día a día de la ciudadanía hasta las más altas instancias jurídicas y políticas, gobierne quien gobierne”.