Hay fenómenos que muestran cómo la naturaleza evoluciona para sobrevivir en un entorno en constante cambio que a menudo es descuidado por el ser humano. Un estudio reciente liderado por la Universidad de Granada ha revelado que las aves podrían estar encontrando una forma de aprovechar los residuos que se acumulan en sus ecosistemas para adaptarse a un futuro marcado por la crisis climática.
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España es uno de los países europeos con mayor número de aves en su territorio. Estas son una de las especies de mayor importancia en las dinámicas de los ecosistemas, ya que llevan a cabo funciones ecológicas como la dispersión de semillas e impiden la proliferación de agentes patógenos.
Son uno de los grupos más estudiados de la naturaleza, pero sus habilidades para adaptarse continuamente al entorno siguen sorprendiendo a la comunidad científica. En concreto, un estudio reciente publicado en Philosphical Transactions of the Royal Society ha revelado que los pájaros podrían estar llenando sus nidos de basura humana a propósito para aprovechar sus "potenciales beneficios".
A 'pico y lata'
Más de 30.000 nidos de 176 especies contienen residuos antrópicos, revelan los hallazgos del equipo investigador. Estos parten de un análisis del uso que estos hacen de distintos tipos de materiales como hilos de plástico, colillas de cigarrillos o envoltorios de papel a la hora de construir sus 'viviendas'.
Estos son algunos de los residuos más habituales que llegan como resultado de la actividad humana, y se van acumulando sistemáticamente en el medio ambiente. La consecuencia más directa de la acumulación de basura tiene que ver con el empleo que hacen de ella distintos organismos, como las aves, al "confundirla con comida".
Sin embargo, también se ha observado que estas las ven como barreras aliadas en su protección contra otros agentes, un fenómeno del que "se han encontrado evidencias prácticamente por todos los continentes", señala Juan Diego Ibáñez, coautor del estudio.
Lo más asombroso de esto, explica el zoólogo, es que la práctica de utilizar basura por parte de las aves llega hasta localizaciones remotas, supuestamente naturales y alejadas de la influencia humana.
Un nuevo uso
Al analizar el origen de esta conducta, los resultados descartaron que este nuevo hábito fuera efecto de la experiencia previa en el uso de los residuos para adaptarse a nuevos hábitos. Las aves emplean estos materiales con una función de frontera protectora ante depredadores y parásitos.
Pero su invención va más allá. Según el estudio, los residuos también son vistos por estas especies como herramientas que pueden aprovechar para alardear de sus capacidades para reproducirse o presumirse como "buenas parejas".
Las aves establecen su territorio con la construcción de nidos en arbustos, sobre la hierba, en la arena, en árboles o en cualquier otra estructura que les sirva para alejar a sus huevos de depredadores y para que la hembra pueda empollarlos.
Quienes se encargan de buscar el lugar ideal son los machos. La construcción del nido forma parte del proceso de cortejo, aunque en algunas aves los machos lo construyen una vez que la hembra ha sido fecundada.
En esta fase en la que se intuye que las aves podrían estar comenzando a utilizar materiales de origen antrópico para señalizar sus construcciones desde el deseo de presumir de su calidad reproductiva.
Aún se desconoce el porqué de este llamativo comportamiento, pero no resulta tan extraño si se recuerdan los casos de especies como el carbonero de cresta negra, conocido por dedicarse a arrancar el pelo de animales desprevenidos para incrustarlos en su hogar como símbolo de fortaleza.
No es natural
En cualquier caso, los autores recalcan la importancia de no precipitarse con la creencia sobre sus efectos, ya que aún no existen conclusiones que indiquen que estos pueden llegar a ser realmente positivos, ya que "probablemente dependan de las especies".
El grupo de la investigación Animal ECOUrban sigue realizando estudios adicionales para dar respuesta a esta y otras cuestiones relacionadas con la relación que tienen estas especies con la actividad del ser humano.
No es, por tanto, un aliciente para considerar que la contaminación por residuos puede ser en algún caso beneficiosa para los ecosistemas. Estos pueden aumentar el riesgo de asfixia, hacer que las aves acaben enredadas e incluso provocar problemas a largo plazo en la salud de las crías.