¿Se imagina tener que beber agua procedente del retrete? A pesar del reparo que pueda causar, lo cierto es que esta posibilidad podría estar más cercana en el tiempo de lo que imaginamos, especialmente en un país como España, que vive azotada por las continuas sequías que empeoran al son del cambio climático.

Por supuesto, no se trataría exclusivamente del agua procedente del inodoro. Aquí también incluiríamos toda esa agua que utilizamos para fregar los platos y se va por el desagüe o la que utilizamos para lavar el coche. En definitiva, todas esas aguas residuales que ahora mismo son tratadas y descargadas en ríos, mares o embalses. 

Para muchos expertos, se trata de un recurso que aún está por explotar y que podría solucionar muchos de los problemas de falta de agua presentes en muchos lugares del mundo. “Es más barato y es un recurso garantizado”, explicó Peter Scales, ingeniero químico de la Universidad de Melbourne (Australia), en una entrevista para la BBC

[El campo en Lebrija agoniza mientras implora por unas aguas que no llegan: "Cuando llueva, tiraremos tomates"]

Si una ciudad promedio reciclara todas sus aguas residuales, afirmó Scales, podría reducir hasta en un 60% la cantidad de agua que necesita. Además, señaló que esta agua sería de alta calidad, incluso superior a la obtenida tradicionalmente de los ríos y embalses, dado que estaría sometida a diversos procesos que aseguran una pureza considerable. 

Hasta ahora, el principal impedimento para la aplicación de este tipo de medidas ha sido la oposición de la población. En 2006, por ejemplo, Toowoomba, una ciudad en el este de Australia afectada por aquel entonces por una considerable sequía, intentó implementar el reciclaje de aguas residuales, pero un referéndum tumbó el plan con un 62% de los votos en contra. 

California, víctima de la sequía

Sin embargo, algo está cambiando. Cada vez son más las ciudades, regiones y países que deciden aplicar este tipo de medidas. En California, de hecho, se aprobó una histórica ley el pasado mes de diciembre para autorizar a las compañías de agua a reciclar las aguas residuales y reintegrarlas al sistema de tuberías que suministran agua potable a hogares, escuelas y empresas. 

Esta norma llega tan solo dos décadas después de que varios proyectos similares fueron rechazados debido a reacciones adversas. Durante este intervalo, el estado de California se ha enfrentado a múltiples sequías extremas, siendo la más reciente catalogada como el periodo de tres años más seco jamás registrado. Esta situación ha puesto al límite los embalses estatales, que llegaron hasta niveles críticamente bajos. 

Ante esta situación límite, para los expertos es un absoluto éxito para garantizar una fuente confiable de agua potable para los casi 40 millones de personas que viven en el estado. “Se trata de un avance emocionante en los esfuerzos a los problemas de las condiciones meteorológicas extremas provocadas por el cambio climático”, señaló en un comunicado E. Joaquin Esquivel, presidente de la Junta Estatal de Control de los Recursos Hídricos de California. 

Tras una década trabajando en esta ley, los legisladores californianos aseguran que las aguas residuales tratadas contarán con todas las garantías y normas de calidad. Se implantarán diversas medidas para garantizar esto, incluyendo un proceso de ozonización, que implica la adición de ozono al agua, un potente desinfectante oxidante. 

[Por qué los embalses españoles han vuelto a perder agua esta semana a pesar de las lluvias de la DANA]

Además, se aplicará carbón activado biológicamente, un proceso de ósmosis inversa para eliminar los contaminantes físicos del agua y, finalmente, se empleará un proceso de oxidación avanzada con la inclusión de productos químicos como peróxido de hidrógeno o cloro para purificar el agua. 

Este método, según la Junta, garantizará la eliminación de todos los patógenos y virus presentes en las aguas residuales, incluso aquellos que no son comunes en este tipo de agua. Las regulaciones estándar para el tratamiento de las aguas residuales, aquellas que se descargan en ríos o embalses, sólo abordan los patógenos y virus conocidos. 

Esta decisión, afirma la institución californiana, pondría al estado a la vanguardia del tratamiento de aguas residuales en el país, asegurando que el producto final cumpla o incluso supere las normas actuales sobre agua potable. De hecho, el tratamiento es tan riguroso que elimina incluso los minerales que contribuyen al buen sabor del agua potable, lo que requiere su posterior adición al final del proceso. 

Otros lugares pioneros

California no es el único lugar del mundo que implanta este tipo de medidas. Por ejemplo, Windhoek, la capital de Namibia, situada en uno de los países más áridos del mundo, se convirtió en la primera ciudad que introdujo el reciclaje de aguas residuales hace más de tres décadas, tal y como informa The Washington Post

Singapur, por su parte, ha instalado con éxito un extenso sistema de filtración capaz de tratar aproximadamente 900 millones de litros de agua al día. Aunque la mayor parte se destina a usos industriales y sistemas de refrigeración, una fracción se mezcla con el suministro de agua potable de la ciudad-Estado.

En el caso de Estados Unidos, Texas inauguró su primera instalación de reutilización potable directa en 2013, mientras que Colorado introdujo a principios del año pasado directrices para el uso de aguas residuales como fuente de agua potable.