Conocida antiguamente como la ciudad de los jardines, hoy Lahore —la segunda ciudad más grande de Pakistán tras Karachi— tiene el dudoso honor de ser la ciudad más contaminada del mundo. Al menos así lo confirma el informe realizado por el fabricante suizo de purificadores de aires IQAir, que aupó a la ciudad pakistaní al primer puesto de su ranking mundial de ciudades con peor aire del mundo en 2022.
La contaminación del aire es un problema que afecta a casi todas las ciudades del mundo, aunque la región de Asia Meridional, donde se encuentra Pakistán, es una de las que sufren uno de los peores niveles de todo el mundo.
Según el documento publicado por IQAir, casi el 60% de la población de Asia Central y Meridional vive con niveles de PM2,5 —esto es, pequeñas partículas que tienen un diámetro inferior a 2,5 micras y que tienen un fuerte impacto en el sistema respiratorio— siete veces superior a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Según este organismo internacional, la concentración máxima recomendada de PM2.5 es de 5 microgramos por metro cúbico. Y, en el caso de Lahore, la media anual de 2022 estuvo en 97,4 microgramos por m³. Para hacernos a la idea, Madrid tuvo una media el año pasado de 9,5 µg/m³.
En el caso de todo el país, Pakistán tuvo una media anual de 74,3 µg/m³ y ocupó el tercer lugar entre los países más contaminados, tan sólo siendo superado por Chad e Iraq.
Qué causa la contaminación
Las causas, explican desde la empresa de tecnología suiza, son variadas. Hay una combinación de factores que van desde las emisiones procedentes de los vehículos y la actividad industrial hasta la quema de residuos de cultivos o el propio polvo de las obras de construcción.
Otra cuestión señalada por IQAir es la tala indiscriminada de árboles para construir nuevas carreteras y edificios, lo que empeora aún más el problema. “Cada año, convertimos 1.200 hectáreas de tierras agrícolas y forestales en áreas urbanas”, denunció la abogada de derechos humanos Aamniah Qadir al medio paquistaní.
“La urbanización en expansión alrededor de la ciudad en forma de nuevos bloques de viviendas ha llevado a recorrer enormes distancias con nuestros coches que usan gasolina de la más baja calidad en todo el mundo”, explicó el novelista Osama Siddique en unas declaraciones recogidas por el periódico local Dawn. Tal y como afirmó Qadir, en Lahore se utiliza principalmente combustible con alto contenido de azufre.
Y eso, señalan los expertos, está teniendo unas serias consecuencias en la salud de los ciudadanos. “135.000 personas mueren cada año debido a la contaminación [en Pakistán]”, indicó el ingeniero pakistaní Abid Omar en una charla TEDx. Y añadió que, en el caso de la segunda ciudad paquistaní, la contaminación provoca una reducción de cinco años la esperanza de vida en los ciudadanos.
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Falta de medidas
El problema hasta ahora, según han denunciado los activistas locales, es que el gobierno no ha realizado esfuerzos suficientes para detener el inmenso manto de aire impuro que recorre la ciudad sobre todo durante los inviernos. El déficit se encuentra principalmente en el ámbito de la medición. Por ello, Omar inició un movimiento para comenzar a recopilar datos y, con ello, presionar a las autoridades.
Así, el ingeniero fundó Pakistan Air Quality Initiative (Iniciativa de Calidad del Aire de Pakistán) para involucrar a la comunidad de ciudades claves del país para recopilar y compartir datos utilizando una red de sensores de calidad del aire en tiempo real que los propios ciudadanos tenían instalados en sus casas.
La iniciativa tuvo tanto éxito que incluso la embajada de Estados Unidos decidió instalar sensores en su embajada en Islamabad y en sus consulados. “Por primera vez, la gente sacó números y se dio cuenta de lo malo que era”, señaló Rafay Alam, un abogado ambientalista, a NPR.
Sin embargo, el monitoreo sigue siendo insuficiente. En la actualidad, según explicó a Dawn Khurram Bhatti, profesor de la Universidad de Tecnología de la Información, los sistemas patrocinados por el gobierno para medir la calidad del aire de la urbe son sólo seis, cuando se necesitarían cientos de ellos. En una ciudad como Londres —más pequeña en tamaño que Lahore—, por ejemplo, hay un centenar de medidores repartidos por toda la ciudad.
Por ello, activistas como Nargis Rahman reclaman una mayor actuación del gobierno nacional. Citando a un informe de The Lancet de 2015 en el que se señalaba que casi el 22% de las muertes anuales en Pakistán fueron causadas por la contaminación del aire, la activista paquistaní dijo a Dawn: “Es una cuestión de vida o muerte. El gobierno debe despertar y tomar medidas".