El término contaminación acústica hace referencia al ruido (entendido como sonido excesivo y molesto) provocado por la actividad humana (tráfico, industrias, locales de ocio, aviones, etc.), que produce efectos negativos sobre la salud física y mental de las personas.
La OMS considera la contaminación acústica como el segundo mayor problema medioambiental de Europa, seguida por la contaminación atmosférica. Ambos problemas medioambientales están demostrados científicamente como perjudiciales para la salud y el bienestar social.
La contaminación acústica es un problema que afecta a la convivencia y a la salud de las personas en las grandes ciudades, un problema que cada vez está cogiendo más relevancia en el mundo actual.
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Según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, causa alrededor de 12.000 muertes prematuras en Europa al año, además de estar detrás de otras tantas enfermedades crónicas, como la cardiopatía isquémica
También se define contaminación acústica como aquella que se genera por un sonido no deseado, que afecta negativamente a la calidad de vida y, sobre todo, a aquellos individuos que desarrollan actividades industriales y a los que usan con bastante frecuencia determinados vehículos para poder desplazarse.
Surge en el momento en que hay un exceso continuado de ruido en los ambientes urbanos. Es el contaminante más barato de producir y necesita muy poca energía para ser emitido.
El gran problema es que es sumamente complejo de medir y cuantificar. No deja residuos, por lo que no tiene un efecto acumulativo en el medio. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el umbral que pasa a ser perjudicial para la salud humana es de 55 decibelios.
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Cualquier tipo de sonido superior a los 65 decibelios durante el día y 55 durante la noche se considera ruido. Además, la OMS apunta que el ruido procedente de actividades vinculadas al recreación y tiempo libre supera, en numerosas ocasiones, los 70 decibelios durante las 24 horas del día.
Principales efectos en la salud
Los efectos que genera la contaminación acústica a la salud son cada vez un problema mas importante. Algunos de los más importantes son:
- En la audición: un efecto directo y de los mas frecuentes. Este efecto se debe a las largas exposiciones a altos niveles de ruido, las cuales reducen la capacidad auditiva, hasta un punto que podemos llegar a la sordera.
- Sobre el rendimiento: un efecto directo y muy importante sobre todo en trabajadores y niños. Una alta exposición al ruido tiene efectos directos en muchos procesos cognitivos, por ejemplo, dificulta la capacidad lectora, reduce la atención y la motivación en la tarea.
- En el sueño: los diversos ruidos hacen que descansemos mal y que tengamos diversos trastornos que derivan en otros problemas de la salud como el estrés.
- En la salud mental: no es el causante principal de dichos efectos pero es un acelerador para el desarrollo de trastornos mentales.
- En la conducta: vinculado a otros efectos como el del sueño, la contaminación por ruido puede producir efectos en nuestra conducta derivados de la molestia que sufre nuestro cuerpo. Aumenta nuestra agresividad y disminuye nuestra actitud cooperativa.
- Fisiológicos: existen estudios que relacionan a las personas con viviendas cercanas a aeropuertos y calles excesivamente ruidosas, con problemas de hipertensión y cardiopatías asociadas a la exposición permanente a altos niveles de ruido
El riesgo para la salud depende del volumen, pero también de la frecuencia y duración del ruido. Cuando el exceso de ruido se soporta durante un breve periodo de tiempo se puede producir fatiga auditiva, por la que temporalmente se pierde capacidad auditiva. La recuperación es variable y puede ir de una hora a varios días.
Y las cosas no parece que vayan a mejorar según las estadísticas. El informe Environmental noise in Europe, publicado por Aema en 2020, indica que de momento no se han alcanzado los objetivos en materia de ruido ambiental que se habían fijado en las políticas.
De hecho, en el informe se expone que sobre la base de sus pronósticos, es poco probable que la cantidad de personas expuestas al ruido disminuya significativamente en el futuro debido al crecimiento urbano.
Pero el daño puede ser permanente cuando la exposición al ruido se prolonga demasiado tiempo. A veces un sonido intenso y repentino por encima de 165 dB produce también lesiones irreversibles, como la rotura del tímpano.
