Transformar lo sobrante de la hemodiálisis en agua para el riego: así cuidan los hospitales este recurso
En los últimos años, con un creciente estrés hídrico en el mundo, la industria de la salud trabaja en optimizar su uso del agua.
22 marzo, 2023 01:51El agua, ese elemento que hace brotar a toda vida en nuestro planeta. Que bebemos, que utilizamos para cocinar, para ducharnos, para refrescarnos. Algo tan esencial pero que, sin embargo, no apreciamos. O, al menos, no tanto como deberíamos. El problema es que probablemente en un futuro próximo no dispongamos tanto de ella como nos gustaría.
El cambio climático ha puesto de manifiesto un creciente estrés hídrico ilustrado, por ejemplo, por las largas sequías sufridas en todo el mundo durante el pasado verano. La falta de agua se ha convertido ya en un problema que afecta a nuestro día a día. Según datos de Naciones Unidas, más de 1.700 millones de personas viven en cuencas fluviales en las que el consumo de este bien supera a la recarga.
Y este problema podría ir a más si tenemos en cuenta que los expertos de la ONU advierten de que con tan solo una subida de un grado centígrado de la temperatura media del planeta, perderíamos un 20% de los recursos hídricos renovables.
En la industria de la salud, al igual que en otros tantos aspectos de la vida, el agua también desempeña un papel fundamental y aprovechar al máximo su uso es esencial para el mantenimiento de unos recursos hídricos suficientes para toda la población.
Entre otros usos, el agua es esencial para el lavado de instrumentos y equipos quirúrgicos, pero también para numerosos tratamientos médicos. Por ejemplo, en la hemodiálisis es clave para el proceso de depuración de la sangre a través de una máquina con un filtro.
“En este filtro se produce la depuración cuando la sangre se pone en contacto con un líquido estéril con unas características bioquímicas determinadas”, explica la doctora Laura García-Puente Suárez, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, en Móstoles (Madrid). “A través de la difusión y la convección, la sangre del paciente queda limpia de las sustancias tóxicas”.
Y añade: “Para la composición de este líquido de diálisis es necesario el uso de agua común del Canal de Isabel II, que tras múltiples procesos de limpieza y depuración se convierte en lo que denominamos ‘agua ultrapura’, apta para entrar en contacto con la sangre del paciente”.
Un ciclo completo del agua
En los últimos años, al igual que en la sociedad, los hospitales y la industria de la salud también han ido adoptando paulatinamente medidas para ahorrar agua y utilizarla de forma más eficiente.
Una de las muchas soluciones que se han puesto en funcionamiento en los últimos años en algunos hospitales gestionados por Quirónsalud ha sido la de reutilizar el agua para el riego, cerrando así su ciclo.
En el Hospital Universitario General de Villalba (HUGV), por ejemplo, “el agua de rechazo de la diálisis se envía a dos depósitos de 2.000 litros conectados al sistema de bombeo del riego automático del hospital”, indica Rubén Horcajo, jefe de mantenimiento de este centro sanitario.
Así, Horcajo señala que el sistema de riego del hospital cuenta con un sistema de bombeo que tiene dos acometidas. Una primera que proviene de los depósitos de rechazo de diálisis y otra que proviene de los aljibes del hospital, que solamente se activará si no hay agua en los depósitos.
Con este sistema, explica el jefe de mantenimiento de la HUGV, se han conseguido ahorrar hasta 1.180 metros cúbicos de agua en el año 2022.
El mismo sistema se puso en marcha también en el Hospital Universitario Infanta Elena (HUIE), en el municipio madrileño de Valdemoro, donde utilizan el agua que les sobra para regar desde 2010. “El agua de rechazo y sobrante de la planta de ósmosis, se trasiega a un depósito nodriza y de este por gravedad se acumula en un aljibe situado en el edificio industrial”, indica Jorge Álvarez, jefe de mantenimiento del HUIE.
En el futuro, indica Horcajo, este sistema podría ampliarse a otros servicios del hospital. Por ejemplo, “se podrían utilizar otras aguas de rechazo como las procedentes de esterilización o el agua de purga de las torres de refrigeración”.
Ambas se aprovecharían para el riego, ya que “está prohibido utilizar agua recuperada dentro del Hospital", aclara Álvarez. "Su uso ha de ser exclusivo para riego y, por goteo, para evitar problemas con la Legionella”.
Aunque, por el momento, concluye Horcajo, “con la acumulación de agua que realizamos del rechazo de diálisis es suficiente para el riego del hospital, por lo que no sería necesario ampliarlo”.