“Es muy importante concienciar a la gente. Muchas veces los problemas con la erección anticipan otros más graves”, explica el gurú de la urología, Miguel Sánchez Encinas. Según el estudio más reconocido, Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina (EDEM), la impotencia es un problema que afecta al 18,9% de los varones de entre 25 y 70 años en España.
Estos fueron los resultados de esta investigación, la primera en su categoría, que analiza la prevalencia de esta condición en 2.476 hombres. A más de la mitad de los participantes no le preocupa sus problemas de impotencia. Y únicamente un 16,5% se atreve a consultarlo con su médico.
En un estudio similar, titulado Massachusetts Male Aging Study (MMAS), algo menos completo, pero referente para muchos especialistas de la salud sexual y reproductiva, se dibuja una cifra del 52% de personas mayores, entre 40 y 70 años, afectadas.
Las dos investigaciones revelan una correlación entre el tabaquismo, la diabetes y la hipertensión con el aumento de la cantidad de hallazgos anormales en la vascularización peneana. Sánchez Encinas ayuda a ENCLAVE ODS a desmontar seis de los mitos más escuchados en consulta sobre la disfunción eréctil.
1. Afecta solamente a personas mayores
El urólogo explica que “en el caso de los hombres por encima de los 70 años, uno de cada tres va a tener disfunción”. Las probabilidades de padecer disfunción eréctil aumentan conforme a la edad, ya que las personas mayores están afectadas por múltiples procesos relacionados con el envejecimiento y enfermedades que aparecen en edades avanzadas, como la diabetes o la hipertensión.
[La sandía, la 'viagra' natural para combatir la disfunción eréctil]
Pero en el caso de hombres de 50 años, “la prevalencia está en torno a un 18-20% y sus causas son diferentes, menos frecuentes, pero existen”, añade.
2. Masturbarse mucho acelera su desarrollo
Si una persona se masturba mucho ni se va a quedar ciego ni tampoco va a desarrollar impotencia. Sin embargo, el consumo frecuente de pornografía sí que puede degenerar en problemas psicológicos que se presenten en el acto sexual. “Sobre todo en gente joven, que recién se inicia en las relaciones sexuales, se produce que las expectativas que ellos tienen son ficticias, favorecida por el uso en exceso de pornografía”, explica el urólogo.
“En algunos casos, son problemas de origen psicológico, no orgánico”, añade. También hay otras patologías que pueden empeorar la disfunción eréctil: “Hay trastornos de ansiedad o depresión asociados, que han provocado que en los últimos años haya tomado más valor”.
[Las 6 dudas más idiotas sobre masturbarse que alguien ha preguntado en la red]
La Asociación Americana de Urología (AUA, por sus siglas en inglés) recomienda, como parte del tratamiento, derivar al paciente a un especialista en salud mental. “Recomiendan la valoración psicológica de muchos pacientes, al margen de que se valore, como debe ser, las causas orgánicas”, señala Sánchez Encinas.
3. Tomar pastillas es la única solución
La célebre viagra es uno de los medicamentos que se receta a las personas con impotencia. “El tratamiento de la disfunción eréctil no deja de ser como un medicamento para tratar la hipertensión, el colesterol o algún problema cardiovascular”, explica. Así, solamente se está abordando la enfermedad en su efecto, no en sus raíces.
La evaluación psicológica de los pacientes es esencial para su tratamiento: “Hay que valorar un poco todo lo que ocurre, pues es ver si hay que cambiar los hábitos de salud de esta persona de dieta, ejercicio físico… A veces, puede haber una depresión más encubierta, relativa a la disfunción eréctil”, señala el doctor.
Y subraya: “Si no se tratan las causas, este tratamiento se queda un poco corto”.
4. Una viagra 'online' y ya está
El especialista desaconseja recurrir a fármacos de sitios web no oficiales: "No son medicamentos que estén homologados por la Agencia Europea del Medicamento ni por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos)".
"Tú no sabes realmente lo que contiene la pastilla que se está adquiriendo. Puede contener trazas de algún medicamento o sustancias desconocidas que tengan algún efecto secundario por las sustancias que están añadidas a la pastilla", advierte.
Y después, pone en duda su eficacia: "No tienes un aval de una empresa que ha investigado y desarrollado el fármaco. Eso es lo más importante, que no sabes realmente lo que estás tomando".
5. Provoca falta de interés sexual
La falta de interés sexual se traduce, en términos médicos, en una disminución de la libido. A veces, uno de los factores de la disfunción eréctil es el descenso de testosterona.
Sánchez Encina explica que a partir de los 40, se va reduciendo la cantidad de testosterona en el cuerpo. Sin embargo, y a diferentes edades, “lo que se origina es una pérdida de deseo secundaria porque no es satisfactoria la erección”.
El hombre, así, desarrolla inconscientemente una conducta de evitación de las relaciones sexuales: “Se evita el problema por el miedo a fallar”.
Un ejemplo es el de una persona que se divorcia y entra en una relación en la que pareja le excita más. Sin embargo, las expectativas que se crean con la nueva pareja provocan que se generen unos problemas en la cama que antes no había.
Las altas expectativas generan estrés e inseguridad, "que a su vez deriva en un problema de erección. Y a su vez esa falta de confianza, pues va evitando el problema y la libido disminuye”.
6. No es una enfermedad peligrosa
“Si tienes un problema de disfunción eréctil, es probable más posibilidades de una depresión. Y al revés, gente que tenga depresión por los fármacos, incluso por un problema psicológico, tiene hasta tres veces más probabilidades tener disfunción eréctil”.
Los problemas en la erección pueden anticipar problemas graves, como infartos, alteraciones de las coronarias, de las arterias del corazón, enfermedades cardiovasculares. Y también a nivel cerebral.
“Es muy importante que ante un problema de disfunción eréctil no se reduzca al 'joe, tengo un problema, no funciono', sino que la persona acceda a hacerse un chequeo para ver qué puede haber de origen", explica. La detección a tiempo de la disfunción eréctil puede ser un signo de alarma para detectar otras enfermedades graves.
¿Cómo se debería tratar?
“La disfunción eréctil hay que valorarla desde el punto de vista de los hábitos, los estilos de vida, de enfermedades que puedan dar lugar a problemas, de los medicamentos que se estén tomando, y desde la terapia y la terapia de pareja”, aconseja Sánchez Encinas.
El urólogo advierte que, en muchos casos, el tratamiento es farmacológico, debido a que el paciente decide buscar por su cuenta y a través de medios no oficiales, suministrarse fármacos como la viagra, en lugar de consultar con un especialista.
Muchas veces los pacientes "están muy bloqueados”. Por eso, es vital integrar la terapia psicológica en el tratamiento del paciente con disfunción eréctil: "Así se puede evitar o mitigar el estrés y la ansiedad que sufre el paciente y que pierda el miedo a las relaciones sexuales".
Tras la valoración psicológica, se procede con un tratamiento dirigido a la mejora del paciente a nivel físico, propiciando refuerzos como el incremento de la sangre del cuerpo cavernoso —las estructuras que hacen que el pene esté erecto—.
“Es vital darle importancia a la disfunción eréctil más allá del tabú y de lo que a un hombre le pueda costar el consultarlo con un profesional”, concluye Sánchez Encinas.