Los productos y bebidas de base vegetal no son solo cosa de vegetarianos y veganos. Casi la mitad de los españoles confiesa haber incorporado productos y bebidas de base vegetal (plant-based), según el último estudio de Vegetales (Asociación Española de Productores de Alimentos y Bebidas Vegetales). Este incremento se explica porque cada vez son más los establecimientos que ofrecen este tipo de productos en sus estantes.
Pese a que no existe una definición legal de este tipo de productos, uno puede hacerse a la idea de lo que pueden ser, explican desde ProVeg. A diferencia de los productos convencionales, los plant-based “se elaboran únicamente con materias primas de origen vegetal”, explica Rodrigo Sánchez, portavoz de Vegetales y representante de Iparlat-Natur All. La mayoría de los encuestados en el estudio de Vegetales elige este tipo de productos porque los consideran más saludables, por su sabor o porque serían menos perjudiciales para el medioambiente.
Las opciones basadas en plantas (plant-based) suelen presentar un etiquetado distintivo. Sellos verdes vegetariano o vegano aparecen estampados en los envases. El más utilizado es el V-Label, concedido por la Unión Vegetariana Europea, una alianza a nivel comunitario de organizaciones que promueven el consumo vegetariano y vegano.
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Este tipo de estampas se encuentran, sobre todo, en productos alimentarios. No es extraño verlo en hamburguesas vegetarianas o veganas, yogures y helados vegetales y las bebidas elaboradas a partir de soja, avena, almendras, arroz, coco o avellanas. Pero no siempre tiene sentido diferenciarlos. Hay productos denominados monocomponentes, como los tés, las especias, el agua o los alimentos crudos, que siempre están basados en vegetales, por lo que no tiene sentido etiquetarlos.
Libre de carne
"Hay que ser realistas", explica Larco. Y decirle a alguien que la opción más saludable es comerse una ensalada de judías, no lo es. "La gente está acostumbrada a comer y a mucha gente le gusta comer hamburguesas y salchichas cuando hacen una barbacoa", explica Verónica Larco Jiménez, responsable de comunicación de ProVeg, una organización de concienciación alimentaria con la misión de reducir el consumo mundial de animales en un 50 % para 2040.
En cuanto al valor nutricional de los productos plant-based, en comparación con los cárnicos, Larco explica que "es posible llevar una alimentación vegetal sin déficits, ya que nuestro cuerpo necesita nutrientes específicos, no alimentos específicos, y todos ellos se pueden encontrar en los alimentos vegetales". Pero existe una excepción, la vitamina B12, "que las personas que consumen carne consiguen porque los animales también son suplementados con esta vitamina".
‘Etiquetas limpias’
Uno de los mitos asociados a los alimentos con base vegetal, anunciados como tal, es que a menudo son procesados o ultraprocesados y su valor nutritivo no es el mejor. Este tipo de productos están repletos de aditivos con los que se trata de replicar el sabor, la textura o el aporte nutricional de sus equivalentes. Por eso, lo más recomendable es consumir productos vegetales directamente.
"La mayoría de las alternativas a la carne suelen estar muy procesadas, de forma similar a sus homólogos cárnicos", destaca Larco. No obstante, uno de los beneficios más claros es que los productos alternativos no contienen colesterol.
Desde hace unos años, se ha popularizado un concepto que reclama que el consumidor pueda conocer qué se está comiendo: la etiqueta limpia o clean label. Se resume en una frase: utilizar la menor cantidad posible de ingredientes artificiales y no confundir al consumidor que lee los ingredientes de los productos con un lenguaje muy científico.
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De acuerdo con Vegetales - que reúne a referentes del sector plant-based español como ViveSoy (Pacual), Frías o Iparlat- es resultado de la falta de armonía y regulación en el etiquetado. “Conlleva el riesgo reputacional y regulatorio de que la categoría 'plant-based' se asocie sin control con este tipo productos insanos y nutricionalmente deficientes, sin contar con evidencia científica sólida”, explica Sánchez.
Y, ¿es más sostenible?
El estudio de Vegetales revela que la principal razón por la que los consumidores de este tipo de productos los elegían es porque son su carácter saludable. Y es que cambiar a una dieta plant-based puede ser, en términos nutricionales, todo un acierto, siempre y cuando se consuman productos que contengan aditivos inofensivos.
En cambio, si los valoramos en términos medioambientales, los alimentos plant-based son ganadores claros. Según un estudio publicado en la revista Nature Food, si los países ricos -que son los que más carne per cápita consumen- adoptaran dietas basadas en plantas, se podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 61%.
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Una fotografía de estos mismos resultados son a los que llegó el bioquímico Joan Roig Abraham en su tesis de máster. “Si se sustituyeran los productos cárnicos y las leches que ha consumido la población española durante el pasado año 2021 por análogos plant-based (a base de plantas), se conseguiría reducir hasta en un 36,5% las emisiones de gases de efecto invernadero derivados del sistema alimenticio”, explicó en una entrevista a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El futuro será 'plant-based'
A nivel europeo, el acceso y consumo de productos plant-based se ha disparado en los últimos años. Un estudio de ProVeg basado en los datos de Nielsen MarketTrack reveló que la industria plant-based creció en un 49% en solo dos años -entre 2019 y 2021-. Este registro no hace más que evidenciar que cada vez son más los consumidores que se decantan por esas hamburguesas que saben a carne, pero que no lo son y, sobre todo, por esas bebidas vegetales que sustituyen a la leche.
Y es que las bebidas son precisamente las opciones más populares en nuestro país. La encuesta de Vegetales descubre que son los productos plant-based más consumidos. Y un informe reciente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), titulado El consumidor de alternativas vegetales a los lácteos, no hace más que confirmar esto: siete de cada diez españoles opta por las alternativas vegetales a los lácteos y se espera que el 42% de ellos aumente su volumen de consumo. El estudio de Nielsen y ProVeg avala que las bebidas vegetales más consumidas en nuestro país son, en este orden: de la avena, la de soja y la de almendra.
“En definitiva, las bebidas y los alimentos vegetales representan un nuevo estilo de consumir y, por tanto, de vivir, más responsable, saludable y sostenible”, explica Sánchez, representante de Vegetales.