Un propósito claro lo es todo para una organización empresarial. Podría ser el lema de una campaña de marketing, pero la realidad es que el mundo de los negocios está cambiando y la idea de 'empresas con propósito' está ganando por goleada. Tanto es así que el pasado 21 de junio, el Congreso de los Diputados aprobó creación de esta nueva figura jurídica, a la que se la ha llamado Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC).
Es un nuevo término jurídico que actualmente no existe y que bautiza legalmente a aquellas sociedades mercantiles en cuyos estatutos manifiesten buscar un impacto social y ambiental, tal y como queda demostrado en el Libro Verde de las Empresas con Propósito, elaborado por el despacho de abogados Gabeiras&Asociados, según explica B Lab, organización sin ánimo de lucro que impulsa un cambio sistémico para construir una economía inclusiva, equitativa y regenerativa.
Las empresas que tengan este reconocimiento jurídico específico serán aquellas que en sus estatutos incluyen el triple objetivo de generar valor económico, social y ambiental, mientras demuestran de manera transparente su desempeño en todos ellos.
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Estas compañías cumplen con estándares elevados en materia ambiental, social, económico, de transparencia y asumen principios de buen gobierno corporativo orientados al interés tanto de accionistas, como de otros grupos de interés como trabajadores, las comunidades locales o el propio medioambiente.
Para B Lab, incorporar esta propuesta en el mencionado proyecto de Ley Crea y Crece tiene coherencia con el objeto de la norma, que persigue el crecimiento empresarial, ya que las empresas orientadas al triple impacto mejoran sus resultados económicos anuales en un 30% de media, según una muestra de 700 empresas pertenecientes a la comunidad de empresas con propósito más grande del mundo, la comunidad B Corp.
Tal y como ha comentado Antón Costas, presidente del CES, “el sistema debe ofrecer oportunidades para todos y para todas, y eso solamente pueden conseguirlo las buenas empresas. Es por eso por lo que el avance del Proyecto de Ley Crea y Crece es una gran noticia para que más empresas se centren en el propósito y hagan el bien, algo que no va reñido con la rentabilidad económica de las mismas y que la ciudadanía también está demandando.”
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Se aprobará el 30 de junio
La enmienda transaccional ha sido apoyada por el Grupo Socialista, el Grupo Popular, el Confederal y cuenta también con la firma de Más País. El dictamen se ha aprobado en la Comisión de Asuntos Económicos y se prevé que será definitivo en el Pleno del Congreso del 30 de junio.
"Incentivar y acelerar la creación y crecimiento de esta figura legal será clave para alinear los objetivos empresariales con los de la Agenda 2030, estimulando así el cumplimiento de altos estándares sociales, ambientales y de buen gobierno corporativo en el tejido empresarial español", ha dicho la organización B Lab.
Un propósito, una meta
Según la firma Deloitte Insight, si bien no es la primera vez en la historia que las empresas se preguntan por qué existen y quiénes son para sus clientes, la tendencia actual demuestra que las empresas están utilizando el propósito para crear conexiones más profundas con los consumidores, hacer más por las comunidades con las que trabajan, atraer y retener talento y, en el proceso, lograr mayores resultados e impacto.
De hecho, las empresas impulsadas por un propósito son testigos de mayores ganancias en la participación de mercado y crecen tres veces más rápido en promedio que sus competidores.
Las empresas que lideran con un propósito y se basan en él pueden lograr una lealtad, consistencia y relevancia continuas en la vida de los consumidores. Aquellos que no logran identificar y articular su propósito pueden sobrevivir a corto plazo, pero con el tiempo, es probable que las personas exijan más, añade el estudio de la consultora Deloitte.
"Nuestros hallazgos revelaron que muchos consumidores hoy en día toman decisiones basadas en cómo las marcas tratan a su gente, cómo tratan al medioambiente y cómo apoyan a las comunidades en las que operan. Cuando las empresas alinean su propósito con hacer el bien, pueden construir conexiones más profundas con sus partes interesadas y, a su vez, amplificar la relevancia de la empresa en la vida de sus partes interesadas", concluye.