La isla mediterránea de Chipre es el escenario de encuentro de cientos de empresas IT que buscan desarrollar una suerte de 'hub tecnológico' similar a Silicon Valley.
Unidas bajo el paraguas de un clúster bautizado como TechIsland, estos cerca de 200 negocios relacionados con las tecnologías de la información, algunas procedentes de Rusia, Ucrania, Bielorrusia, China, Israel, Estados Unidos y España, quieren salvar las diferencias geopolíticas e ideológicas derivadas de la retórica bélica internacional y establecer alianzas (ODS 17) con el fin de tender puentes y estrechar relaciones comerciales. Su objetivo es convertir a la otra 'Ibiza del Mediterráneo' en uno de los territorios tecnológicamente más punteros del mundo.
La creación de un parque tecnológico vanguardista para atraer inversión internacional, el establecimiento de acuerdos con las autoridades políticas chipriotas para crear un marco regulatorio favorable que facilite la relocalización de empresas extranjeras en el país y el desarrollo de eventos culturales y artísticos –amparados en un Art Cluster– para potenciar el 'nomadismo creativo' son algunas de las prioridades de TechIsland.
"Hemos puesto unos 20 millones de euros para desarrollar este proyecto", asegura Alexandra Shilova, CEO del BION1X clúster y única representante de TechIsland que ha podido ofrecer declaraciones. "Tal y como está planeado, habrá al menos 100 millones de euros invertidos para 2024".
Entre los principales retos de la organización, asegura Shilova, está promocionar Chipre como destino turístico a través de eventos culturales como el BEON1X Open Mind Music Fest, celebrado a finales de septiembre; construir nuevos edificios que alberguen hubs tecnológicos capaces a atraer a empresas de todo el mundo y seducir a 'nómadas' expertos en TI (tecnologías de la información) y artistas que quieran elegir la isla mediterránea como base de operaciones. En resumidas cuentas: TechIsland quiere atraer talento para establecer en Chipre una comunidad tecnológica y artística de vanguardia.
Precisamente uno de los objetivos de TechIsland ha sido concentrar sus fuerzas en erigir unas instalaciones vanguardistas y sostenibles –el eje medioambiental es uno de los que más preocupa a la organización– que puedan albergar a las empresas que formen parte del clúster. Cuando esté terminado, en el edificio "habrá proyectos relacionados con el 5G y el desarrollo de Inteligencia Artificial", asegura Shilova. Preguntada por otras líneas de negocio relacionadas con la tecnología, como por ejemplo la robótica, los NFT y las criptomonedas (tres temas que salieron durante la presentación del clúster en la ciudad chipriota de Limassol), asegura que aún no pueden dar más información al respecto.
Sin embargo, la compañía adelanta que se ha propuesto "la ambiciosa misión de convertir la industria tecnológica en el motor de crecimiento del PIB [en Chipre]" y que su objetivo es el "aumento de los ingresos fiscales y la expansión del mercado laboral en la isla para el año 2030". Por eso, su objetivo es acelerar el crecimiento de este tipo de industria tech y convertir Chipre "en un centro tecnológico global".
BEON1X y el Art Cluster
Además de potenciar Chipre como destino de inversión de empresas tecnológicas, TechIsland quiere apostar por la sostenibilidad y por atraer a creadores de contenido 'nómadas' estrechamente vinculados con el sector tecnológico. De hecho, la estrategia de TechIsland se divide en las siguientes etapas:
En primer lugar fue la presentación de la primera edición del BEON1X, un espectacular y moderno festival de música tecno y electrónica al que acudieron artistas de la talla de los DJs Carl Cox, Boris Brejcha, Paul Kalkbrenner o Deborah de Luca. Es la mejor carta de presentación de su proyecto.
Su siguiente etapa, aún no finalizada, consiste en preparar la infraestructura arquitectónica del futuro clúster, que se completará, previsiblemente, en 2025. Mientras tanto, TechIsland también estudia impulsar proyectos medioambientales que ayuden a regenerar los ecosistemas de la isla –como los paisajes quemados por los incendios, fortalecer la línea costera o frenar el deterioro de los suelos– y lograr así hacer de Chipre una ciudad aún más atractiva.
"Los nómadas digitales ya son una realidad, un movimiento global", asegura Shilova. Y continúa: "Miles de personas recorren Bali, Oporto, Dubai, Chipre y otros tantos lugares. El teletrabajo impuesto por la pandemia ha incrementado su presencia".
"La mayoría de estas personas nómadas son especialistas en tecnologías de la información o representantes de industrias creativas, como diseñadores, artistas, fotógrafos o cineastas. Creemos que Chipre tiene todo: una localización geográfica entre continentes, un clima mediterráneo perfecto y un terreno de inversión atractivo con tasas de impuestos muy competitivas", añade. El clúster, asegura, quiere atraer a todos estos perfiles multidisciplinares para acumular "poder creativo".
