Hay quien se cree que los residuos que separamos en los contenedores de reciclaje se mezclan en el camión. Otros piensan que la Tierra es plana. La segunda afirmación está sobradamente probada que es falsa: más de 20 siglos de pensamiento científico –y las imágenes tomadas por la NASA desde el espacio– confirman que vivimos en un planeta redondo, y de ahí lo de globo terráqueo.
La primera afirmación, en cambio, parece tan arraigada que mucha gente aún lo cree. Si el lector piensa por un momento, seguramente se le venga a la mente la cara de esa persona –cercana o no– a la que ha escuchado decir más de una vez eso de “no separo residuos en casa porque, total, luego lo mezclan todo en el camión” o incluso “no reciclo porque le quito el trabajo a la gente que se encarga de separar los residuos en planta”.
Lamentablemente para quienes piensan así –y por suerte para el resto y para el planeta–, la realidad dista mucho de su capacidad de inventiva. El vidrio, por ejemplo, “se recoge de manera selectiva y los camiones son para un solo material”, explican desde Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro encargada de gestionar el reciclado de los residuos de envases de vidrio en España.
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Eso sí, reconocen que existen dos tipos de camiones: unos selectivos, exclusivos para el vidrio, y otros con varios compartimentos que garantizan la separación de residuos dentro del propio camión. Este último, por ejemplo, se suele utilizar para envases de plástico o papel y cartón.
La cadena de reciclado
Pero sigamos con el ejemplo del vidrio: su cadena de reciclado es "un círculo perfecto", explican desde Ecovidrio, en el que entran en juego diferentes procesos y que se activa cuando una persona deposita el envase de vidrio en el contenedor verde –también conocido como iglú–. O incluso antes: cuando decide usar vidrio, un material que se puede reutilizar hasta la saciedad y reciclar, en vez de otros materiales de un solo uso.
Y es que esa botella de vino vacía que ya no se va a volver a usar o ese frasco de mermelada que ya ha sido lavado mil veces y usado como tupper pueden tener infinitas vidas y mantener todas sus propiedades originales. La clave la tiene el propio vidrio, un "material transparente que nos ayudará a construir un mundo más sostenible”, tal y como explicó Alicia Durán, científica del CSIC y presidenta de la Comisión Internacional del Vidrio, a ENCLAVE ODS.
Para entender la versatilidad del vidrio, desde Ecovidrio nos invitan a hacer un viaje a través de su cadena de reciclado. Este trayecto empieza en la fábrica de envases, acaba en la planta de reciclaje, consta de seis pasos decisivos e implica a toda la sociedad, tanto administraciones como sector privado y ciudadanía.
Los 6 pasos del reciclaje
1. Ciudadanía y hostelería responsables. Las botellas, botellines, tarros y frascos usados se depositan en los más de 245.000 contenedores verdes que hay en todo el país y que están a disposición de la gente las 24 horas del día, toda la semana. Así, dicen desde Ecovidrio, se activa la cadena del reciclaje.
2. Recogida selectiva. En este punto empieza el viaje del vidrio hacia su nueva vida. Como ya se ha explicado, desde Ecovidrio aseguran que "los contenedores verdes son monomateriales, es decir, solo contienen un material. Además, se recogen en camiones que solo transportan residuos de envases de vidrio".
Además, en nuestro país, solo un 2% de residuos depositados en los iglús son impropios. Ese, dicen, es "uno de los secretos para garantizar un reciclaje perfecto".
3. Planta de reciclaje. En ella, los residuos de envases de vidrio se separan, se limpian sin usar agua y se trituran en pequeños fragmentos conocidos como calcín. Se recicla el 100% del vidrio y este proceso es vital para que lo que en un momento fue considerado residuo se convierta en un recurso.
4. Fábrica de envases. Los vidrieros adquieren el calcín, lo funden y con él fabrican nuevos envases. El uso de este material permite evitar la extracción de materias primas procedentes de la naturaleza, reducir emisiones de CO₂ y ahorrar energía.
5. Envasadores. Tras pasar por la fábrica, los nuevos envases de vidrio –hechos con material 100% reciclado– están listos para que las envasadoras los rellenen con sus productos.
6. Comercio. El paso final –o el que reinicia el ciclo– es la llegada de los nuevos envases de vidrio a bares, restaurantes y tiendas de toda España. "Así, tras comprarlos y consumirlos, podemos volver a reciclarlos y a activar de nuevo la cadena", explican desde Ecovidrio.
Los datos del vidrio no mienten
Con este proceso, desde 1998 se ha reciclado "una cantidad que podría recorrer 9 veces la distancia de la Tierra a la Luna", aseguran desde Ecovidrio. En la actualidad, en España se reciclan 7 de cada 10 envases de vidrio, según la entidad encargada de su reciclaje. Las cifras de Eurostat lo sitúan en el 72,5% de los envases.
Esto supone que, al año, se gestionen y reciclen 19,8 kilos de vidrio por habitante. O, lo que es lo mismo, 68 envases de este material por persona.
Según Ecovidrio, en España se reciclan 9 millones envases al día o más de 6.000 al día.
Pero, ¿en qué se traduce todo esto? Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) asegura que el reciclaje de vidrio implica un ahorro de un 23% de la energía consumida en la fabricación de los envases. Además, reduce la contaminación del aire en un 20%, pues el proceso de producción necesita quemar menos combustibles fósiles. Además, el reciclaje de 3.000 botellas de vidrio ahorra más de una tonelada de materias primas.
Además, indican en la página web del Miteco, se trata de un círculo virtuoso, ya que reduce las cantidades de materiales depositados en vertederos, tanto directamente como procedentes de los rechazos de planta. Por ello, se disminuyen "las necesidades de espacio en dichas instalaciones", lo que se traduce en una menor degradación del territorio.