La bicicleta nació, como muchos otros inventos, por pura necesidad: para ir al trabajo, al supermercado o al colegio, es decir, para evitar andar. Y, a pesar de que en muchos países la bicicleta solo se use para hacer deporte, en muchos otros es un medio de transporte habitual, tanto o más que los vehículos motorizados.
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El norte de Europa encabeza el mundo de la bicicleta urbana, siendo el ejemplo más famoso los Países Bajos, concretamente Ámsterdam. Existen aparte muchos países en los que este medio de transporte tiene mucha presencia, como Bélgica, Suiza o Noruega.
Noruega es el país protagonista, ya que es un destino especialmente atractivo para montar en bicicleta, puesto que la acampada es libre en prácticamente todo el país, y se puede hacer una ruta con vistas en cualquier momento.
Un túnel como atajo
Tan atractivo es este destino para aquellos que practican el ciclismo que en abril inauguraron el carril bici más largo del mundo con 2,9 kilómetros de longitud.
Esta estructura se llama Fyllingsdalstunnelen y es un túnel subterráneo ubicado en la ciudad de Bergen, una de las grandes joyas desconocidas de Noruega, pero que fue considerada ciudad Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.
El túnel conecta los barrios de Fyllingsdalen y Mindemyren atravesando la montaña Løvstakken, cuyos 477 metros de altura exigían un gran rodeo a aquellos que quisieran ir de un barrio a otro.
Con un coste de 300 millones de coronas noruegas o 26 millones de euros, el túnel más largo del mundo se puede hacer en bicicleta en unos 10 minutos, mientras que recorrerlo a pie se puede alargar hasta los 40 minutos.
La estructura interior está pensada para que tanto ciclistas como peatones puedan compartir el espacio. Cuenta con un ancho de 6 metros en el cual se han dividido dos carriles, el de bicicleta con 3,5 metros de ancho y 2,5 metros para aquellos peatones que quieran cruzarlo.
No todo fueron buenas noticias en Noruega, ya que los arquitectos tuvieron que enfrentarse a un principal reto: la humedad, puesto que la montaña Løvstakken está llena de agua. Al perforar la naturaleza para hacer el túnel, hubo que diseñar sistemas de desagüe para que este no se inundase.
Belleza a cada paso
Aparte de ser considerado el túnel ciclista más largo del mundo y tener espacio suficiente para la convivencia entre peatones y ciclistas, el paseo es digno de reconocimiento.
Todo el recorrido es destacado por la presencia de numerosas obras de arte junto a una iluminación dinámica y colorida, dejando atrás las luces tenues y aburridas. Paredes repletas de cuadros e incluso techos con diferentes colores que hacen de este recorrido una experiencia única, aparte de un atajo para toda la población de Bergen.
Esta iluminación no solo sirve de decoración, porque también ayuda a los usuarios a saber en qué parte del recorrido se encuentran. Como, por ejemplo, cuando encuentren el reloj de sol, una estructura que imita el concepto, sabrán que llevan recorrida la mitad del camino.
Durante los meses más fríos en el país, el túnel se mantendrá a una temperatura constante de 7 grados centígrados, una diferencia que en países como Noruega agradecerán una vez entren.
El túnel está abierto todo el día salvo por la noche, de 23:30 a 5:30 y según explicó el arquitecto responsable del proyecto, Arild Tveit, todo el recorrido está vigilado por cámaras. Además, cada 250 metros puedes encontrar un teléfono de emergencia y altavoces por todo el recorrido por si hay que anunciar algo por megafonía.
Aunque todos estos conceptos den la idea de que en el túnel no tendrá cobertura, lo cierto es que hay señal de móvil. Tal y como expresaron los responsables a la CNN, "es un túnel 100% de última generación", además de ser totalmente accesible para ambulancias y bomberos en caso de emergencia o evacuación.
Más largo del mundo
El hecho de que el Fyllingsdalstunnelen sea el túnel para ciclistas más largo del mundo es posible por una excepción, ya que muchas personas pueden considerar que no lo es.
El túnel más largo del mundo se sitúa en Washington y es el Snoqualmie, con una longitud de 3,6 kilómetros, pero aquí entra la excepción, puesto que no fue ideado para esa función. El recorrido fue inicialmente un túnel ferroviario y utilizaron ese espacio abandonado para dedicárselo a los ciclistas y peatones.
Es por ello, por lo que el Fyllingsdalstunnelen sí recibe ese título, siendo considerado el túnel más largo del mundo concebido originalmente para ciclistas.