En un mundo extremadamente competitivo y en el que la dictadura de la imagen en las redes sociales marca el paso, aceptarse a uno mismo es fundamental para lograr una vida feliz. Eso es precisamente lo que plantea en su libro ¿Por qué ser feliz? (RBA, 2020) el psicólogo clínico estadounidense Scott Haas.
Tras pasar largas temporadas en Japón, Haas descubrió una nueva forma simple y efectiva para alcanzar la felicidad a través de su experiencia íntima con la cultura japonesa. Así, encontró el concepto de ukeireru, que hace referencia a la actitud amorosa que adopta una madre que recibe algo de manos de su hijo. Es una metáfora sobre acoger lo que viene dado, aceptar todo aquello que nos rodea tal y como es.
Para Haas, este concepto es la clave para alcanzar la felicidad. "Ukeireru significa mucho más que autoaceptación. Significa aceptación de nuestras relaciones en nuestras familias, en la escuela, en el trabajo y en nuestras comunidades. Significa aceptar a los demás", señala.
La aceptación, tal y como la define el psicólogo, significa anteponer las necesidades de los demás a las tuyas, reconociendo que somos parte de la naturaleza y, como la naturaleza, estamos en constante cambio. Asumir esto implica, entre otras cosas, que las crisis no son duraderas, sino que acabarán convirtiéndose en recuerdos.
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Cómo lograr 'ukeireru'
Según Haas, existen diversas formas en las que ukeireru se puede aplicar a nuestra vida diaria. Algunos de los hábitos japoneses que propone son: tomarse un tiempo para comer y beber lentamente, disfrutar del tiempo en la naturaleza, sumergirse en un baño caliente, meditar, caminar, dormir la siesta o ser respetuoso con todas las personas que nos encontremos.
Aunque, añade, ukeireru también supone ser un oyente más activo y ser menos reativo. En el capítulo dedicado al silencio, el psicólogo describe que en Japón se utiliza muy a menudo el silencio para comunicarse con los demás de una manera mucho más efectiva que con las palabras.
Ayuda a generar confianza, expresar respeto y permite aprender mediante la escucha y la observación. Al contrario, si estamos ocupados hablando y ofreciendo sin parar nuestras opiniones, no podremos asimilar todo lo que nos rodea.
Asimismo, tomarse un tiempo cada día para participar en experiencias no productivas que nos ayuden a escapar de nosotros mismos y que nos permitan sentirnos renovados o rejuvenecidos después también es de gran ayuda en nuestro proceso de autoaceptación.
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"Estos son comportamientos que establecen una forma de vida", explica Haas. Al llevar a la práctica todo esto, indica, tendremos mejores hábitos de observación, concentración, paciencia y comprensión. "El tiempo se ralentiza a través de prácticas asociadas con ukeireru", añade.
Ukeireru es, por tanto, alcanzar un alto nivel de tranquilidad en nuestras vidas. "Saber que no estoy solo disminuye mi estrés. Como resultado, los sentimientos de desesperación e impotencia, los sellos distintivos del estrés, se reducen. Eso crea la calma y el enfoque necesarios para abordar las causas", concluye Haas.