Lo que TechIsland se ha propuesto es convertir Chipre en una suerte de 'Silicon Valley del Mediterráneo', aunque Shilova considera esa definición algo exagerada: "Silicon Valley se creó en determinadas condiciones históricas como una suerte de clúster estatal ayudado por las corporaciones militares y las grandes mentes académicas. Fue el impulso inicial para convertirlo en lo que es hoy. Es imposible recrearlo en ningún otro lado. Por eso no es exactamente lo que quiere nuestro proyecto. Es la razón de que hayamos incluido en nuestro proyecto la coletilla de 'clúster artístico' para que se reflejen mejor nuestras verdaderas intenciones".
Entre los proyectos en marcha, recuerda Shilova, también está un 'Parque de Arte', un espacio para eventos, laboratorios tecnológicos y numerosos ecoproyectos –como parques de flores en diferentes ciudades de Chipre–, así como la transformación de los espacios urbanos, el desarrollo de campings y residencias de invierno y otras iniciativas ecológicas para la reforestación y el desarrollo de programas de concienciación medioambiental.
La crisis rusa daña a Chipre
Convertir el país en un lugar atractivo para el negocio tecnológico y la atracción de talento de las TI supone un balón de oxígeno para un país que vive esencialmente del turismo y, específicamente, del turismo ruso. Tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022 y el levantamiento de restricciones a la movilidad de la población proveniente de Rusia, Chipre experimentó una notable caída en sus ingresos.
Por eso, el propio ministerio de Economía de Chipre, en declaraciones recogidas por EL ESPAÑOL | ENCLAVE ODS, ha confirmado que "con esta iniciativa se espera un crecimiento superior al 5% del PIB en 2022, a pesar de las consecuencias del declive financiero mundial".
Sólo en 2019, antes de la pandemia, el país mediterráneo recibió 3,9 millones de turistas, de los cuales 780.000 provinieron de Rusia, un 20% del total. Algo similar ocurrió con las inversiones: algunos de los grandes complejos de viviendas, hoteles y fondos de inversión chipriotas dependen de capital ruso. Decenas de oligarcas, entre ellos algunos magnates de Gazprom, viven en la isla y gozan de pasaporte europeo gracias a sus inversiones. Sin embargo, desde el deterioro de las relaciones bilaterales entre Rusia y la Unión Europea, los vínculos se han roto y Chipre necesita reinventarse para salir adelante.
Además, la isla mediterránea se enfrenta a otro dilema: la ocupación turca de parte de su territorio. El norte de la isla está bajo control de Turquía, miembro estratégico de la OTAN. Nicosia, su capital, es una ciudad dividida a la imagen y semejanza de la Berlín de posguerra, con una green line dependiente de la ONU.
Las heridas de la cruenta guerra que experimentó el país en los años setenta aún supuran dolor. Sin ir más lejos, uno de los lugares más turísticos de la isla se encuentra en la ciudad ocupada de Varosha, la conocida como 'ciudad fantasma' cercana a Famagusta. Otrora un paraíso similar a Marbella en el que veraneaban estrellas como Elizabeth Taylor o Richard Burton y que, desde hace cincuenta años, se cae a pedazos. Hace un año fue abierta por primera vez al público.
Chipre también posee varios territorios que se encuentran bajo control británico. Precisamente su posición estratégica la convirtió históricamente en un pedazo de tierra muy codiciado. Ya desde la era de los imperios griego y otomano numerosas civilizaciones se disputaron su terreno: el clima cálido propio del Mediterráneo y el punto de unión que suponía entre Europa, África y Oriente Medio era excelente para el dominio marítimo. Hoy el Reino Unido tiene bases aéreas desde las que controla los movimientos de países como Líbano o Siria.
En esa tesitura, este pedazo de tierra entre continentes, la 'otra Ibiza del Mediterráneo', se postula como un paraíso para las inversiones. TechIsland quiere capitalizar ese atractivo e impulsar el negocio tecnológico y artístico en esta isla paradisíaca.
Para ello cuenta con cientos de empresas relacionadas con las TI, entre ellas ASBICS, que suministra productos y soluciones para empresas como Apple, Intel o Microsoft; IT, una de las comunidades de tecnologías de la información más grandes de habla rusa; Asodesk, plataforma local de monitorización, gestión y análisis de datos que busca incrementar el tráfico orgánico de las empresas; Global Aqua Norma, empresa que produce agua limpia mediante tecnologías disruptivas y algoritmos; o el propio Banco de Chipre, el principal servicio financiero del país.