Varios troncos apilados producto de la deforestación ilegal en la Amazonía brasileña.

Varios troncos apilados producto de la deforestación ilegal en la Amazonía brasileña. iStock

Historias

Más muertes y deforestación ilegal en la Amazonía: cómo el negocio de la droga arrasa el ‘pulmón’ del planeta

Un informe de la ONU denuncia el “alarmante” narcotráfico y el aumento de los delitos cometidos en zonas rurales de Brasil y Perú.

13 marzo, 2023 00:54

El asesinato a sangre fría en la Amazonía peruana de Mario Marcos López Huanca, guarda forestal y líder conservacionista indígena, pasó desapercibido en la prensa internacional, pero es un ejemplo más del peligro que esconde el mayor pulmón verde del planeta. A la deforestación ilegal, las muertes y las explotaciones mineras clandestinas se le une un narcotráfico que ha ido en aumento y que plantea una auténtica guerra por un bosque tropical cada vez más debilitado.

Es precisamente de lo que alerta el último informe presentado en Viena por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el órgano de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de las convenciones internacionales en materia de drogas. Las conclusiones, recogidas por Efe, apuntan a un tráfico de drogas “alarmante”. En especial, en la Amazonía brasileña y peruana.

Hay que recordar que la selva amazónica en su conjunto ocupa una superficie de casi 7,5 millones de kilómetros cuadrados. Es la mayor selva del planeta. Llega a atravesar hasta ocho países, entre los que se encuentra Brasil, que comprende la mayor superficie con un 68%; Perú, con un 14%; Bolivia, con un 10%, y Ecuador, con un 2%. El resto se reparte entre Colombia, Venezuela, Guyana y Surinam.

El último estudio publicado recientemente por la revista científica Science mostraba cómo las actividades antropogénicas han degradado hasta el 38% de la superficie de la selva amazónica, equivalente a 10 veces el tamaño del Reino Unido. Esto significa que la acumulación de perturbaciones acaban cambiando todo el ecosistema y su propio funcionamiento. Lo que antes era bosque puede convertirse en sabana y se altera la capacidad del entorno natural para acumular agua o capturar y almacenar CO2.

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A todo esto, ahora hay que sumarle lo que alerta el informe de la JIFE, y es que el tráfico de drogas está provocando además una deforestación ilegal directa e indirecta. Como recoge Efe, “hay cada vez más pruebas (...) de la existencia de una conexión entre el tráfico de drogas y la deforestación ilegal: entre 2017 y 2021, los organismos encargados de hacer cumplir la ley llevaron a cabo al menos 16 grandes incautaciones de cocaína oculta en remesas de madera".

Desde el organismo de Naciones Unidas denuncian la existencia de "organizaciones delictivas nacionales e internacionales" como el Comando Vermelho y el Primeiro Comando da Capital presentes en la región amazónica de Brasil, uno de los principales países consumidores y de tránsito de la cocaína del mundo. 

En esta zona, y según los datos analizados por el Sistema de Detección de la Deforestación en Tiempo Real (DETER, por las siglas en inglés), la deforestación aumentó un 150% en diciembre de 2022 respecto al mismo período del año anterior. Se perdieron 87,2 kilómetros cuadrados más de vegetación. 

Una deforestación que se ha visto alimentada también por el negocio ilícito de la madera talada en la selva, la obtención ilegal de oro en tierras protegidas y la creación de espacios agrícolas tanto para el alimento de los animales de ganadería industrial como para la exportación de alimentos como la soja.

Deforestación ilegal en la Amazonía.

Deforestación ilegal en la Amazonía. iStock

No obstante, el estudio presentado en Viena también señala la región amazónica de Perú como unas de las zonas donde el narcotráfico se está asentando con más fuerza. Con ello, invaden territorios de pueblos indígenas y tierras protegidas, lo que se une a otros problemas que ya asolaban el terreno: la minería, la tala ilegal y el contrabando.

Según datos del informe recogidos por Efe, se atribuyen a estas organizaciones criminales 10 asesinatos, principalmente de líderes de pueblos indígenas, cometidos en territorio peruano entre 2020 y 2021. "En ese mismo período, la magnitud del tráfico de drogas en el país creció de manera alarmante, ganando más terreno y arraigando con más fuerza en las estructuras sociales y económicas", subraya el informe de la Junta.

Entre otras cosas, el documento alerta de que existe un marcado crecimiento de la superficie de cultivos ilícitos de coca en Perú, donde debido a la pandemia de covid-19 y otros factores, las autoridades erradicaron "menos de la mitad" del área de plantaciones ilegales que tenía planeado anular en 2021. En total, se acabaron con 5.774,68 hectáreas, correspondiente a una producción de 62,2 toneladas.

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No obstante, el informe recuerda también que en Ecuador se ha registrado un aumento de la violencia que sufre la población local, un país –como recoge Efe– cada vez más usado por los narcotraficantes para almacenar la cocaína que se produce en Colombia y Perú, antes de enviarla a sus destinos finales: principalmente, Estados Unidos y Europa.

A más legalización, ¿más consumo?

El pasado octubre, Alemania presentó un proyecto de legalización del cannabis. Bajo esta iniciativa, los alemanes podrán comprar unos 30 gramos de cannabis para consumo privado distribuidos, eso sí, a través de un mercado controlado. Una nueva moda a la que, en los últimos años se han unido Malta, 19 estados de Estados Unidos, Canadá o Uruguay.

Decisiones como esta han hecho saltar las alarmas de organismos como el mencionado de la ONU. Según apunta Efe, en el marco del informe presentado en Viena, la JIFE ha mostrado su preocupación por los peligros tras la legalización, porque detrás de esta corriente está el cabildeo de una industria que mueve decenas de miles de millones de dólares al año. 

Su presidenta, la india Jagjit Pavadia, ha señalado que "la industria del cannabis, en plena expansión, comercializa productos para atraer a los jóvenes, lo que es un motivo de gran preocupación, al igual que la forma en que se minimizan los daños asociados al consumo de cannabis de gran potencia". Además, apuntan desde la JIFE, que "los datos indican que la legalización del cannabis no ha logrado disuadir a los jóvenes de consumir cannabis, y persisten los mercados ilícitos".