Disney está produciendo un remake en imagen real de Bambi, como los de La Sirenita, Aladín, La bella y la Bestia o El libro de la selva. Y lo de imagen real es un decir, claro. Como la versión más reciente de El rey león, será de animación digital hiperrealista —con ciervos que hablan, vaya—. La directora, Lindsey Anderson Beer, comentó hace unas semanas que probablemente en la película no aparezca la escena de la muerte de la madre de Bambi, el trauma de varias generaciones de espectadores. E internet se le echó encima.
['Bambi' tendrá un remake en forma de película de terror sangriento]
Solo que se estaban quejando de la eliminación de una escena que nunca existió. Si uno se va a la película de dibujos animados original, de 1942, cuando Bambi y su madre huyen, la madre sale del plano, se escucha un disparo y ya no vuelve a aparecer. Tras una tormenta, el padre de Bambi lo rescata y ni siquiera se menciona lo que ha ocurrido.
La captura de pantalla que se mueve por internet del cervatillo junto al cuerpo de la madre e incluso sangre en el suelo es una interpretación artística del ilustrador mexicano José Rodolfo Loaiza Ontiveros, cuya firma incluso aparece en algunas reproducciones (aunque en otras ha sido recortada). Pero es que además basta con ver la película, o ni eso, buscar la escena en YouTube, donde está completa, desde que se escucha a los cazadores hasta que aparece el padre, para comprobar que no puede eliminarse al adaptarla, porque nunca estuvo ahí.
Es lo que se conoce como un efecto Mandela, un recuerdo falso colectivo. Está comprobado que la memoria es flexible y reformula los recuerdos a nivel individual. Esto ocurre porque la memoria a corto plazo reformula de manera subjetiva nuestras vivencias y la información que recibe de manera constante, y está comprobado que las personas podemos llegar a generar recuerdos objetivamente imaginarios, teniendo nítidos hechos que nunca sucedieron. El Mandela es lo mismo, pero a gran escala.
Recuerdos colectivos falsos
Recibe su nombre por Nelson Mandela, el presidente de Sudáfrica, que estuvo encarcelado durante más de 25 años por su oposición al régimen racista del apartheid, al que mucha gente dio por muerto en los años 80. Cuando salió de prisión en 1990, muchas personas en todo el mundo no podían creerlo porque afirmaban recordar perfectamente haber visto su entierro por televisión, algo imposible puesto que estaba allí, vivo, e incluso se presentó a las elecciones y llegó a gobernar su país entre 1994 y 1998.
El nombre se lo dio una bloguera y comentarista cultural estadounidense, Fiona Broome, en 2009, al comprobar que había gente que seguía pensando que el líder sudafricano había muerto 20 años atrás cuando en realidad, aunque muy anciano, en ese momento estaba vivo. Fue tan afortunado que se mantuvo y ha servido para explicar fenómenos como el de Bambi o la creación de recuerdos falsos. Es posible que la mayoría de los espectadores más jóvenes —teniendo en cuenta que la película original es de los 40— mezclen a la madre cierva con Mufasa, el padre de Simba en El rey león, en películas que quizás nunca han vuelto a ver desde niños.
En España podría recibir el nombre de efecto 23F: muchas personas que vivieron el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 recuerdan perfectamente haber seguido los acontecimientos por televisión. Algunas incluso afirman que vieron en directo al coronel Tejero entrar en el hemiciclo y disparar al techo.
Hay quien puede añadirle detalles, como que en ese momento se cortó la emisión, o que fue más tarde, cuando el golpista zarandeó al entonces ministro Gutiérrez Mellado. Pero lo cierto es que no se emitió ese nada de eso, el golpe se siguió en toda España por la radio. Esas imágenes están fijadas en la memoria de muchos españoles porque se han repetido en numerosas ocasiones, incluso aunque no hubiesen nacido entonces, no porque nadie (que no trabajase en RTVE, por ejemplo) las viese el mismo día de los hechos.
Hay páginas en internet dedicadas a recopilar efectos Mandela, casi siempre relacionados con la cultura popular. La saga de películas Star Wars tiene varios muy famosos, como la pierna plateada de C3PO. Sí, en todas las películas el robot tiene una pierna plateada y el resto del cuerpo dorado, ve a comprobarlo, te esperamos aquí. Hasta en la nueva trilogía de 2015 hicieron un chiste con ello al ponerle un brazo de color rojo.
Y Darth Vader dice "no, yo soy tu padre", y no "Luke, yo soy tu padre" en la famosa escena. Sin embargo, lo segundo se ha repetido así hasta la saciedad en tantas parodias que es casi la versión oficial. Lo mismo vale para Hamlet, de Shakespeare, con el protagonista diciendo “ser o no ser” mientras sostiene una calavera: son dos escenas diferentes, en una dice la frase; en otra, posterior dentro de la obra, sujeta el cráneo.
¿Qué esconde el efecto Mandela?
En principio puede parecer un fenómeno inofensivo, como cuando uno no se pone de acuerdo con sus hermanos o algún amigo de la infancia con el color de aquel coche. Pero su mismo origen parte de una mentira política: Mandela era un símbolo de la resistencia contra las políticas racistas en Sudáfrica que había sido homenajeado por terceros países mientras estuvo en su largo encierro. El bulo sobre su muerte, que hoy llamaríamos fake news, desalentaba a sus seguidores en su país y el apoyo internacional a su causa.
De la misma manera, aunque en principio malintencionado, el bulo sobre la madre de Bambi contribuía a crear una imagen determinada del cine y los espectadores actuales. Se trata del típico sesgo de confirmación sobre que antes “todo era mejor” o más maduro. Sin embargo, también partía de una mentira: en realidad la directora nunca dijo que no pensaba mostrar la muerte, sino que creía que muchos padres preferían evitar la película por miedo a la dureza de esa parte, que además hay que explicar a los pequeños, porque nunca se menciona en los diálogos.
Como las trampas de nuestra propia memoria personal, el efecto Mandela es uno de los numerosos sesgos de nuestro cerebro que permite que nos estafen con bulos u otras manipulaciones. La gracia es que los mismos medios que sirven para engañarnos tienen la solución porque toda la gente que compartía la captura del cervatillo huérfano habría tardado el mismo tiempo en buscar la película y darse cuenta del engaño.