De las cataratas del Niágara al mar de dunas del Sáhara. De la gran barrera de coral australiana a la islandesa Laguna Azul. El planeta esconde verdaderas joyas –milagros de la naturaleza, como dirían algunos– en los que la biodiversidad prospera y los sentidos se pierden.
Los tesoros de la naturaleza se podrían contar en decenas, pero ENCLAVE ODS hace su propia selección. Estos son solo ocho de los lugares que todos deberíamos ver antes de morir.
1. Parque Nacional de los Lagos de Plitvice (Croacia)
Este enclave croata es uno de los paraísos naturales del país. Patrimonio de la Humanidad, se compone de bosques frondosos, 16 lagos y un centenar de cascadas. Osos pardos, linces, lobos o águilas son solo algunas de las especies que puedes encontrar allí.
2. Las Médulas (León, España)
Este espacio natural situado en El Bierzo se podría decir que 'hace trampas'. A pesar de gozar de un alto valor paisajístico, Las Médulas no son 100% naturales. Más bien, se trata de una muestra más de la capacidad inventiva del pueblo romano. Y es que son fruto de excavaciones realizadas con agua para extraer oro de la roca.
3. Parque Nacional de Death Valley (California, EEUU)
Los colores de este parque nacional estadounidense son una de las características más peculiares de sus formaciones montañosas. El valle de la muerte consigue su orografía gracias a los sedimentos que se depositaron en el lago que lo cubría hace millones de años y que luego se fosilizaron.
4. Rock Islands (Micronesia)
Todo un paraíso para los amantes del mar, su biodiversidad y el buceo. Las islas rocosas se trata de un grupo de 450 islas volcánicas de calizas rodeadas de arrecifes de coral.
5. El agujero azul (Belice)
Su forma circular casi perfecta y sus 125 metros de profundidad otorgan a esta maravilla natural un color azul intenso que contrasta con los turquesas de las playas que rodean a este gran agujero. Se trata, además, del mayor del planeta de su tipo, algo que le ha valido ser declarado Patrimonio de la Humanidad.
Además, en sus profundidades se encuentra todo un microcosmos en el que viven tiburones toro y cabeza de martillo.
6. Bosque húmedo de Garajonay (La Gomera, España)
Este parque natural situado en La Gomera rezuma vegetación por todos sus rincones. Además, es el mejor ejemplo de ese bosque húmedo tan característico de las islas Canarias. Brezos, helechos y laureles se entrelazan cubiertos de musgo en más de cuatro mil hectáreas de pura naturaleza y biodiversidad.
7. Cataratas Victoria (Zambia y Zimbabue)
La frontera natural entre estos dos países africanos es uno los accidentes geográficos salvajes más maravillosos. Conocidas como Mosi-oa-Tunya o el 'humo que truena', nombre con el que las bautizaron las tribus de la zona, las cataratas Victoria originan un ruido atronador. Y es que 108 metros de altura son el salto vertiginoso que da el río Zambeze al caer.
8. Cerezos en flor del Monte Yoshino (Japón)
Aunque el cambio climático esté cambiando los patrones de floración, la primavera siempre ha sido el momento más espectacular del monte Yoshino, en Nara. Cuando las flores están en su punto álgido, los japoneses aprovechan para celebrar 'La fiesta del cerezo en flor'.