La contaminación acústica no solo afecta a la salud de las personas, sino que también afecta a la degradación ambiental. El transporte, la construcción, el tráfico aéreo o la industria son las principales fuentes de ruido ambiental que pasan casi desapercibidas pero cuyos efectos pueden provocar graves alteraciones en nuestros ecosistemas.
Estos efectos del ruido no solo afectan a los ecosistemas terrestres, las especies marinas que viven en mares y océanos también sufren sus efectos. Muchos estudios han demostrado que el ruido de los barcos y naves afecta, principalmente, a especies marinas como las orcas, ballenas y delfines.
Estas especies animales depende de la emisión de ondas para poder reproducirse y encontrar alimento. Las altas frecuencias derivadas de las embarcaciones distorsionan la comunicación de estos animales llegando a provocar su desaparición contribuyendo así a su extinción.
Ciudades con mayor contaminación acústica
El ruido es uno de los males de nuestro tiempo al que, por desgracia, se le hace poco caso. Más del 25% de los europeos están expuestos a niveles excesivos de ruido.
En España más de 1000 personas mueren de forma prematura y provocan cerca de 4000 ingresos hospitalarios.
En España, alrededor de 14 millones de personas están expuestos a ruidos excesivos para el bien estar, estos ruidos provocan durante el día más de 55 dB y 50dB por la noche.
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La más ruidosa de las capitales españolas es Barcelona seguida de Madrid, en ellas la población está expuesta a contaminación acústica durante todo el día a estos límites de sonoridad que repercuten en la salud de la población.
Es por ello, que más de 4 millones de personas sufren trastornos en el sueño a causa del ruido de los coches y el entorno.
A nivel europeo podemos destacar las siguientes capitales con más contaminación acústica como Tallín, Dublín, Bucarest, Oslo y Praga. Madrid ocupa la posición número 11 de 15 capitales.
También destaca Ámsterdam, París, Berlín, Estocolmo, Zagreb y Londres como las ciudades menos ruidosas.
Sin duda, la contaminación acústica en las ciudades es un peligro creciente para la salud pública, destaca el informe Fronteras 2022: ruido, llamas y desequilibrios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que intenta informar de cuales son las amenazas a las que nos enfrentamos.
Son esos datos, los que tienen que dar la voz de alarma para que tomemos conciencia de la contaminación acústica que sufrimos a diario. Estas son algunas ideas para reducirla:
Gestos para reducir la contaminación acústica
- Reducir el tiempo uso de los auriculares tipo cascos miniaturizados ya que provoca un impacto directo a nuestro conducto auditivo provocando daños y mayor secreción de cerumen.
- Utilizar protectores auditivos especiales, fabricados con material hipoalergénico y hechos a medida del canal auditivo de cada usuario, ya sean para trabajar en un ambiente ruidoso, hacer deportes extremos con ruido, escuchar música en conciertos o discotecas, viajar en avión e incluso para dormir.
- Bajar el volumen de la música o del televisor si no se pueden oír conversaciones cercanas.
- Instalar revestimientos acustico-térmicos de suelos, techos y paredes con materiales aislantes acústicos.
- Cerrar las ventanas para protegerse del ruido exterior e incluso instalar ventanas o puertas de doble cristal aislante térmicamente.
- Asegurarse de que los electrodomésticos no son excesivamente ruidosos en el momento de su compra, ya sea consultando al dependiente o comprobando la etiqueta energética obligatoria de los aparatos, que además de su consumo de energía y agua también indican el nivel de decibelios emitidos.
- Aumentar la vegetación ya que absorbe la energía acústica, además de dispersar el ruido y amplificar los sonidos naturales, ya que atraen la vida silvestre y mejoran el paisaje urbano visual.Las áreas verdes, los patios y los parques urbanos suponen, asimismo, un alivio para escapar del ruido y estimular nuestro bienestar mental.
- Más carriles bici suponen, indirectamente, también menor espacio para la conducción y, por tanto, reducen el ruido de los vehículos a motor. Por su parte, las zonas de bajas emisiones fomentan la movilidad eléctrica, lo que contribuye de nuevo a la reducción del ruido, además de mejorar la calidad del aire.