Hacer tu propio bálsamo labial en casa es más simple de lo que puedas pensar, y además a un coste muy inferior a las marcas orgánicas de las tiendas. Si buscas una solución para mantener los labios hidratados todo el año, esta es una buena manera de buscar una solución casera y, además, respetuosa con el medioambiente.
Los labios secos y agrietados son preocupaciones comunes, y los bálsamos labiales caseros creados con ingredientes naturales permiten una curación más rápida. Así, para proteger los labios, debes nutrirlos y protegerlos de las inclemencias del tiempo y de los dañinos rayos del sol.
Existen muchas maneras en las que puedes modificar las recetas de bálsamos labiales para que se adapten a ti. Puedes agregar diferentes aceites esenciales o incorporar más cera para crear un bálsamo sólido que no se derrita. O incluso que tenga un acabado más brillante agregando más cantidad de aceite de coco. Las posibilidades son casi infinitas.
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Qué ingredientes necesitas
Para los ingredientes, hemos cogido como referencia la receta de Emilie Woodger Smith para la revista Mollie, que omite la cera de abeja y, por tanto, es completamente vegana. Lo único que necesitarás para hacer el bálsamo será:
- 1⁄2 cucharadita de manteca de karité
- 2 cucharaditas de aceite de coco
- 1 cucharadita de cera de soja
- 4-7 gotas de aceite esencial de menta
- Una lata pequeña de metal que haga de contenedor del bálsamo labial.
Como ya hemos comentado antes, esta receta se puede variar según nuestras necesidades. Por ejemplo, podemos añadir un poco más de cera para que sea más sólida la mezcla o algo más de aceite de coco para que tenga un efecto más brillante.
Cómo hacerlo
El primer paso para crear el bálsamo labial casero es poner a hervir media cacerola con agua. Y mientras se calienta, podemos medir la manteca de karité, la cera de soja y el aceite de coco y meterlo dentro de un frasco de vidrio.
Una vez caliente, poner el frasco dentro de la cacerola, asegurándose de que no salpique agua dentro del frasco. Hervir a fuego lento hasta que se derritan los ingredientes.
Una vez derretido, retirar el frasco de la cazuela y dejar enfriar durante un par de minutos hasta que cuaje ligeramente.
Después, agregar entre cuatro y siete gotas de esencia de menta y mezclar. Ten en cuenta que cuantas más gotas eches, más fresco estará.
Finalmente, incorporar la mezcla dentro de un envase metálico y déjalo reposar toda la noche. Si quieres acelerar el proceso, puedes meterlo en la nevera durante una hora.
Otras variaciones
Además de la menta, también podemos experimentar con otro tipo de sabores. Entre los aceites esenciales más populares están la gaulteria, la naranja dulce, el pomelo rosado, la vainilla, la manzanilla, la lavanda o el jazmín.
También podemos utilizar aceites esenciales cítricos, si bien se debe tener un especial cuidado. Los aceites de limón, lima o bergamota se consideran fototóxicos, esto es, pueden aumentar el riesgo de quemaduras si están expuestos directamente al sol. Sin embargo, se trata de una preocupación que se aplica a concentraciones muy altas. Así, por ejemplo, la dilución máxima segura para el aceite de limón es del 1%.