Seguro que has imaginado dejarlo todo —el trabajo, la casa, el coche— y coger la mochila y recorrer el mundo. Eso es precisamente lo que han hecho los nómadas digitales, aquellas personas que utilizan la tecnología para realizar su trabajo, pero sin tener una ubicación fija. Pueden trabajar en cualquier parte del mundo. Un día pueden estar en una playa en Koh Rong, en Camboya. Otro, en medio de la selva del Amazonas.
El nomadismo es un estilo de vida que existe desde los inicios de la historia de la Humanidad. Hoy en día, sin embargo, quedan pocos rastros de ella. Los pastores mongoles son de los pocos que aun continúan sin un rumbo fijo. Aunque ya son muchos los que combinan el nomadismo con el sedentarismo. Durante el invierno, muchas familias se refugian en un piso en Ulan Bator, la capital. Y cuando llega el calor, recorren las estepas mongolas y duermen en sus características yurtas.
Pero, en la actualidad, han aparecido un nuevo tipo de nómadas: los nómadas digitales. Este término fue acuñado por Tsugio Makimoto y David Manners en 1997. Su libro, llamado The Digital Nomad (John Wiley & Sons, 1997), profetizó, entre otras hipótesis, la invención de un dispositivo de comunicación único y todopoderoso que permitiría a los empleados trabajar desde cualquier lugar.
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Efectivamente, los nómadas digitales actuales, a diferencia de los mongoles, no cargan con la casa a cuestas. Con un simple ordenador, pueden trabajar de forma remota. Y eso es gracias a las innovaciones tecnológicas como los software de gestión de contenidos, el acceso económico a Internet a través de Wi-fi, los teléfonos inteligentes o el protocolo de voz sobre Internet (VoIP) para comunicarse online.
¿Quiénes son?
Cada vez son más los que deciden recorrer el mundo mientras teletrabajan. Según un informe realizado por la plataforma de empleo estadounidense MBO Partners realizado en 2018, 4,8 millones de personas se describen como nómadas digitales y 17 millones aspiran a serlo algún día.
El perfil del nómada digital es diverso, si bien predomina principalmente un perfil concreto: hombres y jóvenes. No obstante, un tercio son mujeres y el 54% tiene más de 38 años. Entre las diferentes profesiones, las creativas son las que más dominan, aunque también hay trabajos relacionados con las tecnologías de la información y el márketing.
En cuanto al salario, el estudio destaca que uno de cada seis nómadas digitales tienen una salario superior a los 75.000 dólares anuales, aunque existe una relativa paridad entre los trabajadores a tiempo completo y parcial (54% frente al 46%, respectivamente).
¿Cómo se puede hacer?
Hay decenas de plataformas digitales en las que se pueden encontrar trabajos a remoto. Entre ellos están We Work Remotely, Flex Jobs, LinkedIn o Stack Overflow. Los principales beneficios de este tipo de trabajo son la libertad, la autonomía y, sobre todo, no tener un trabajo en base a horarios, sino de acuerdo a los resultados obtenidos. De esta forma, uno puede trabajar mientras se encuentra en la otra punta del mundo.
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Sin embargo, si bien el estilo de vida de un nómada digital puede llegar a ser muy atractivo, advierten desde Investopedia, también hay que tener en cuenta que existen desventajas. “Aunque la ubicación puede ser majestuosa, es posible que el trabajo disponible no siempre use sus habilidades al máximo o paguen tan bien”, indican.
Y añaden: “Por lo tanto, para mantener el estilo de vida de un nómada digital, es posible que trabaje más duro por menos salario en comparación con un trabajo de oficina tradicional”. Eso sí, a cambio, tendrás tu hogar en cualquier lugar del mundo.