La cerceta pardilla, una de las especies más amenazadas de Europa, ha comenzado a resurgir en España gracias a un innovador proyecto de conservación europeo dirigido por la asociación LIFE Cerceta Pardilla. Este peculiar tipo de ave ha encontrado un resorte de esperanza para perpetuar su especie.
A través de los fondos de cofinanciación promovidos por el programa LIFE de la Unión Europea, la Península Ibérica se ha convertido en el mayor lugar de distribución del continente de este animal: en 2020 había 74 parejas de cerceta pardilla; en 2022 se han contabilizado, al menos, un centenar. Las previsiones, de momento, son de crecimiento, siempre y cuando se sigan respetando los principios de preservación de la vida en los ecosistemas terrestres (ODS 15).
"Hasta el año pasado la cerceta pardilla se encontraba en su momento demográfico más crítico y con tendencia decreciente", señala a ENCLAVE ODS Ignacio Torres, subdirector de Biodiversidad y Cambio Climático de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y director del proyecto LIFE Cerceta Pardilla. "Hasta mediados del siglo veinte abundaba en los humedales costeros mediterráneos, especialmente en Doñana. Pero en las últimas décadas su declive ha sido tan drástico que es el pato más amenazado de Europa".
Los datos son escalofriantes: la población mundial de este pato a principios de siglo XX era de 72.000 ejemplares y se ha reducido en más del 50% en un siglo. En el caso de España, la población reproductora ha disminuido en más del 90% a lo largo de los últimos cien años. Este rápido acercamiento a la extinción parece indicar "que la salud de la especie a nivel global está sufriendo igualmente un deterioro que aún no hemos sido capaces de detectar".
La cerceta pardilla está en "peligro crítico" según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y está dentro del catálogo de "peligro de extinción" de Especies Amenazadas. El MITECO la considera desde 2018 una especie con una situación "crítica" en nuestro país.
La restauración de los humedales
Precisamente la restauración del hábitat de estas aves se torna esencial para su supervivencia a largo plazo. ¿La solución? Preservar los humedales, su ecosistema preferido. "La pérdida y degradación del hábitat es su mayor amenaza y hace peligrar la supervivencia de la especie", señala Torres.
"Los humedales sufren el impacto de la sequía, la sobrexplotación, la contaminación, la proliferación de barreras artificiales y otras amenazas causadas por actividades humanas". Además, la sobrepoblación de ciertas áreas urbanas cercanas a los ecosistemas naturales y la caza indiscriminada –muchas veces la cerceta pardilla se confunde con otros patos convencionales– son elementos que agravan la supervivencia de una de las especies más raras y amenazadas del Viejo Continente.
La alteración del régimen hídrico (en parte provocado por la sobreexplotación de las tierras y las consecuencias del cambio climático) afecta a muchas especies dependientes de humedales, y son las marismas de Doñana, germen de la amenaza que ha lanzado la Unión Europea contra España, así como algunas zonas del parque natural de El Hondo, las que "sufren problemas de agua en época de reproducción" de la cerceta.
"Los humedales son fundamentales para la conservación de la biodiversidad", señala Ignacio Torres
Sin embargo, gracias a proyectos como LIFE Cerceta Pardilla, España conservará no sólo a uno de los patos más emblemáticos de nuestro país, en peligro crítico de extinción, sino también uno de los ecosistemas más importantes para la salud del planeta: los humedales.
Tal y como señala Torres, "los humedales son fundamentales para la conservación de la biodiversidad. Suministran agua y alimentos, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático, contribuyen a controlar las inundaciones, a atenuar las sequías, a proteger la costa y a filtrar el agua, entre otros servicios. Además, mejoran la calidad del aire, proporcionan materias primas y recursos genéticos para medicinas y energía hidroeléctrica. Sin embargo, según la Organización de Naciones Unidas, se destruyen a un ritmo tres veces más rápido que los bosques".
Otras aves amenazadas
La cerceta pardilla no es la única ave con presencia en España que está amenazada: especies como el urogallo cantábrico o el alcaudón chico se encuentran en situación crítica. "Según el último Libro Rojo de las Aves de España, publicado por SEO/BirdLife, más del 50 % de las especies de aves evaluadas en España presentan problemas de conservación y 90 de ellas se encuentran dentro de categorías de amenaza de la UICN", recuerda Torres.
"Entre las especies que se encuentran en una situación de conservación desfavorable se recogen algunas tan conocidas como la perdiz, la golondrina o el gorrión común, una especie cada vez más amenazada", zanja el experto, que añade también al foco de preocupación el escribano palustre, las rapaces nocturnas como la lechuza común, el escribano europeo y algunas especies marinas como el cormorán moñudo o la pardela balear, "el ave marina más amenazada de Europa", que se encuentra en "peligro crítico" y al borde de la extinción total.
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