La instalación de paneles solares en el hogar es una de las alternativas más sostenibles y eficientes de cara a fomentar el autoconsumo responsable y reducir la factura de la luz a fin de mes. Las placas fotovoltaicas recogen la radiación solar y la reconvierte en energía, un proceso poco contaminante y muy eficiente que se ha convertido es una ambiciosa alternativa energética en auge, especialmente entre 2021 y 2022.
Aquellos particulares que quieren colocar paneles solares en los tejados de sus casas se encuentran siempre con un miedo justificado: los elevados costes de instalación. Instalar fotovoltaicas en el hogar, aunque puede reducir hasta en un 80% la factura de la luz a fin de mes y resultar rentable a medio y largo plazo, supone un desembolso económico inicial difícil de encajar para muchas familias.
Sin embargo, el cóctel de ayudas institucionales y el abaratamiento de los costes de producción que ha experimentado el sector fotovoltaico en los últimos cinco años, hacen cada vez más asequible la instalación en el hogar de las también conocidas como "pequeñas centrales eléctricas de tejado". No obstante, los costes de poner paneles solares pueden variar mucho y se calculan, esencialmente, en base a tres factores, tal y como señala Arturo Franco, asesor ingeniero de Inna Global S.L.:
"El 90% del mercado ronda una potencia de instalación de entre 3 kilovatios y 5 kilovatios", explica el asesor ingeniero Arturo Franco
"Por un lado hay que mirar la potencia contratada para saber cuánto consume el cliente. Luego hay que analizar su perfil de consumo: si utiliza más energía por el día, por la tarde o por la noche. Finalmente se debe valorar el espacio geográfico en el que se van a colocar las placas: si tiene lugar suficiente para poder instalarlas y la orientación en la que se encuentra domicilio", explica Franco.
Tras analizar todos estos elementos, se establece un proyecto en firme. "El 90% del mercado ronda una potencia de instalación de entre 3 kilovatios y 5 kilovatios", explica el experto. "Para que nos entendamos, 3 kW de instalación es una factura de la luz de entre 100 y 150 euros mensuales, al menos antes de las subidas de la factura, porque ahora es difícil calcularlo. Para una persona que gaste unos 100€ al mes de luz, las instalaciones de paneles solares estaría entre los 6.000€ si contrata 3 kW y subirían a los 9.000€ si se va a 5kW".
Ayudas para ser sostenible
Según señala el experto, hay otros elementos a tener en cuenta para establecer un presupuesto final, como la distancia de las instalaciones, si éstas son monofásicas o trifásicas e incluso si existen posibles ayudas gubernamentales a las que se pueda aspirar. Este último factor es clave para que la instalación de placas solares se pueda abaratar de forma considerable.
De entrada, existen diferentes tipos de ayudas para hacer frente a los gastos. Uno de ellos pasa por aprovecharse de bonificaciones en el Impuesto por Bienes Inmuebles (IBI) y en el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO); otra son las deducciones sobre el IRPF. Finalmente, y esta es la más interesante, existen subvenciones nacionales amparadas por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno que podrían ascender hasta 3.000 euros.
"Las ayudas son muy parecidas en todo el país", añade Franco. "En todas las Comunidades Autónomas rondan en torno a lo mismo: unos 400-600 euros por kilovatio". Un ejemplo práctico: si la instalación de paneles solares para 3 kW cuesta 6.000€, las subvenciones pueden oscilar entre los 1.200€ y los 1.800€, lo que haría un coste total de 4.800€ e incluso, en el mejor de los casos, de 4.200€. "Si hay baterías de acumulación de energía, que son más caras, las ayudas pueden llegar a los 3.000€".
Además, prácticamente todas las compañías responsables de la instalación de paneles solares tienen sistemas de financiación mensuales a muy bajo coste y poco interés que permiten gestionar mejor las finanzas. La mayor parte del coste se gestiona con financiación por parte de los instaladores y las cuotas son muy parejas al ahorro mensual, por lo que se trata de hacer paridad entre ahorro y financiación.
Beneficios a fin de mes
Una de las grandes preguntas que se suelen hacer los clientes es cuándo podrán ver rentabilizada la inversión de unas placas solares. Al fin y al cabo, aunque los paneles solares sean sostenibles, lo que busca el ciudadano medio es reducir la factura de la luz a fin de mes. La respuesta, como todo lo anterior, depende del uso que se les de, de la potencia contratada y de factores no manejables como la meteorología.
En la mayoría de casos los beneficios se pueden ver "de 6 a 7 años", señala el experto de Inna Global. "A veces pueden ser 4 y otras 10, pero antes o después se retorna la inversión y se empiezan a producir beneficios. Si se instalan baterías acumuladoras de energía, que son un producto más caro, el retorno de la inversión se dispara y puede pasar a 14 años, pero una instalación corriente fotovoltaica bien estudiada y calculada y sin almacenamiento que es la solución más correcta y sobre todo más rápida de recuperar, es relativamente rápida". Si un panel se instala en 2022, en 2028, de media, comenzará a ser rentable.
"Unas placas bien cuidadas y utilizadas te pueden durar 25 o 30 años"
La gran pregunta es: ¿hasta qué punto nos podremos beneficiar en la factura de la luz de la energía generada por nuestras centrales energéticas domésticas? Según señalan los expertos consultados, y en esto parecen estar bastante de acuerdo distintas compañías, la autonomía podría oscilar entre un 65% y un 80%. No podría nunca ser del 100% ya que se tiene en cuenta que existen unos gastos no variables como el el término de potencia contratada por las eléctricas o los intereses.
Además, en caso de que el usuario produzca un excedente energético, es decir, que genera más energía de la que va a consumir, ese exceso se vuelca a la red eléctrica y se paga, aunque sea con una tarificación mínima, lo que supone un pequeño incentivo extra para que la instalación sea más aprovechable.
Durabilidad y eficiencia
Los paneles solares pueden ser de muchas formas. El sector energético no para de crecer y de diversificarse. En los últimos años, tras la enorme subida de los precios de la luz, el sector ha expertimentado más de un 40% de crecimiento entre 2021 y 2022 y, según Franco, no parará de crecer en los próximos años, aunque duda mucho que se abaraten más los costes. "Hemos llegado a un punto de inflexión. Se abaratarán los costes de las baterías cuando se popularicen las de hidrógeno, pero por los costes materiales reales creo en un futuro no habrá demasiada rebaja" en el precio de montaje.
Uno de los objetivos de cara al futuro, según señala Franco, consiste en reducir a cero la huella de carbono de las fotovoltaicas, quizás el único "pero" que se le puede poner a este tipo de energías. "El problema no está en la elaboración ni en el uso, sino en el reciclaje. Es un material renovable pero no desechable. Cuando llegue al fin de su vida útil, hay que transformarlo. Ese será el futuro de muchas empresas: el tratamiento de los módulos, estructuras y otros componentes. Dejan su huella, aunque eso sí: es puntual y no constante, como ocurre con el gas o el petróleo".
Preguntado precisamente por la vida útil de este tipo de alternativas energéticas, Arturo Franco pone una fecha límite: "Casi todas las placas llevan un compromiso de productividad de cerca del 90% en 25 años. Esto quiere decir que te van a dar la misma potencia que el primer día. Unas placas bien cuidadas y utilizadas te pueden durar 25 o 30 años, lo único que puede bajar un poco la productividad".