“No hay plan B, porque no hay planeta B”, dijo en 2014 el entonces secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon. Y es que esta ya célebre frase describía a la perfección que la Humanidad tenía que hacer algo para revertir la destrucción medioambiental y el calentamiento global si quería seguir teniendo un futuro en la Tierra. 

El cambio climático está causando auténticos estragos en nuestra forma de vida. Entre otras cosas, el calentamiento global significa una elevación de las temperaturas, un aumento de las sequías, una mayor escasez de alimentos debido a unas condiciones meteorológicas más extremas, pérdidas de especies o el aumento del nivel del océano. 

Pero también supone un alto riesgo para nuestra salud. Según datos de la ONU, cada año, cerca de 13 millones de personas pierden la vida a causa de factores medioambientales. Asimismo, la mayor imprevisibilidad e intensidad de los fenómenos meteorológicos generan cada año millones de refugiados que han perdido todo y caen en la absoluta pobreza. 

Por ello, que cada vez existan más iniciativas y proyectos que aboguen por la innovación sostenible y ecológica es fundamental para revertir las graves amenazas que ciernen sobre la humanidad con el calentamiento global. Desde ENCLAVE ODS, recogemos cinco proyectos que tratan de crear un mundo mejor. 

1. Envases biodegradables 

El fin de las mareas de plástico en los festivales: lanzan el primer vaso eco a base de cáscara de arroz

El plástico es uno de los principales focos de contaminación del mundo. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “aproximadamente 7.000 millones de toneladas de las 9.200 millones de toneladas de plástico producidas entre 1950 y 2017 se convirtieron en residuos plásticos, que acabaron en los vertederos o fueron arrojados”. 

El gran problema es que cada botella de plástico tarda alrededor de 450 años en descomponerse y esa cifra puede aumentar hasta los mil años si no se encuentra al aire libre. 

Por ello, los proyectos de envases biodegradables alternativos a los plásticos son fundamentales para cambiar esta tendencia. Uno de esos ejemplos es Ecogots, una empresa barcelonesa que creó el primer vaso reutilizable y 100% biodegradable hecho a base de cáscaras de arroz. Se descompone en un periodo de tres años y no deja ningún tipo de microplásticos ni huellas en el medioambiente. 

[El fin de las mareas de plástico en los festivales: lanzan el primer vaso eco a base de cáscara de arroz]

2. Calcula tu huella de carbono

Imagen de la calculadora Doconomy. Doconomy

Averiguar nuestra verdadera huella de carbono no es algo fácil. Sin embargo, la empresa sueca Doconomy desarrolló una sencilla herramienta que permite a sus usuarios calcular de forma orientativa su huella de carbono. De esta manera, esta calculadora creada junto con ONU Cambio Climático, las personas podrán “comprender mejor el impacto de sus decisiones cotidianas en el clima, lo que les permitirá adoptar medidas eficaces”.

“La calculadora de estilo de vida es, ante todo, una herramienta educativa”, reivindicó Niclas Svenningsen, director del programa Acción Mundial sobre el Clima, de ONU Cambio Climático. Y añadió: "Francamente, no se puede esperar que los ciudadanos de todo el mundo tomen decisiones inteligentes desde el punto de vista climático sin conocer primero su propio impacto climático”. 

3. Semillas espaciales 

Recreación de las semillas en el espacio. NASA, Nanoracks, OIEA

El estrés hídrico y la pérdida de rendimientos de los cultivos a causa del cambio climático amenazan con crear un problema alimentario global de una magnitud colosal. Sobre todo, teniendo en cuenta que para el año 2050, la demanda mundial de alimentos aumentará un 50%. 

Para resolver este problema, se han pensado en soluciones que rozan la ciencia ficción. Una de ellas es la astrobotánica, esto es, llevar semillas al espacio para modificarlas genéticamente para que así aguanten mejor las condiciones cada vez más extremas que se dan en la Tierra a raíz del calentamiento global. 

Uno de los últimos proyectos de este tipo fue el de la nave robótica Cygnus, que fue enviada al espacio exterior el pasado mes de noviembre en una iniciativa conjunta del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

[Llevar semillas al espacio para exponerlas a la radiación cósmica: el gran plan que nos salvará del cambio climático]

4. Convertir plástico en combustible 

Carlos Uraga, CEO de Nantek Cedida

A pesar de que es conocido el problema, cada año se siguen tirando millones de toneladas de plástico a los océanos. Tal es la cantidad que se han llegado a crear cinco enormes islas de plástico en los cinco océanos de la Tierra. El emprendedor vizcaíno Carlos Uraga encontró una solución: transformar el plástico reciclado en combustible

Con esta fórmula, Nantek, su empresa, ha conseguido crear una nueva alternativa al petróleo desde unos desechos tan contaminantes como son los plásticos. Por el momento, ya ha abierto su primera planta en el puerto de Bilbao y espera llevar su idea a todo el mundo. 

De la misma manera, espera poder vaciar los mares de plástico. “Nos gustaría que los barcos pudieran recoger ellos mismos los plásticos del mar y que con ello fueran alimentando directamente al motor”, explicó Uraga en una entrevista a ENCLAVE ODS. 

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5. La lucha contra el desperdicio alimentario 

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Cada año, según datos de la oenegé WWF, se desperdician 2.500 millones de toneladas de alimentos, esto es, el 40% de toda la comida producida en el mundo. Esta cifra resulta especialmente preocupante si tenemos en cuenta que millones de personas pasan hambre cada día. Pero no sólo eso. También suponen un desperdicio de recursos utilizados para su producción como el agua o la tierra, contribuyendo directamente al cambio climático. 

Para resolver este problema, tres estudiantes de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche crearon una etiqueta inteligente que permite, mediante un medidor semáforo (amarillo, verde y azul) para conocer el estado de los alimentos. Esta iniciativa, que se llama Oscillum, pretende llegar a todos los rincones del planeta para ayudar a luchar contra el desperdicio alimentario. 

"Hay mucha gente pasando hambre y otra gente que no la pasa, pero que consume alimentos contaminados. Nuestra tecnología no solamente es útil para los países, llamémosles desarrollados, también está planteada por sus bajos costes y por su facilidad de uso para ayudar a países que no tienen un sistema alimentario tan fuerte como el que tenemos nosotros, como Vietnam o Colombia", explicó Pablo Sosa, uno de los tres fundadores a ENCLAVE ODS.

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