El bienestar de los animales es importante. Los consumidores lo tienen claro, y por eso han incrementado su conciencia respecto a las prácticas de las empresas y los efectos que estas tienen sobre el maltrato animal. Actualmente, las generaciones más jóvenes están rechazando de forma activa a aquellas marcas que testan sus productos en animales.
Tanto esta toma de conciencia general sobre el consumo responsable, como los avances en las legislaciones europeas sobre testar en animales, han empujado a industrias como la de la cosmética a buscar nuevos métodos alternativos para su producción.
Sin embargo, hay quienes ya entendieron esta necesidad de luchar por un mundo sin tests en animales mucho antes de que fuera una preocupación reglamentaria o de la sociedad civil. La empresa francesa de cosméticos y belleza L’Oréal es la pionera en esto: no testa ninguno de sus ingredientes y ninguno de sus productos desde hace décadas.
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L'Oréal lleva más de 40 años a la vanguardia de los métodos alternativos
La seguridad y la salud de los consumidores es primordial para el Grupo L'Oréal, pero también lo es el respeto por los animales. Por ello, lleva más de cuatro décadas trabajando en la industria cosmética en base a métodos alternativos al testeo animal, en busca de una producción más responsable y segura para todos.
La investigación es la encargada de respaldar el compromiso de la marca francesa con el mundo animal. La cual dejó de testar definitivamente sus productos en animales en 1989, es decir, 14 años antes de que la reglamentación europea lo exigiera como requisito oficial.
¿La gran alternativa? La producción de pieles reconstruidas para las evaluaciones de seguridad de sus productos. Los laboratorios de L’Oréal llevan desde 1979 innovando en el sector mediante la reconstrucción de piel humana destinada al desarrollo de nuevos test in vitro para la evaluación de la seguridad de sus productos. Desde entonces, L’Oréal dispone de sus centros Episkin en Lyon (Francia), en Shanghái (China) y en Brasil para esta producción de piel artificial.
Aparte de los modelos de piel, la marca emplea diversas herramientas de evaluación predictiva que no requieren de la participación animal. Algunos de estos procesos alternativos son: la modelización molecular, los sistemas expertos en toxicología y las técnicas de imágenes, entre otras.
De esta manera, gracias a la dedicación y al rigor científico de la marca, L'Oréal ha conseguido posicionarse como una de las empresas más comprometidas en la lucha por la expansión del cruelty free. Así, ha cosechado éxitos en países como China, donde la fabricación y comercialización de productos como los champús, los geles de ducha o algunos productos de maquillaje han dejado de ser testados en animales desde 2014.
Por eso, la marca no ha dejado de compartir sus conocimientos sobre pruebas cosméticas con el mundo. La Academia Episkin que fundó L'Oréal en 2011 ha formado a más de 1.400 personas a través de más de 60 sesiones, en Francia, China y Brasil. Entre los usuarios se encuentran reguladores, socios de la industria y proveedores.
Además, realiza una labor de divulgación sobre sus experiencias científicas a través de congresos como el ESTIV (European Society of Toxicology In Vitro) que tuvo lugar del 21 al 25 de noviembre de 2022 en España (Sitges).