El 25 de octubre el huracán Otis golpeó con una violencia inesperada la costa de México; en sólo 24 horas pasó de categoría 1 a categoría 5, algo inusual. Y entonces golpeó Acapulco. En total hubo 48 muertos, miles de desplazados y un desorbitado coste económico, que la calificadora Fitch cifra en 16.000 millones de dólares. Sólo se tiene constancia de que un ciclón tropical evolucionara de esta manera en 2015 y es la primera vez que pasa en el estado de Guerrero, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
El periodista Federico Sariñana, que había ido a una convención de minería, se encontró el infierno donde tenía que estar el paraíso. "La inauguración de la Convención transcurrió sin mayor problema. No más que una ligera lluvia que, sumado a las alertas que se daban, orillaron a cancelar la cena oficial", escribió en el medio local El Sol de Chipancingo. La peor llegó cuando el ciclón tocó tierra a medianoche.
Sariñana se hospedaba en una sexta planta desde la que podía ver toda la bahía de Acapulco. "La energía eléctrica se fue, también internet. Las luces de emergencia del hotel tampoco dieron para más. La imagen en mi ventana era de total oscuridad y no lograba ver más allá de la silueta de una palmera a unos metros que se movía como una hoja", recuerda.
Aun así, según un estudio recientemente publicado en la revista Nature por el Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto del Cambio Climático, los costes pueden estar subestimados hasta en un 20%. Christian Otto, autor del estudio, dice: "Cuando se habla de eventos extremos el foco se pone inmediatamente en los daños económicos. Por eso es crucial calcular bien el coste real del cambio climático que podrían ser evitados con una acción efectiva".
El estudio se basa en el impacto de los ciclones según su tamaño, que depende de la cantidad de CO₂ en la atmósfera. El aumento del coste proviene de las emisiones proyectadas por las principales economías del Pacífico como EEUU, China, India o Taiwán. Así, el estudio estima que el impacto de los ciclones aumentará de 173 a 212 dólares estadounidenses por tonelada emitida.
Según BBVA México, Acapulco concentraba el 38.5% de la actividad económica del estado antes del huracán y estaba centrado en el sector del turismo con negocios muy vulnerables a los efectos del clima. Los economistas calcularon que el PIB del estado de Guerrero caería más de un punto porcentual para el último trimestre de 2023, y se extenderá todo 2024. Aunque reconocen que la recuperación dependerá de los programas de activación del estado federal y las ayudas internacionales como las que se están hablando en la COP28.
Aquel miércoles de octubre llegaron vientos de 260 km/h. Y los científicos auguran que este tipo de escenarios —y de otros eventos extremos— serán más habituales y violentos. Mar Gómez, doctora en física y responsable de meteorología en eltiempo.es, explica que los ciclones son un intercambio de energía entre el agua cálida y la atmósfera más fría.
Por eso, a aguas más calientes, ciclones más violentos. Además, esto puede extenderse a otros eventos: "No solo pueden intensificarse los ciclones tropicales, sabemos que los patrones de precipitación general están cambiando, intensificándose las inundaciones y agudizándose las sequías".
Los fondos de pérdidas y daños
Un tema del que se va a hablar en la COP que se está celebrando en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) será quién asume los costes de las inclemencias de los fenómenos meteorológicos extremos que se derivan del cambio climático.
Algunos países ya han dado un paso adelante con lo que aportarán al fondo de perdidas y daños. EAU (100 millones de dólares), Reino Unido (40 millones de dólares), EEUU (17,5 millones de dólares) o la Unión Europea (110 millones de dólares de Alemania; 225 millones de dólares en total). Los equipos negociadores se basan en estudios como el publicado en Nature en sus negociaciones, que son extensibles a otros eventos como las sequías.
En España, la patronal de agricultores y ganaderos COAG publicó un informe del coste del cambio climático en la agricultura. Por ejemplo, en la región de Murcia, el estrés hídrico se lleva por delante el valor del 6% de la producción agraria. "Aunque algunos de estos efectos ya sean visibles, entender las consecuencias de los riesgos climáticos es la base para desarrollar estrategias de prevención del cambio climático y protección del mundo agrícola", explica Miguel Padilla, secretario general de COAG.
Y eso se hace, añade, "a base de financiación y políticas regionales, nacionales y comunitarias". Padilla recomienda tomar acción de manera urgente, algo que se torna crucial para mantener las ambiciones políticas adoptadas en el Acuerdo de París, como el célebre objetivo de que el calentamiento global permanezca por debajo de los 1.5 °C: "Esto es lo más eficiente y menos costoso". Según la NASA, la temperatura media del planeta ya ha subido 1,1 °C desde la época preindustrial.
Todas las evidencias apuntan a que los eventos meteorológicos cada vez serán más extremos, violentos y, como comprobaron los acapulcanos, más impredecibles. La evolución del ser humano se ha basado en un tiempo estable, por eso, en tiempos de crisis climática es completamente necesario que los líderes mundiales lleguen a un acuerdo firme en la COP.