Levantarse y bajar al quiosco a comprar el periódico, o recibir la prensa en el buzón cada mañana son rutinas que, desde hace varios lustros, se están extinguiendo. La digitalización, entre otros hábitos, está haciendo desaparecer el de leer en papel.
Según la Oficina de la Justificación de la Difusión (OJD), los cinco principales diarios en papel de España imprimen cada día unos 440.000 ejemplares entre todos. Hace tres décadas, la cabecera más leída sacaba a la calle ella sola en torno a un millón.
Internet está en el centro de esa reducción drástica. Sin embargo, consumir información a través de una pantalla no es neutro desde un punto de vista medioambiental.
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Con todo, hay que aclarar que calcular la huella de carbono exacta de leer prensa en Internet es prácticamente imposible, ya que hay múltiples factores implicados que van desde el modelo del dispositivo electrónico que se use hasta dónde se encuentren instalados los servidores de las webs que se visitan.
Todo depende del reciclaje
Tal y como exponen los resultados de un estudio del European Journal of Communication, tirar a la basura un ejemplar de un periódico generalista deja una huella de carbono de unos 4 kilogramos. Sin embargo, reciclándolo se puede reducir enormemente el impacto medioambiental, ya que disminuye el uso de agua en un 60%, el uso de energía en un 40%, la contaminación del aire en un 74% y la contaminación del agua en un 35%.
Si ese mismo diario generalista se recicla, su huella de carbono no llega a los 2 kilogramos. No obstante, estos cálculos no son tan simples, ya que detrás de la producción de un periódico no solo está el papel que se utiliza, sino que hay distribución, maquinaria, gasto energético del personal de la redacción, transporte de los empleados, etc.
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Los diarios envejecen tremendamente rápido, por eso es tan importante reciclarlos, porque tirarlos sin más no solo genera metano, un gas altamente contaminante, sino que aumenta la cantidad de recursos naturales que se deben explotar, con la contaminación intrínseca al proceso de producción que eso conlleva.
La Agencia Francesa para el Medio Ambiente y Control de la Energía refleja que comprar diarios en papel los siete días de la semana y tirarlos a la basura sin reciclar genera al año hasta una tonelada de CO₂, el equivalente a un vuelo de, aproximadamente, media hora.
Sin embargo, un periódico semanal impreso en papel con bajas emisiones de carbono y reciclado constantemente tiene un impacto similar a comerse un par de hamburguesas con queso o conducir 40 kilómetros en un coche de combustión interna.
Internet también contamina
Un estudio realizado por el Centro KTH de Estocolmo para la Comunicación Sostenible asegura que la producción de un periódico online puede ser tan perjudicial para el medio ambiente como la impresión de una edición en papel. Según el organismo, leer un periódico en la web durante 30 minutos cada día tiene aproximadamente el mismo impacto medioambiental que leer un periódico físico.
La huella de carbono del periodismo online es casi imposible calcular, ya que hay que tener en cuenta muchas premisas. No solo hay que considerar la energía utilizada para hacer funcionar el dispositivo en el que se lee el periódico, sino que también hay que contar con la energía utilizada para alimentar los servidores del periódico y los routers wifi. Además, muchos dispositivos electrónicos contienen metales raros, como el paladio y el cadmio, que no siempre se reciclan.
También es necesario tener presente factores que afectan a la esperanza de vida del dispositivo, que van desde el tipo y la marca hasta la composición de las baterías, o el lugar del planeta en el que se han fabricado. Navegar por Internet una hora a la semana en un portátil de 50 vatios contamina menos que leer un periódico tradicional, sin embargo, una lectura diaria de más de 30 minutos tiene un impacto similar a consumirlo en papel.
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Todo ello hace que la respuesta a la pregunta de si los periódicos online son más ecológicos que sus homólogos tradicionales no esté clara. Los diarios que en el fin de semana entregan suplementos y revistas tienen un impacto mucho mayor. Comprarlos durante un año supone una emisión a la atmósfera de unos 200 kg de CO₂, una cantidad similar a la de un vuelo de Londres a Barcelona.
Una inagotable fuente de emisiones
Según las cifras de la consultora tecnológica Gartner, Internet libera alrededor de 300 millones de toneladas de CO₂ al año, tanto como todo el carbón, el petróleo y el gas que se quema en países como Turquía o Polonia, o más de la mitad de los combustibles fósiles quemados en todo el Reino Unido. Más gráficamente, es como si 70 millones de personas volasen, ida y vuelta, desde España a Estados Unidos.
Por su parte, uno de los principales impactos en el medioambiente que tiene la industria papelera es la deforestación. Afecta directamente a la biodiversidad, la fertilidad del suelo y la calidad del agua.
Además, los árboles absorben el dióxido de carbono (CO2) y lo transforman en oxígeno. Por lo tanto, un menor número de bosques contribuye de forma directa a la acumulación de gases nocivos en la atmósfera, principales culpables del calentamiento global.