Laura, Claudia y María están en 1º de bachillerato. Y, a pesar de que aún no han llegado a la mayoría de edad, ya han montado una startup revolucionaria. Su marca, Unike, pretende crear toda una comunidad musical que una a jóvenes artistas con su público a través de sus sudaderas.
La música es un elemento fundamental en nuestro día a día, especialmente durante la adolescencia. Para muchos, incluso, sus recuerdos vienen acompañados de una banda sonora. Por eso, estas tres jóvenes emprendedoras han querido convertir esas melodías en un recuerdo que dure años, incorporándolas en una prenda de vestir. Un código de Spotify, un verso de una canción y una palabra que resuma su esencia son los tres sencillos elementos que incorporan sus diseños.
Pero su proyecto va mucho más allá. A través de las redes sociales buscan a jóvenes artistas con los que asociarse para darse a conocer mutuamente. E, incluso, planean organizar un concierto con todos sus colaboradores.
Pero Unike no nace por arte de magia. Laura, Claudia y María son sólo tres de la veintena de adolescentes que forman parte del club de emprendedores The Rockets Club del Colegio San Agustín de Madrid. Su impulsor es el CEO de Rocket Ventures, Juan Gorchs, quien asegura querer "enseñarle a los chavales esas 10 habilidades de emprendimiento" que el Foro Económico Mundial asegura necesitará el mercado laboral del futuro.
La apuesta personal de Gorchs por proyectos como Unike viene de un convencimiento de que la educación tiene que ir más allá de lo teórico. Y la próxima profesionalización del club de emprendedores le da la razón: "En breves será todo un hub: el San Agustín Emprende", cuenta. Así, este club de adolescentes pasará a ser toda una incubadora de ideas y proyectos que demuestra la visión y el talento de chicos y chicas de entre 12 y 16 años.
Encontrar el camino
Como Laura, Claudia y María, otros 20 jóvenes están –o han pasado– por este hub. La mayoría de ellos, como explica el director del colegio, el padre Ildefonso Trigueros, "estudiantes de 10", aunque, reconoce, "ha habido alguno que otro que andaba un poco más perdido y se ha centrado gracias al club".
Gorchs pone como ejemplo a Diego, cuya transformación ha sido, dice, "impresionante". Hasta que llegara hará un par de años al programa de emprendedores, este joven de ahora 14 años "no era buen estudiante y se aburría bastante en clase", cuenta Gorchs. Ahora, "demuestra una gran madurez y capacidad para resolver problemas", afirma.
Diego ha creado una marca de camisetas ecológicas, forros polares y sudaderas: Crazypajarrako. Y, cuenta, está lanzando Crazy Kids, una línea para niños. Como sus compañeras, es un vendedor nato y tiene claro que "montar una empresa no es fácil". El joven madrileño explica cómo, por culpa de la covid, ha tenido que enfrentarse incluso al cierre de proveedores.
"Lo más sorprendente es que ha capeado el temporal prácticamente él sólo", alardea Gorchs. Y añade: "Es un máquina, con 14 años ha aprendido por sí mismo a usar Excel para llevar las cuentas y los pedidos; lo gestiona todo por su cuenta". Tras casi dos años funcionando, el joven creador de Crazypajarrako asegura que ha llegado a producir unos beneficios netos de 700 euros.
Jorge, Álvaro y Rodrigo también han tenido que enfrentarse a cierres de proveedores precipitados por la covid. Su marca de ropa deportiva, Raup, busca ser una "especie de Nike, pero para colegios", dicen.
Los tres alumnos de 3º de la ESO explican que "hace poco tuvimos que cambiar de fabricante para las sudaderas y eso es complicado, porque como resultado tenemos colecciones con dos telas y diseños diferentes, y eso es algo que hay que explicarle también a los clientes".
Porque, al final del día, el programa San Agustín Emprende busca enseñar a partir de situaciones reales, algo que requiere de paciencia y creatividad para ser capaces de resolver los problemas más variopintos.
Algunos de ellos, como cuenta Alejandra, son "no ser realista a la hora de buscar un proyecto". Esta joven, junto a su compañera Mercedes, fundó Vokadiyo, una marca de moda sostenible que busca ser "el Ecoalf para niños y adolescentes", apunta. Aunque, reconoce, al principio no tenían tan claro lo que querían ser.
Ahora, sin embargo, se han marcado un propósito: "Promover la ecología a través de la moda". Para ello, fieles a sus valores, sólo apuestan por materiales reciclados y sostenibles, y tintes naturales. Además, asegura, "queremos controlar todo el proceso de selección de proveedores y producción, para así garantizar la calidad de nuestros productos".
Pero no todos los proyectos gestados en el seno del Colegio San Agustín tienen la moda en su ADN. Y eso que, como cuenta Gorchs, "las sudaderas son el producto estrella" al ser "sencillas de diseñar y vender".
Sin embargo, de vez en cuando, aparecen iniciativas que se alejan de los productos y se acercan a los servicios. Y ese es, precisamente, el ejemplo de Born to be basket, el blog creado por Pablo y Alejo que aspira a ser un referente en para el "baloncesto de colegio".
"Nuestra web es una forma diferente de llegar a la gente que juega o a la que le gusta el basket", explican los dos jóvenes. Por el momento sólo ofrecen información en distintos formatos, pero su objetivo es acabar siendo un puente entre equipos, jugadores, aficionados y maracas.
Para financiar la puesta en marcha de todos estos proyectos, Gorchs ha realizado una inversión personal que, poco a poco, "se va recuperando", aunque no sea por completo. Aun así, el CEO de Rocket Ventures asegura que "merece la pena", ya sólo sea por demostrar que hay talento joven y que las cosas se pueden hacer de otra manera.