La campaña de Navidad ha empezado. A pesar de que aún queda más de un mes para las celebraciones, las ciudades ya empiezan a instalar las luces y los adornos; las grandes superficies ya están anunciando sus ofertas; y mucha gente está pensando en los regalos y las compras que hará.
El gran anticipo del festín de compras es el Black Friday, que se celebra el próximo viernes 25 de noviembre, y a partir de ahí ya se precipita la avalancha navideña, con Papá Noel y los Reyes Magos como grandes acontecimientos en lo que a regalos se refiere.
Hace ya varios años que las tiendas y centros comerciales tradicionales conviven con las páginas web de comercio online, las llamadas e-commerce (comercio electrónico), entre las que Amazon, Aliexpress, Ebay, Zalando o Rakuten son algunas de las más conocidas y utilizadas.
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Sin embargo, comprar a través de Internet, aunque sea una opción rápida y cómoda, implica un actor que no está presente en las compras tradicionales: el transporte de mercancías desde centros logísticos hasta los domicilios de los compradores.
Crisis energética
En medio de la crisis energética y la inflación agravada por la invasión rusa de Ucrania, que ha hecho aumentar el precio de los combustibles, es muy probable que esta opción se encarezca. De hecho, algunas empresas como la alemana DHL ya ya anunciado que que incrementará sus precios en España 7,9% desde el próximo 1 de enero de 2023.
Este anuncio puede arrastrar a otras compañías a hacer lo mismo, aumentando el coste de las compras navideñas que se avecinan. "El anuncio de DHL afectará a todo el sector", afirma el experto en logística y profesor de los Estudios de Economía y de la Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Cristian Castillo.
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"Con la situación actual de inflación e incremento del precio de los combustibles, es muy probable que la mayoría de las empresas de transporte incrementen sus precios. En realidad ya lo estamos viviendo ahora y seguro que en el Black Friday o la campaña de navidad nos encontramos con tarifas superiores”, explica el experto.
Tal y como asegura Castillo, a pesar de que el comercio online ha hecho recaer grandes beneficios en las empresas de transporte, "aumentar la facturación no siempre es sinónimo de aumentar beneficios”, ya que "los costes de operación están por la nubes, y las empresas deben subir los precios, pero no para ganar más, sino para no tener pérdidas.
Crisis de los contenedores
En plena pandemia, el parón económico y el aumento de la demanda produjo un fenómeno que golpeó a la infraestructura comercial de todo el mundo: un gran atasco en el tráfico de contenedores.
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Una de las causas de esta situación fue el encarecimiento del comercio electrónico de todo el planeta, al tiempo que muchos puertos permanecían cerrados o trabajando bajo mínimos por culpa del coronavirus..
Aunque, como incide Castillo, “a nivel de costes se ha mejorado, su precio es un 65% menor que hace un año”. El último Índice Mundial de Contenedores elaborado por Drewry sitúa el precio en los 3.483 euros por cada contenedor de 12, cuando hace un año era de 8.300 euros, según el mismo análisis.
Además, Castillo añade que, “a nivel de retrasos, también se ha mejorado por lo que podemos decir que se está estabilizando y ya no es una preocupación tan imperante en el comercio internacional”.
Un transporte más ecológico
El director general de DHL Express para España y Portugal, Miguel Borrás afirma que "con el ajuste de precios podemos continuar mejorando nuestras infraestructuras y tecnologías para garantizar soluciones sólidas, incluyendo aviones y vehículos de última generación”.
El directivo insiste en que este encarecimiento les brindaría la posibilidad de “inversión en soluciones ecológicas y cada vez más sostenibles, como combustibles menos contaminantes para aeronaves o la cada vez mayor utilización de vehículos eléctricos, entre otras”.
Para Castillo potenciar las energias limpias es la clave del futuro. “Y no hablo únicamente de una furgoneta eléctrica, sino también de cargóbikes o el uso del transporte público. El problema principal es que a día de hoy la tecnología no permite que vehículos de carga pesada sean eléctricos, y esto condiciona mucho la logística verde”.
Según el experto, en la actualidad el vehículo eléctrico se utiliza para la última milla, es decir, la del almacén a la casa del consumidor, por ello reconoce que “es necesario seguir invirtiendo para vehículos de mayor tamaño”.
No obstante, hay que tener en cuenta que una mayor demanda de vehículo eléctrico repercutirá, entre otras cosas, en una mayor demanda de semiconductores. “Y esto es algo que puede generar tensiones y en la actualidad hay una falta de suministro”. Por eso cree muy necesarias las ayudas a empresas para poder hacer la renovación de flotas a vehículos verdes.
Aún así, Castillo reconoce que, en la actualidad, los principales retos en el sector de la logística son “mantener plazos de entrega con un aumento exponencial de los pedidos sin perder la trazabilidad y la calidad de los envíos, también asegurar los costes teniendo en cuenta la situación económica actual”.