La moda rápida nos ha metido en un círculo, en el que cada temporada renovamos el armario y del que es difícil desengancharse. El Black Friday es una de esas fechas en la que los descuentos lo hacen aún más complicado, pues que levante la mano quien no ha terminado comprando algo que no necesitaba por el hecho de estar más barato.
Romper el hábito, no el planeta
El clic como terapia es la gran adicción que ya afecta a uno de cada cinco españoles. Estos días cada clic irreflexivo de 'añadir al carrito' supone un crecimiento de moda rápida que va sumándose a nuestras montañas de ropa, pero lo que es más importante, se suma a las crecientes montañas de trapos del planeta.
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Por desgracia, a este ritmo, se prevé que las ventas sigan subiendo y aumenten un 305% en los próximos 10 años.
Monumentos llenos de residuos
Las recién estrenadas campañas hiperrealistas: Vestiaire Collective, plataforma de compra venta de moda de lujo y Ecoalf, marca española de moda upcycling, nos ponen delante de las narices imágenes impactantes de los 92 millones de toneladas de ropa que genera nuestro consumo de moda rápida al año. Es suficiente como para llenar al día la neoyorquina Times Square, la parisina torre Eiffel o el británico Palacio de Buckingham. Una impactante performance, creada por ordenador para manifestar a escala real el problema de la moda rápida que en seguida se ha hecho viral.
En la campaña de Ecoalf, las prendas llenan la plaza de Callao, el Museo del Louvre y el Duomo de Milán mostrando que “cada uno de nosotros compramos 15 kilos de ropa al año, en total 1 tonelada de prendas de vestir a lo largo de nuestras vidas, que acaba en vertederos o incineradas, pues se estima que las prendas de fast fashion se usan menos de 5 veces y sólo se conservan en el armario 35 días antes de desecharlas”.
No siempre ha sido así. Estos diez últimos años son clave. “Consumimos un 60% más de ropa que hace diez años, prendas fast fashion a las que no damos más de 5 usos y que por mucha buena voluntad que pongamos, nunca serán recicladas”, revela el reciente estudio Take-back trickery.
La ingeniosa investigación recoge estas cifras, tras colocar dispositivos de localización a prendas depositadas para ser recicladas en las tiendas de moda rápida H&M, Zara, C&A, Primark, Nike, Boohoo, New Look, The North Face, Uniqlo y M&S en Alemania, Francia, Bélgica y UK. El estudio revela que “el 76% de estas prendas de moda rápida terminaron destruidas, abandonadas, infrarrecicladas o exportadas. Solo el 5% de las prendas terminó en tiendas de segunda mano en Europa”.
¿Qué pasa cuando tiramos la ropa?
Gran parte acaba en Ghana, África, infestando su río y contaminando su playa. Se podría llamar el 'río de nuestras conciencias' por ser una catástrofe medioambiental que empieza en nuestros armarios y que con la buena intención de ayudar a otros convierte a la industria textil en la segunda más contaminante del planeta.
Las impactantes imágenes con las que el programa de Enviado Especial, del canal de la Sexta, nos ha abierto los ojos impactándonos por dos cosas: la primera, que hayamos tardado tanto en descubrir que la ropa que echamos a los contenedores para ser donada lleva años generando un problema medioambiental de semejante magnitud. La segunda que es muy fácil caer en los 'ecopostureos' y que muchas empresas que organizan estos traslados de ropa son conscientes del impacto negativo y lo han seguido haciendo con la excusa de lavar nuestras conciencias.
La moda siempre sabe mirar hacia adelante
Para entender el futuro de la moda debemos dejar atrás esta situación. El libro Vivir sin huella (Zenith, 2023) ayuda a consumir moda de manera responsable.
De autor y proximidad. La trazabilidad es fundamental en la moda. ¿De dónde viene su materia prima?, ¿dónde se ha fabricado?,¿quiénes la han producido?, ¿Con qué salario? Todo el trabajo y el proceso que hay detrás de cada prenda es importante. Cada día, apuesto más por las prendas de autor, hechas en proximidad y con poca tirada, que pueden mostrar de forma transparente toda la cadena de valor qué hay detrás de sus prendas y fomentan la moda lenta.
Reutiliza la ropa que ya tienes. El ecoplacer de repetir prendas es una liberación del absurdo convencionalismo de que no podemos repetir el modelito y que nos mantiene abocados al fast fashion. Si te queda bien y es bonito ¿por qué no ir guapo todos los días! "La repetición es lo mejor de la vida", como dice Marta D. Riezu en su libro La moda justa (Anagrama, 2021).
No olvidemos que, más allá de tendencias, la moda es el arte de expresar. Por ello, repetir es mostrar nuestro voto a la sostenibilidad, nuestro voto a reducir nuestra huella de forma casi 'artivista'.