Las ciudades caminables son urbes con mejor salud, menos accidentes y más sostenibles. La resiliencia forma parte de este tipo de municipio, que se decanta por desarrollar medidas como la implantación de zonas 30, las peatonalizaciones o los incrementos de zonas verdes, entre otras, que favorecen al comercio de proximidad y el uso social del espacio público.
Ana Montalbán, coordinadora técnica de la Red de Ciudades que Caminan, ayuda a ENCLAVE ODS a seleccionar las diez ciudades españolas que más se acercan a un modelo de ciudad para el peatón. La asociación que encabeza, conformada sólo por entidades públicas –66 ciudades y 2 diputaciones, la mayoría en España, pero también en Portugal y México– promueve los principios de las urbes caminables, el urbanismo sostenible y la recuperación del espacio público frente al coche.
Montalbán aclara, eso sí, que no son partidarios de los rankings, porque "cada ciudad tiene sus circunstancias y busca estos objetivos de una manera". Pero no hay nada como una lista, realizada a partir de las recomendaciones de la experta, para entender –de manera visual– qué es en realidad un municipio caminable.
1. Pontevedra
Referente europeo, el “modelo Pontevedra” empezó en 1999 y es seguido por la Red de Ciudades que Caminan en España y estudiado fuera de ella.
La ciudad gallega peatonalizó su centro urbano mucho antes de que se convirtiese en una medida habitual, limitó el tráfico rodado a un máximo de 30 km/h y fue priorizando el uso del espacio público frente al coche con pequeños pasos.
Más de 20 años después presume de cero muertes por accidentes viales al año, un 67% de ahorro en hidrocarburos y una política comercial que permite que el 91% de las compras en la ciudad se puedan hacer andando. Pontevedra, además, es fiel seguidora de los principios del pedagogo Francesco Tonucci y su “ciudad de los niños”. Porque una urbe segura para que los más pequeños caminen solos por la calle lo es también para los adultos de todas las edades.
2. Vitoria
En 2019, la capital alavesa obtuvo el Global Green City Award otorgado por la organización Global Forum on Human Settlements, dependiente de la ONU, en reconocimiento al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.
La ciudad ha recibido numerosos reconocimientos por sus políticas de transporte público –un poco afectado en su uso habitual por las restricciones de la covid-19, eso sí– o su anillo verde. Además, la urbe ha implementado diferentes programas para los caminos escolares seguros.
3. Torrelodones
Con apenas algo más de 24.000 habitantes, el pequeño municipio madrileño presume de sus grandes logros en urbanismo caminable, así como las obras estratégicas que desde 2013 han permitido mejorar el acceso a los servicios sociales, centros de salud y dotaciones educativas.
El Plan de Movilidad Urbana fue diseñado con una participación ciudadana bastante activa. Además, entre 2011 y 2019, su alcaldesa Elena Biurrún, de Vecinos por Torrelodones, que sigue en el gobierno, demostró ser una fiel seguidora de Tonucci. Y, al igual que en Pontevedra, sus principios también han marcado el desarrollo de la ciudad.
4. Valencia
La capital valenciana afronta estos últimos años una ambiciosa peatonalización del centro histórico que se ha bautizado como La ciudad de las plazas. Espacios como la plaza del Ayuntamiento, la de San Agustín o la de Reina se han convertido en zonas para el caminar, sumando el entorno del Mercado Central.
Una acción que no se quedará en la reforma de dichas zonas icónicas. También se unirán a ellas las calles adyacentes, creando así un “ecosistema central de marcado carácter peatonal”.
La pandemia retrasó gran parte de las obras, pero –dicen– este 2022 las verá terminadas. Además, está en pleno proceso de peatonalización parcial de las avenidas Giorgeta y Pérez Galdós, se prevé la ampliación de las aceras, la separación de estas del paso de vehículos, y la habilitación de carril bici y para vehículos sostenibles.
5. Bilbao
La capital vasca es la primera ciudad de más de 300.000 habitantes en España en reducir la velocidad máxima en todas sus calles a 30 kilómetros por hora y diseñar un plan completo de caminos escolares seguros.
En 2020, la Red de Ciudades que Caminan premió a este municipio por su eliminación de barreras arquitectónicas, su programa de movilidad vertical –que incluye más de 40 ascensores urbanos y varias rampas eléctricas– y el enfoque de género de su urbanismo, en el que la movilidad juega un papel fundamental. Por ello, cuenta con ascensores abiertos 24 horas o paradas de transporte público a demanda.
6. Logroño
En los últimos años, la capital de La Rioja ha peatonalizado numerosas calles del centro –más allá de la célebre Laurel–, introducido medidas de calmado del tráfico y mejorado sus pasos de peatones. Además, ha ensanchado aceras sobre todo en puntos cruciales como los puentes.
Su plan de movilidad se ha integrado de manera transversal en las políticas municipales, de manera que lo han mantenido diferentes equipos de gobierno.
La Red de Ciudades que Caminan destaca dos cosas de este municipio. Por un lado, cómo esta planificación le ha permitido responder mejor a las necesidades de la pandemia. Por otro, la página web municipal Calles abiertas, que informa de manera accesible a la ciudadanía de las diferentes medidas en movilidad.
7. Soria
Soria ha peatonalizado su centro urbano, reconvertido las tres vías principales de la ciudad, aumentando aceras e introduciendo espacios verdes y carril bici, y reformado numerosas calles de la zona para que tengan carácter “estancial”. Es decir, se han añadido infraestructuras de encuentro como bancos y otros elementos que permiten el uso continuado de los espacios públicos.
La Red de Ciudades que Caminan también valora “la promoción de acciones que no son de transformación física de las calles, sino de fomento del caminar, como las quedadas monitorizadas para personas mayores, las campañas de movilidad escolar o el metrominuto”.
8. La Rinconada
Este municipio sevillano de 39.000 habitantes es uno de los fundadores de la Red de Ciudades que Caminan. Del mismo, Montalbán destaca cómo en los últimos años ha eliminado barreras arquitectónicas y aumentado el número de calles con plataforma única –es decir, sin bordillos ni escalones–.
De esta manera, la localidad ha mejorado la accesibilidad de todo el casco urbano y aumentado las zonas peatonales con árboles y vegetación “que mejoran la calidad de vida y contribuyen a la cultura del caminar”, concluye la experta.
9. Villanueva de la Serena
Este municipio extremeño de 25.000 habitantes –que podrían ser más del doble a partir del 20 de febrero, cuando sus vecinos votarán la fusión con el vecino Don Benito– ha recibido numerosos reconocimientos por su reforma del centro urbano para volverlo más caminable y accesible.
Ahora, ese centro es un espacio libre de coches. Pero la Red de Ciudades que Caminan también destaca de esta localidad sus campañas de concienciación sobre movilidad sostenible y seguridad vial y las obras de peatonalización de la Plaza de España.
10. Barcelona
La capital catalana no forma parte de la Red de Ciudades que Caminan, pero sus políticas de movilidad y peatonalización no están muy lejos de sus principios. Montalbán aclara que actuaciones como las del “urbanismo estratégico” –las ampliaciones de aceras y zonas peatonales con pinturas y mupis– son “provisionales, baratas de implementar, pero caras de mantener”.
Sin embargo, reconoce que valora muy positivamente “medidas como las de las supermanzanas”, con una peatonalización por zonas y barrios que es más fácil de implementar en las grandes ciudades.